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Muere Tom Regan, defensor de los derechos de los animales

 

El pasado 17 de febrero falleció Tom Regan a la edad de 78 años, haciendo de ese día un día triste para el movimiento abolicionista por la defensa de los animales.

Regan fue un filósofo estadounidense y profesor emérito de universidad especializado en la teoría de los derechos de los animales, conocido por ser autor de los libros The Case For Animal Rights (1983) y Empty Cages (2004).

Una de sus grandes aportaciones a la defensa de los derechos de los animales fue el concepto sujeto-de-una-vida”, con el que explicaba por qué los seres humanos tienen derechos morales y, en cambio, “los palos y las piedras no”. En The Case For Animal Rights (1983), describe que somos “sujetos-de-una-vida” porque no sólo estamos en el mundo, sino que somos conscientes del mundo y, además, conscientes de lo que nos ocurre. Más aún, lo que nos ocurre sea a nuestro cuerpo, a nuestra libertad o a nuestra vida mismanos importa porque marca la diferencia en la calidad y duración de nuestra vida tal como la experimentamos, independientemente de que importe o no a alguien.” Según explicaba, cualquier ser, sin importar su especie, que pueda ser considerado “sujeto-de-una-vida” tiene un “valor inherente” y no un “valor instrumental. Es decir, se trata de un ser valioso y poseedor de los derechos morales de protección de su vida, su libertad y su cuerpo; un ser que no debe ser utilizado como medio para un fin, pues es un fin en sí mismo.

Regan sostenía que la violación de estos derechos morales en los demás animales, siendo estos “sujetos-de-una-vida”, era una forma de discriminación arbitraria y que discriminar de ese modo era tanto irracional como inmoral. De esta manera, se oponía absolutamente a la explotación animal, rechazando su regulación y defendiendo la abolición como única respuesta moral. Algunos de sus críticos afirmaron que su posición era extremista, a lo que él respondió con uno de sus discursos más conocidos en el que afirmaba que “cuando la injusticia es absoluta, uno debe oponerse a ella de manera absoluta”.

(Video “Soy un extremista” )

Según Regan, la filosofía de los Derechos Animales es, sobre todo, una filosofía racional, científica y justa, que exige que la lógica sea respetada. Argumentaba que, de la misma manera que las mujeres no existen para los hombres, ni las personas negras existen para las blancas, ni las pobres para las ricas, no existe ninguna justificación moral para no extender el principio de igualdad y respeto a los demás animales ni para decir que ellos existen para los seres humanos. 

Estas y otras aportaciones hicieron de Tom Regan una de las personas más reconocidas en el movimiento animalista, siendo admirado por su gran compromiso y dedicación como activista.

A pesar de su fallecimiento, sus ideas continuarán en el movimiento por la defensa de los animales sirviendo de inspiración para todos aquellos que defendemos, no la regulación, sino la abolición de la explotación animal.

Cristina Cubells

Psicóloga y Máster en Derecho Animal y Sociedad (UAB)

Enmarcando la mirada

Artículo de Silvia Esteve

«Any glimpse into the life of an animal quickens our own and makes it so much layer and better in every way»

John Muir

Dicen que los ojos son el espejo del alma. ¡Cuánto ganaríamos si mirásemos más a los ojos! Sobre todo a los de los otros animales. Veríamos en ellos el mismo miedo, la misma alegría, rabia, tristeza, pasión… que en los de nuestra propia especie. 

Jaume X, como le gusta que le llamen, nos aporta con su obra una nueva mirada a nuestros compañeros de planeta. Una mirada que nos interpela, de tu a tu, de individuo a individuo. Hoy, yo humano, te miro a ti, oso, leopardo, sapo, foca… Te miro y te entiendo.
Títulos como «Sapo que quiere ser una princesa» o «Zorro que no cree en nada,” acompañan a las obras. Retrato y reflexión del retratado. Retrato y reflexión del retratista. Jaume utiliza también el humor para dar otra dimensión a sus obras.

Este joven artista enmarca sus piezas con marcos reciclados. La mayoría son marcos de madera clásicos que dan a sus obras un toque atemporal y noble que las convierte en únicas. Que las detiene y contiene en el espacio y el tiempo, sin nombres propios, ni horas exactas.

Cuando le preguntamos por qué pinta retratos de animales nos explica que cree que es la manera de devolverles la dignidad robada. Jaume piensa que les hemos fallado tantas veces y de tantas maneras que ahora toca devolverles el sitio que les corresponde. Protagonistas y enmarcados, situados a la misma altura que los retratos de nuestros familiares y antepasados. Que nuestros propios retratos.
Si el arte tiene alguna misión, algún objetivo, es el de interpelarnos, revolvernos por dentro y revelarnos su mensaje escondido. Mírame y te cambiaré, escúchame y te hablaré.

Gracias Jaume X por hacernos mirar a los ojos a aquellos que solemos mirar por encima de los hombros.

Os dejamos a continuación el link de la entrevista que le hicieron al autor y a la galerista y artista que nos lo mostró en exposición, Montse Pérez, en el programa «Quina Fauna!» de Sants 3 Ràdio.

El animalismo en España y en Catalunya

Antes de hablar de la historia del animalismo en España y Cataluña, hay que hacer una breve mención de su trayectoria en Europa y Occidente, donde toma una destacada importancia durante segunda mitad del siglo XIX cuando surgieron las primeras e incipientes leyes de protección de los animales, para exigir un reconocimiento legal de sus derechos como seres vivos ante el maltrato y crueldad con la que los humanos trataban a los animales.

Inglaterra fue pionera en 1822, de la primera ley que se pronunció, siendo su promotor un miembro del parlamento británico, Richard Martin. En 1866, en Estados Unidos, Henry Berg conseguía la aprobación en la legislación americana, de que el maltrato de los animales domésticos fuera contemplado como delito. Posteriormente otros países, fueron introduciendo cambios en sus respectivos ordenamientos jurídicos.

A mediados del siglo XX, el animalismo coge impulso despertando el interés de un amplio sector de la ciudadanía. Surgen las entidades animalistas dedicando esfuerzos a reivindicar y mejorar el bienestar de los animales en general, y se empieza a reflejar un cambio hacia el respeto que se merecen como seres vivos. La Declaración Universal de los Derechos de los Animales, en 1978 significó otro paso importante.

En España este movimiento social se inició con mucho más retraso. Sus antecedentes históricos influidos por Fernando VII, monarca absolutista y enemigo del movimiento cultural europeo de la Ilustración (XVIII), por la guerra civil y por una dictadura que limitar la libertad de expresión y del asociacionismo, retrasaron negativamente su evolución moral quedando la sociedad española, distanciada de muchos de los avances que había experimentado la sociedad occidental.

La tradición cultural, la tauromaquia y el maltrato de los animales en las fiestas populares, que aún permanecen en la actualidad, bajo la tolerancia y protección del ámbito político e institucional, también han influido en contra de cualquier progreso a favor de los animales.

Dentro de este ambiente cultural tan desfavorable, a finales del siglo XIX y principios del XX, en España y Cataluña se desarrollaron movimientos abolicionistas de las corridas de toros, por parte del sector más ilustrado y de la ciudadanía, presentando una propuesta de proposición de ley, por su abolición en el Congreso. Los acontecimientos de la guerra civil española truncó su continuidad durante muchos más años.

En 1925 los refugios de animales abandonados fueron reconocidos como sociedades protectoras de animales y de utilidad pública con la creación de los Patronatos para la protección de los animales y plantas, en 1928. A pesar de haberse constituido reglamentariamente, no se llegó consolidar su funcionamiento a nivel nacional. En 1950 se fundó la Federación Española de Sociedades Protectoras de Animales y Plantas -FESPAP, agrupando los únicos 10 refugios existentes en todo el estado. Su presidenta Dolores Marsans, destacó como proteccionista y defensora de los animales. Hermanada con otras entidades europeas reivindicó que los mataderos incorporaran el aturdimiento previo en el momento del sacrificio, los animales destinados al consumo humano. También participó activamente con la asociación fundada por el Conde de Bailén (Carlos Arcos) que pedía la abolición del Toro de la Vega, tras que el Noticiario «NO-DO» divulgara unas imágenes que evidenciaban la tortura y el sufrimiento de la animal, provocando el rechazo de muchas personas.

En el año 1976, iniciada ya la etapa democrática, se funda en España, concretamente en Mataró, Ong ADDA -Asociación Defensa Derechos Animales, impulsada por un ferroviario a través de su llamada en la prensa. En aquellos momentos el concepto de defensa de los derechos de los animales resultaba pionero y desconocido para una sociedad acostumbrada a identificar la protección de los animales nos los refugios y en la acogida de perros y gatos.

Uno de los primeros objetivos de los miembros de la entidad, era conseguir una primera ley de protección de los animales, dado el vacío legal existente, que contemplara y regulara su defensa. También se pedía la tipificación de los actos crueles con los animales como delito en el código penal.
Después de años de insistencia, finalmente en 1988 era aprobada en Cataluña la primera ley de protección de los animales. Este hecho significó el punto de partida para que el resto de comunidades autónomas, redactaran sus propias leyes de protección. En el ámbito estatal esta «ley marco todavía se está esperando». Sin embargo en la década de los 80 aparecieron otras entidades tanto a nivel nacional como autonómico.

La ley catalana del 88, que permitía el sacrificio de los animales abandonados, se demostró insuficiente y muy poco eficaz. Los abandonos y sacrificios iban creciendo en vez de disminuir, dada la falta de interés y apatía de los encargados en su desempeño. Algunos hechos muy lamentables espolearon a las entidades, como ADDA, CAAN y otros miembros de FEDAN, a solicitar una nueva ley mucho más avanzada que prohibiera su sacrificio. Finalmente en 2003 el Parlamento de Cataluña aprobó esta nueva ley, prohibiendo el sacrificio de animales abandonados en los centros de acogida, y el reconocimiento como seres sensibles psíquica y físicamente.
A nivel nacional a finales de 2003 se funda el PACMA, Partido Animalista Contra el Maltrato Animal. Las fiestas populares con el maltrato y la tauromaquia han sido una de las luchas constantes de las entidades. Ante la celebración del Fórum de las Culturas (2004) ADDA vio la oportunidad de iniciar una campaña para que Barcelona se declarara «Ciudad Antitaurina». Con la entrega de 245.000 firmas de ciudadanos, recogidas a pie de calle, se consiguió que el Ayuntamiento de Barcelona hiciera una votación favorable. Tossa de Mar (Girona) en 1989, ya se había declarado ciudad antitaurina.

Este importante hecho, desencadenó diferentes eventos. En 2004, ADDA entregaba al entonces presidente del Parlamento de Cataluña, Ernest Benach, 453.000 firmas para sol • licitar la supresión de las corridas de toros. Después de una ILP (Iniciativa Popular Ciudadana) con el apoyo de 180.169 firmas, finalmente en 2010, el Parlamento de Cataluña aprobaba la prohibición las corridas de toros. La ley entró en vigor en 2012. La Ley Canaria de Protección Animal, ya había prohibido las corridas en su territorio, en 1991. Actualmente campañas toda España promovidas por diversas entidades están consiguiendo avances importantes contra los espectáculos taurinos.
Barcelona también ha sido una ciudad referente en la consecución de progresos favorables, después de la creación en 1997 del Consejo Municipal para la Convivencia, Defensa y Protección de los Animales, siendo ADDA una de las entidades impulsoras.

El movimiento animalista es creciente y más consolidado cada día. Se ha conseguido que muchas ciudades del estado se declaren «libres de circos con animales». Los zoos cada vez se encuentran más cuestionados y se continúa luchando para concienciar y reducir el sufrimiento animal en la experimentación, cría intensiva, peletería, caza y captura, etc.
La empatía y la compasión hacia todos los seres vivos, es el camino para ir avanzando hacia una sociedad más justa y con una convivencia más equilibrada y cívica con el resto de los animales.

ONG ADDA

*Fondo documental de la revista “ADDA, Defiende los animales”, i del libro “Tauromaquia, el mal cultural” (Carme Méndez).