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La Síndica de Greuges recomienda al Ayuntamiento hacer campaña para mantener las calles limpias de las deposiciones de los perros

 

En respuesta a diferentes reclamaciones, Maria Assumpció Vilà, Síndica de Greuges de la ciudad de Barcelona, ​​ha recomendado al Ayuntamiento hacer una campaña ciudadana para concienciar a las personas propietarias de perros de cumplir con lo dispuesto en el artículo 60 de la Ordenanza municipal, recoger los excrementos y controlar y limpiar los sitios donde miccionen los animales.

A pesar de reconocer la importante presencia de perros en la ciudad, Vilà ha destacado que el problema no es el número sino el comportamiento incívico de los que los sacan a pasear. Son ellos los responsables de recoger y limpiar los excrementos y orines de sus animales.

Una campaña que se pide sea tanto a nivel publicitario como mediante la presencia de agentes cívicos que ayuden, gracias al trato de proximidad, a concienciar a los propietarios a cumplir la norma.

La Síndica ha querido poner énfasis en que si el ciudadano no cumple la ordenanza sería necesaria la actuación efectiva de la Guardia Urbana, punto que ha hecho llegar también al Ayuntamiento.

 

Silvia Esteve

Los perros de Arenys de Mar tendrán playa este verano

 

Arenys de Mar tendrá en breve un espacio de la playa de la Picordia habilitada para los perros. De esta manera los animales podrán acceder durante toda la época de baño, que va desde el 1 de junio al 16 de septiembre, sin tener que recurrir al horario restringido del resto de las playas, de 8 de la tarde a 8 de la mañana.

¿Qué perros podrán acceder? Sólo aquellos que estén censados en el Ayuntamiento de Arenys, por lo tanto será una playa para los perros locales. Desde el consistorio se quiere evitar que vengan perros de otros municipios.

La zona habilitada estará delimitada por elementos físicos que la separarán del resto del espacio, tanto en la arena como en el agua. De esta manera y como en Barcelona, se pretende minimizar las molestias que se puedan causar a otros usuarios sin perro.

Esta nueva zona para perros llega también con el compromiso del ayuntamiento de crear más zonas de recreo en toda la localidad.

Silvia Esteve

«Abandono 0» el verdadero camino hacia el «Sacrificio 0»

 

El ya muy manido “Sacrificio 0” dio un importante paso adelante en el Pleno de la Junta General del Principado de Asturias del pasado 5 de mayo. La diputada Carmen Fernández, realizó una gran exposición de una batería de medidas encaminadas al “Abandono 0”, un objetivo mucho más realista de protección animal. La iniciativa salió adelante por unanimidad en la mayoría de sus puntos.

Si bien, el Sacrificio 0 como concepto fácil de vender y entender por la ciudadanía, es el “eslogan” perfecto, no entraña en sí mismo todo el bienestar animal por el que debemos luchar desde una entidad protectora. Estar vivo no es sinónimo de estar bien. Reducido al absurdo, en una población donde se abandonan 100.000 animales al año y se adoptan 100, el Sacrificio 0, a secas, solo conseguiría condenar a cadena perpetua a 99.900 reos cada año, con mayor o menos grado de hacinamiento (con todas las penurias que ello conlleva) según la inversión que se realizara en la construcción de centros infinitos. Por contra, en esa misma población, si se abandonan 100 animales y se adoptan 100 animales, ¿habría realmente necesidad de luchar por el Sacrificio 0?

Otra de las medidas perniciosas que acompañan a una obligatoriedad del Sacrificio 0, donde la realidad numérica no permite su aplicación, pasa por la suspensión por parte de los ayuntamientos de la recogida de animales entregados por su propietario (como ya está pasando en el Ayuntamiento de Madrid). Así, al animal cuyo propietario, sean cuales fueren sus motivos más o menos justificados, decide dejar de tenerlo, le cerramos la puerta de entrada al centro mediante la entrega de una manera civilizada y protocolarizada, que además nos permite recabar información que será útil para su puesta en adopción, y le abrimos el tortuoso camino del abandonado en la vía pública, los atropellos, el hambre, la sed, que lo entreguen a un síndrome de Noé, etc. O, en el mejor de los casos, si nadie se lo puede quedar, que lo sacrifique un veterinario como resultado de nuestra “lucha por el Sacrificio 0”.

Por otro lado, el Sacrificio 0, así, tal cual, no lucha porque el menor número de animales pase por la desagradable experiencia de verse abandonado, por el contrario, el Abandono 0 si busca que a ésta traumática situación se vean expuestos los menos animales posibles.

Las medidas recogidas por la diputada de Foro Asturias van desde la reforma de la ley autonómica, hasta las campañas de adopción, esterilización e identificación, pasando por recabar información detallada de la situación en los 78 ayuntamientos asturianos (conocer la dimensión exacta de un problema es el primer paso para resolverlo), subvencionar la construcción de centros de depósito o incluir formación sobre tenencia responsable en la educación obligatoria.

Alejandra Mier
Fundación Protectora de Asturias

Capturando instantes

 

«Bienaventurado el que vuela sobre la vida, y comprende sin esfuerzo el lenguaje de las flores y de las cosas mudas.» Charles Baudelaire

 

Detener el tiempo. Convertir el instante en eternidad. Burlar la muerte que nos trae el olvido.

La fotografía, incluso más que los vídeos, es el arte que mejor logra capturar el alma. Sea lo que ésta sea. La fotografía, deteniendo, contiene.

Los reportajes de Ariadna Creus, de su proyecto Els Magnífics, son Fotografía porque logran precisamente esto.

Inquieta, pequeña, veloz… Ari es todo lo contrario a sus obras: pausadas, pacíficas, hieráticas en movimiento. Ari tiene el don de encontrarte en tu laberinto. A ti y a los tuyos.

Miradas. Miradas secretas de gatos. Cruces de miradas del que olvida que está siendo fotografiado. Imágenes, con contornos desenfocados y encuadres realizados desde el corazón, que logran plasmar las relaciones de amor entre nuestros compañeros y nosotros. Entre su «magnífico» Trico y ella.

Ari dispara al instante, ni al sujeto ni al objeto. Dispara y mata al olvido, dando vida con un clic a la memoria.

Ilumina lo cotidiano, lo sutil, lo efímero, convirtiendo en recuerdo, en postal, un pequeño instante de nuestro paso por este mundo.

Artículo de Sílvia Esteve

«Uno no se acostumbra a la muerte»

Cómo afrontar esta parte de mi profesión es realmente complicado.

En general, cuando surge este tema, las personas te suelen decir que bueno, tu ya estás acostumbrada, que forma parte de tu cotidianidad como veterinaria, que no te afecta como la primera vez que lo hiciste… Pero una no se acostumbra a la muerte.

Yo como persona no me «acostumbro» a lo que representa y como profesional supone en muchos casos frustración por no poder hacer nada más por mi paciente.

Es por ello que, para eutanasiar, he aprendido a gestionar (no anular) mis emociones lo que me permite poder llevar a cabo una tarea tan difícil emocionalmente para la que nadie me ha preparado.

Cada vez que me enfrento a esta situación tengo en cuenta diferentes factores. En primer lugar el paciente, cuál es el motivo de eutanasia y sobre todo si existen otras opciones antes de llegar a ella. No hay que olvidar que mi labor como veterinaria es en primer lugar con el paciente, intentar curar y si no es posible aliviar su dolor o sufrimiento.

En segundo lugar con la familia, siendo el soporte psicológico en una decisión tan angustiosa y difícil. Hay tantas situaciones familiares diferentes como pacientes. Tener empatía con ellos y comprender su situación es fundamental para que este proceso sea lo menos doloroso posible.

En muchas ocasiones no se tiene en cuenta que también somos personas, tenemos sentimientos y que no por llevar a cabo la eutanasia dejamos de tenerlos. No puedo recordar en cuantas ocasiones he salido de la consulta con un nudo en la garganta o cuantas veces me he derrumbado aún sabiendo que es la decisión correcta.

No hay que olvidar que en muchos casos son pacientes a los que hemos visto crecer en nuestra consulta, que vienen felices a verte, a buscar su chuche cuando pasan por delante de la consulta, que te comen a besos si te descuidas…

Por todo ello creo necesario escribir estas líneas. La veterinaria es una profesión que puede llegar a ser muy dura, física y psicológicamente, y aunque muchas veces se reconoce nuestra labor, hay otras tantas en las que no se ve más allá de nuestra bata de veterinario. Bajo el uniforme de la profesión están todos nuestros sentimientos, los que nos hacen luchar cada día por nuestros pacientes y los que nos hacen sufrir cada día por ellos.