Listado de la etiqueta: industria vegana

«Se puede tener estilo, vestir bien, incluso de lujo, sin necesidad de que ningún ser sufra por ello»

Belén G. Matheu debutó en la moda siendo una niña y paralelamente a las sesiones fotográficas se licenció en Biología. Su hambre por saber se mantiene insaciable y su compromiso con los animales la han convertido en empresaria. Animalados se encuentra con ella en Barcelona en un hueco libre que queda entre una actividad y otra, ambas con una gran proyección internacional.

¿A qué ha tenido que renunciar como modelo desde que tomó la decisión de ser vegana? 

He renunciado a algunos trabajos como catálogos que promueven el uso de pieles y también he dejado de presentarme a determinados castings de televisión como embutidos, atún y varios del estilo. Pero en cuanto al día de trabajo en sí, suelen haber muchas opciones veganas en el catering o siempre preguntan si vamos a comer a algún sitio.

¿Está el mundo de la moda preparado para asumir lo que significa garantizar unas prácticas libres de crueldad animal? 

El mundo de la moda sí está incorporando cambios, la pregunta es más bien si lo está el consumidor, porque la gente al final tiene el poder de decidir lo que comprar con su dinero. El problema es que hay muchas prácticas que la gente ignora que son crueles, pero si la información llegara a todo el mundo sí demandarían productos libres de crueldad, y a la industria de la moda no le quedaría otra que ofrecer lo que se demanda. Cada vez son más las grandes marcas que se unen al no uso de pieles y demás.

¿Y la sociedad preocupada por las tendencias y la imagen? 

Siempre ha existido, ¿no? Veo bien cuidar de la imagen y mirar las tendencias, no significa seguirlas al pie de la letra. Y más ahora que tenemos los mejores argumentos de sostenibilidad al respecto.

¿Puede ser que el cambio tenga más que ver con la presión por cuestiones medioambientales? 

Totalmente. Hay mucha gente activista por el medio ambiente en el mundo de la moda. Cada vez más diseñadores y marcas utilizan materiales sostenibles en sus colecciones. Me encanta. Aunque la mayoría que conozco comen carne, no hay que infravalorar su trabajo y pasión por promover la sostenibilidad del planeta, pero hay que ser consecuente con lo que se dice y se hace. La gente aprovecha cualquier excusa para dejar de hacer algo que le es incómodo.

¿Realmente se puede consumir según criterios de sostenibilidad coherentes o hay mucha publicidad y confusión? 

Bueno, hay mucho más greenwashing de lo que pensamos. La etiqueta verde o ecológica o sostenible ayuda a la comercialización de las marcas y no siempre lo son tanto o hay más voluntad de vender que el convencimiento de ser sostenible. Hay cosas que están fuera de nuestro control, pero es nuestra responsabilidad informarnos de lo que compramos. No se trata de ser perfectos, siempre se puede ser un consumidor más consciente.

¿Se puede consumir según criterios veganos? 

Seguimos hablando sobre la moda, entiendo? Es más fácil conseguir materiales sostenibles. Solo hay que comprobar que en la etiqueta de materiales no ponga que lleva nada animal… Hoy día hay sustitutos de calidad para piel, pelo, lana, seda… No hay excusa, realmente es muy fácil, sólo es incómodo mirar la etiqueta, pero la vida de un ser lo vale.

La modelo Belén G. Matheu¿Cuéntenos sobre la aventura empresarial? Collection? 

Con unas socias estamos apostando por Liv&Grace Collection. Es un marketplace online de moda vegana que lanzamos el año pasado. La idea surgió para facilitar la búsqueda de ropa, zapatos y accesorios que no tuvieran materiales animales de ningún tipo, y ahorrar tiempo al consumidor de tener que buscar todo por separado sin saber bien dónde. Así que decidimos ofrecer un espacio seguro donde poder comprar lo que te gusta sin preocuparte de los materiales, porque ya hemos seleccionado todas las marcas por ti.

Dice de sus socias que cada una aporta un aspecto de la mente, del corazón y del alma. ¿Cómo es eso? 

Así es. Las tres venimos de un background completamente distinto y tenemos un buen balance. Christiane, es muy metódica y eficiente, ella produce lo que está en su mente. Es una defensora del medio ambiente.

Giovanna es super espiritual, ella cree en el veganismo por razones místicas, somos parte de un todo.

Yo sería la conexión, el corazón, lo hago por los animales, por compasión. Y entre todas nos enseñamos y compartimos los valores. Es bonito aprender de todas.

¿Para investigar la veracidad del sello vegano se sirve de un minucioso proceso que incorporó en la facultad de Biología? 

La carrera me enseñó a tener pensamiento crítico, quiero pensar que sí, que influyó en mi manera de ver la vida y de observar y analizar métodos y procesos más críticamente. La mayoría de los conocimientos técnicos que te enseñan se olvidan. Te queda una visión global de las cosas, y lo más importante, aprendes a pensar diferente.

Igual en España no hay un volumen suficiente de demanda para productos veganos con estilo, con un perfil lujoso, pero sí que hay pequeñas empresas que hacen productos con mucha calidad…. 

Sí, cada vez más. La demanda está creciendo. El objetivo es precisamente hacer llegar este mensaje, que se puede tener estilo, vestir bien, incluso de lujo, sin necesidad de que ningún ser sufra por ello. Y hacer entender a la gente que es lo que pasa hoy día, que los animales sufren es el principal reto, porque la mayoría lo ignora.

Usted se inició en el veganismo a través del visionado de documentales sobre el sufrimiento de los animales más allá de la industria alimentaria…. 

Bueno, fueron diversas fuentes simultáneamente las que me impulsaron a cambiar mi estilo de vida. Antes de decidir ser vegana llevaba año y medio siendo vegetariana, pero vi otros documentales como Cowspiracy y What The Health que me ayudaron a dar el paso.

En este tiempo desde su cambio de mentalidad siente que ha ganado o ha perdido más cosas? 

100% ganado!! en salud, energía, conocimiento, conciencia, en crecimiento personal, equilibrio mental, emocional, espiritual, paz interior, relaciones…Fue la mejor decisión. Ojalá la hubiera tomado antes.

Es duro a veces, no nos engañemos, la conciencia viene con precio a pagar, a más sabes más te duele el mundo, sobretodo al principio cuando descubres e inicias el camino al veganismo, es fácil sentir tristeza constantemente, hay que ir con cuidado de no fatigarse emocionalmente. Pero puedes tomarlo como crecimiento para aprender a gestionar tus emociones. Es importante recordar que no se trata de ser perfectos y de ser compasivos con nosotros mismos, sino de que lo hacemos lo mejor que sabemos. A mi personalmente me ayudó aceptar que no soy responsable por las decisiones que toman los demás, solo de compartir la información que a mí me llega y transmitirla lo mejor posible para que le llegue a más gente. Y sobre todo, no desanimarse si los demás no lo hacen. Como dijo San Agustín, “lo correcto es lo correcto aunque nadie lo haga, lo incorrecto es incorrecto incluso si todos lo hacen”. Lo que tú haces a nivel individual cuenta, quizás no pesa igual que si lo hicieran todos, pero suma, y eres parte de un colectivo que piensa como tú y promueve esos mismos valores que son los únicos que mejorarán el mundo.

Es duro a veces, no nos engañemos, la conciencia viene con precio a pagar»

¿Cómo se imagina la realidad del consumo global en 5 años? 

La verdad quiero imaginarme un consumo sostenible, responsable, donde como consumidores seamos conscientes de lo que estamos comprando, donde sea obligatorio saber el origen de las cosas y nos miremos en lo que necesitamos comprar realmente. Si la demanda en productos de moda vegana sigue creciendo a este ritmo quizá en 5 años no, pero en 10, sea la normalidad encontrarse la mayoría de las prendas con sustitutos y no con derivados de animales.

A nivel de dieta puedo imaginarme un cambio de consumo más notorio en 5 años, ya que en los últimos 5 años ya se ha visto cantidad de cambios, hoy día es mucho más accesible encontrar productos de alimentación veganos, sobre todo en ciudades. ¿Quién hubiese dicho que se haría un Burger King Vegano entero? Así que en 5 años ni nos imaginamos lo que veremos, pero promete.

Emma Infante