Cómo hacer que una mudanza sea cómoda para tu animal de compañía

Según indican muchos expertos en psicología, mudarse puede ser una de las experiencias más estresantes que vivimos a lo largo de nuestra vida. No sólo por el hecho de montar y desmontar una casa en su totalidad, sino por todo lo que conlleva la incertidumbre de este nuevo cambio. Los psicólogos consideran la acción de mudarse entre las tres situaciones que nos generan más estrés, dado el agotamiento físico y el cansancio emocional que nos provoca.

Pues bien, una mudanza puede ser estresante e igual de traumática para un animal que para las personas. Por este motivo, conviene planificar el traslado de la manera más cómoda posible para nuestro compañero de vida:

-Hacer una lista de las cosas del animal para que no se pierda nada. Es recomendable que una vez estéis instalados en el nuevo hogar, el animal pueda disponer de todos aquellos objetos que disponía en su casa de origen. De esta manera será más fácil que pueda familiarizarse con sus nuevas paredes.

-El estrés que provoca el cambio de residencia provoca en muchas ocasiones que nos olvidemos de nuestros animales de compañía. En la medida de lo posible hay que realizar unas pausas para jugar con ellos como lo haríais normalmente. Si no es así el animal sentirá la falta de atención.

-Mantener las rutinas de alimentación y paseo. Es muy común que algunos animales no quieran comer en las épocas de cambio. En este sentido es importante dar un trato especial al compañero dándole su comida preferida. Si es posible también hay que pasear al animal en las mismas horas que se hacía previamente.

-Cuando lleguéis al nuevo hogar hay que revisar que no haya pintura fresca, serraduras, cristales rotos, cables pelados… Este tipo de situaciones pueden ser peligrosas para la salud del animal. Por tanto, antes de liberar al animal de su medio de transporte comprobad que el lugar sea seguro.

-Cuando lleguéis al nuevo hogar es muy importante pasar rato con el animal para que este pueda ver el cambio como algo positivo.

-Es muy importante asegurarse de que la información del microchip del animal está actualizado. Este objeto de identificación permite la recuperación de muchos animales que se han perdido.

-En el caso de que el animal de compañía sufra mucho estrés ponte en contacto con tu veterinario. El será la persona que deba decidir si es necesario dar un sedante o no al animal durante el transporte.

Fuente: redacción animalados y es.wikihow.com

 

¿Cuáles son las frutas que pueden comer los perros?

A pesar de lo que muchos piensan, no es malo introducir la fruta en la alimentación de los perros, eso sí, existen algunas excepciones. Por otro lado, es muy importante retirar siempre las semillas antes de consumir estos alimentos para evitar así una posible intoxicación.

Frutas que pueden consumir

Plátano: Es una fruta que suele gustar mucho a los perros. Este alimento se puede proporcionar, pero de vez en cuando, ya que su alto nivel de potasio puede causar dificultades intestinales. Se ha de retirar su consumo si se observa que produce diarrea en el animal.

Manzana: Es un alimento muy bueno para los perros. Lo ideal es dársela solo dos veces por semana, porque puede provocar una subida en el nivel de azúcar del animal. Recordemos que es importante quitar las semillas.

Sandía: En una fruta que gusta mucho a los perros porque es muy refrescante. Siempre sin semillas.

Fresas: Esta fruta es una gran fuente de fibras, vitaminas y minerales, pero puede tener alergenos que generan reacciones adversas en los animales. En general pueden consumirse, pero hay que vigilar que el animal no desarrolle alguna reacción en la piel.

Piña: Es un alimento que pueden consumir los perros, pero con moderación para evitar subidas en los niveles de azúcar. Se recomienda como remedio casero en el caso que el animal consuma excrementos.

Naranja: Aporta una buena dosis de vitamina C al animal. No obstante, al ser alta en ácido cítrico puede causar diarrea en algunos perros, especialmente si las consumen con frecuencia.

Frutas que no pueden consumir

Nueces: No son buenas para muchos perros por su alto contenido en fósforo que genera cálculos en la vejiga. En general, esto sucede con todos los frutos secos, causando vómitos en los animales, dolor muscular e hinchazones en las articulaciones.

Aguacates: No es tóxico en pequeñas cantidades, pero de manera continua o en grandes cantidades puede llegar a ser mortal, por el hecho de que contiene fungicidas naturales. No son solamente tóxicos para los perros, también para los gatos, los caballos y los pájaros. Por tanto, lo mejor es evitarlo.

Uvas: Las uvas son tóxicas para los perros y en el caso de que las consuman en grandes cantidades pueden causal un dolor considerable en el riñón y causarles la muerte por fallo renal. En pequeñas cantidades, pueden causar diarrea. Algunos perros no tienen reacción a su consumo, pero lo mejor es no arriesgarse. Las pasas causan el mismo efecto que las uvas.

Fuente: AMIC- misanimales.com

Gatos y petardos

Llega el verano y con él las fiestas populares y las verbenas. Para nuestros animales y también para los que viven en la calle y en los parques, estas fechas de fiestas y fuegos artificiales se convierten en unos momentos de estrés y angustia. Desde Animalados hemos querido recoger los consejos de Rosa Sagués sobre perros y los de Clara Busquets para los gatos. En el artículo de hoy: ¡Gatos!

De la misma manera que haríamos con los perros, en el caso de los gatos deberíamos empezar esta desensibilización con muchos días de antelación. Se trata de acostumbrar a nuestro gato al ruido de petardos de forma progresiva, con grabaciones, empezando por sonidos de petardo muy suave e ir paulatinamente incrementando el sonido. Deberemos pensar que para que se puedan habituar bien necesitamos tiempo y dedicación.

Dado que ya tenemos muy cerca estas verbenas, os vamos a dar recomendaciones más inmediatas. Un par de horas antes de los fuegos artificiales, antes de las cenas de verbena, entre las siete y las ocho de la tarde, empezaremos a cerrar puertas y ventanas (esperemos que tengáis aire acondicionado o ventiladores), y el gato o gatos, deberán quedarse dentro.

Pondremos la tele o música suave y ofreceremos un escondite al gato (si normalmente se esconde debajo de la cama, nos adelantaremos y le pondremos una mantita o toalla para evitar que se quede toda la noche en el rincón sobre la baldosa). Por nuestra parte, y para no incrementar sus nervios, actuaremos normal como si no pasara nada. Le ofreceremos premios y latita para convertir en agradable el momento.

Siempre pediremos consejo a nuestro veterinario antes de usar calmantes o ansiolíticos (si el calmante se da cuando el animal ya está aterrado, podemos obtener el efecto contrario al esperado y realmente el animal lo puede pasar muy mal).

Intentaremos cerrar muy bien la estancia donde esté el gato para amortiguar en todo lo posible el sonido. Podemos estar con él, hablarle suave, y sobre todo tener mucha paciencia. Si tenemos un gato que tiene muchísimo miedo, mejor no le dejaremos solo.

Desde Animalados queremos hacer también un llamamiento de concienciación hacia los animales, especialmente gatos de colonia, que viven en la calle o en los parques. Si celebráis cerca una verbena, no tiréis petardos donde haya animales. Ellos lo están pasando verdaderamente mal.

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¿Cómo puedo saber la edad que tiene un gato?

Cuando adoptamos un gato, a veces resulta complicado saber la edad que tiene, pero saberlo es importante, ya que sus necesidades serán diferentes en función de esta. Por ello, os damos algunos trucos para saber, si no la edad exacta, al menos la etapa por la que está pasando tu gato.

Para saber de edad que tiene un gato, lo primero en que hay que fijarse es en su comportamiento. Los felinos comienzan a interactuar con su entorno al cabo de las tres semanas de vida. Aquí empiezan los juegos, la socialización con otros animales y con las personas. Este periodo termina al cabo de ocho semanas. En esta etapa se suelen dar los comportamientos más conflictivos, concretamente entre los dos y los cuatro meses, que es cuando se sienten atraídos por la curiosidad.

Entre los cuatro meses y el año tiene lugar la madurez sexual. Aquí se produce el celo (entre finales de invierno y primavera), que es cuando empiezan a marcar su territorio con orina. En esta fase es importante evitar que salgan a la calle, y es el momento de esterilizarlos para reducir el número de camadas no deseadas. Además, la esterilización provocará muchos beneficios en el comportamiento y la salud de los felinos.

Desde el año, y hasta los siete, estos animales se encuentran en la etapa adulta. Se nota porque pasan menos tiempo jugando, y se vuelven más territoriales y dominantes. Sin embargo, en esta etapa es importante establecer una rutina con juguetes y retos para conseguir su alimento, así el gato tendrá una vida activa y evitaremos problemas de sobrepeso.

El paso de edad adulta a senior se da entre los siete y los doce años. El aspecto físico del gato es el mismo que en la anterior, pero con menos ganas de jugar. A partir de los doce años, el gato cambia sus movimientos, le disminuye el apetito, duerme más y su sistema inmunológico comienza a debilitarse. A partir de esta edad los felinos comienzan a perder la visión y el olfato. Sus sentidos se deterioran poco a poco.

En los gatos mayores se dan cambios en la piel que ayudan a conocer su edad. Los de más de diez años con problemas de hipertiroidismo, pueden desarrollar un crecimiento exagerado de sus garras y se clavan en sus espacios interdigitales. Otro cambio común en los gatos de más de catorce años es que aparecen pelos blancos en su cara y cuerpo. El pelo es más seco y se descama la piel. Esto es porque dedican menos tiempo a acicalarse y a que la piel, con la edad, se deshidrata más.

Los gatos de edad más avanzada experimentan cambios notorios en la vista. Alrededor de los doce años aparece la atrofia iridal senil, en la que se ven los bordes de las pupilas irregulares. También se empieza a notar la opacidad en el cristalino con la consiguiente pérdida de visión. Esto se puede ver por el color azul grisáceo que adquiere el cristalino.

Fuente: AMIC- Wikifauna.com

¿Puedo dar a mi perro una dieta vegana?

“Es posible alimentar a un perro con una dieta vegetariana, pero es más fácil hacerlo mal que hacerlo bien”.

Son muchas las personas que se plantean la contradicción moral que supone dar comida de origen animal a sus perros cuando ellos solo consumen alimentos vegetales. Estos amantes de los animales, para poder acabar con esta oposición de ideas, se preguntan: ¿puedo hacer que mi perro sea vegano?

Para responder esta cuestión, Animalados ha hablado con Mónica González Tovar, certificada en Dietética y Nutrición por la Universidad Camilo José Cela, miembro de la Raw Feeding Veterinary Society del Reino Unido, certificada como Auxiliar Veterinaria por la Universidad Antonio de Nebrija y especialista en Nutrición Cruda para perros por la Dogs Naturally University. Además, dirige cursos online y comparte consejos sobre nutrición animal en la web https://monicagonzaleztovar.com/

¿Puedo hacer que mi perro sea vegano?

Me gustaría empezar con una opinión que comparto de la Dra. Daniela Dos Santos, Presidenta de la Asociación Británica de Veterinarios, con respecto a dietas vegetarianas: «Teóricamente sí es posible alimentar a un perro con una dieta vegetariana, pero es mucho más fácil hacerlo mal que hacerlo bien”.

Es decir, por poder, podrías hacer que un perro se alimentara con una dieta vegetariana. Pero a nivel nutricional y en mi opinión profesional no es lo mejor para él. En caso de decidir hacerlo siempre hago énfasis en que hay que hacerlo asesorado por un veterinario especialista en nutrición vegana de perros (y no por marcas comerciales).

¿Los perros son animales exclusivamente carnívoros?

El perro es lo que se denomina un carnívoro facultativo-omnívoro oportunista. Esto quiere decir que la dieta más adecuada para él es la dieta de un carnívoro. De hecho, su anatomía, su fisiología, sus hábitos y comportamientos alimenticios pertenecen a los de un carnívoro y, de hecho, ha tenido esta alimentación durante millones de años.

Lo que ha pasado es que cuando aparecieron los humanos sobre la faz de la tierra (con la etapa de seguimiento de campamentos y la etapa de la domesticación del perro, ambas muy recientes), los perros se fueron convirtiendo en omnívoros oportunistas. Es decir, comían las sobras que iban dejando los humanos (huesos y restos de animales que los humanos no comían y algo de sus desperdicios vegetales) y se convirtieron un poco en los “recoge-basuras” de los residuos de los campamentos y asentamientos humanos.

De esta forma, en las épocas de hambruna o de escasez de presas comían lo que encontraban entre los residuos de los humanos. Pero aquí es muy importante comprender que tanto la etapa de seguimiento de campamentos como la de la domesticación son etapas muy muy cortas en lo que es la evolución del genoma nutricional del perro.

Esto quiere decir que sigue siendo, en primer lugar, un carnívoro, ya que tiene una anatomía y fisiología mucho más eficientes para aprovechar y digerir los nutrientes presentes en sus presas y no así para aprovechar a plenitud los presentes en los vegetales.

Entonces… ¿puede ser peligroso que la alimentación de un perro sea vegana?

Aquí me remito nuevamente a la primera pregunta. Yo no recomendaría nunca una dieta vegana, ya que es muy fácil hacerlo mal y provocar deficiencias nutricionales a nuestros perros. Si no se hace con el asesoramiento directo de un profesional realmente experto en nutrición vegana para perros, puede ser muy peligroso.

¿La dieta vegana en perros implica el déficit de nutrientes esenciales?

Sí. En primer lugar, es muy importante comprender dos cosas:

1- Las proteínas constituyen el nutriente más importante para perros y gatos.

2- No todas las proteínas son iguales.

Os pido que me tengáis un poco de paciencia con esta explicación, pero es vital para poder entender por qué puede haber déficit de nutrientes en perros y gatos veganos.

Cuando hablamos de la “calidad” de una proteína, dependemos de dos factores: su digestibilidad y la cantidad de aminoácidos esenciales que contiene. Entonces una proteína “de buena calidad” para un perro o un gato es totalmente diferente de una proteína “de buena calidad” para un caballo o una vaca.

La proteína vegetal es, en primer lugar, muy difícil de digerir para los carnívoros, debido a que su sistema digestivo es muy corto, a que no posee la cantidad de enzimas adecuadas para digerirlas eficazmente y a otros factores fisiológicos mucho más complicados.

En segundo lugar, las proteínas vegetales NO contienen todos los aminoácidos esenciales para perros y gatos, por lo que habría que adicionarlos a la dieta de forma rigurosa para evitar deficiencias y enfermedades como la miocardiopatía dilatada (que aparece por deficiencia de Taurina, un aminoácido presente únicamente en la proteína animal).

Además de esto hay otros nutrientes esenciales como las vitaminas B12 y D, así como minerales como calcio, yodo y zinc a los que tendría que prestarse muchísima atención a la hora de formular una dieta vegana ya que su deficiencia puede provocar efectos devastadores sobre la salud de perros y gatos.

Si se decide hacer el cambio a dieta vegana, ¿cómo debe hacerse?

Bajo la supervisión de un veterinario especialista en nutrición vegana de perros, acatando todas sus directrices.

¿Qué alimentos podemos encontrar dentro de una dieta vegana para perros?

Las personas suelen utilizar dietas comerciales, aunque también hay quien prefiere preparar una dieta casera. Entre los ingredientes más comunes en dietas veganas para perros están: verduras de hoja verde como las espinacas, kale, acelgas, etc. También lentejas, arroz, brócoli, calabacín, zanahorias, calabaza y ciertos tipos de frijoles (cuidado porque los pueden causas trastornos gastrointestinales en los perros. Frutas como plátanos, manzanas o mandarinas también pueden consumirlas.

Es importante saber que, aunque tengamos la información nutricional de estos ingredientes y los veamos como “muy saludables”, lo más importante es saber si perros y gatos pueden digerir y aprovechar estos nutrientes y, en caso de hacerlo, en qué proporción, ya que es esta información la que nos permitirá añadir los suplementos necesarios para hacer de esta dieta una dieta adecuada para la salud de los peludos.

¿Es asequible económicamente una alimentación vegana para perros?

A nivel comercial los piensos veganos suelen ser bastante costosos, algunos incluso más caros que los que contienen ingredientes de origen animal. Cuando hablamos de dietas caseras puede ser mucho más económico si nos fijamos solo en los ingredientes, pero hay que tomar en cuenta que hay que añadir suplementos imprescindibles que también habrá que estimar en los cálculos.

Y con los gatos… ¿es posible aplicar una dieta vegana?

Rotundamente no. A diferencia de los perros, los gatos son lo que se denomina “carnívoros obligatorios o estrictos”. Los gatos no tienen la capacidad de adaptación que podría tener un perro a esta dieta, ni a nivel anatómico ni a nivel fisiológico y no la recomiendo en ninguna circunstancia.

¿Qué le dirías a las personas veganas que se plantean la contradicción moral que supone dar comida de origen animal a sus perros?

Entiendo perfectamente la preocupación y frustración de las personas veganas por el entorno, la sostenibilidad y todo lo que rodea la industria de la explotación animal, pero es muy importante entender que perros y gatos necesitan una alimentación adecuada a sus necesidades nutricionales y esto, significa que la mejor dieta para ellos es una basada en presas animales. Si hemos escogido compartir nuestra vida con pequeños carnívoros, lo más ético, desde mi punto de vista, es que les demos los alimentos para los que han evolucionado durante millones de años.