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Muere otro lince ibérico atropellado en las inmediaciones del Parque Natural de Doñana

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía ha confirmado que el pasado lunes 1 de noviembre un lince ibérico murió atropellado en la carretera de los Pinares de Aznalcázar (Sevilla), en las inmediaciones del Parque Natural de Doñana.

Según ha informado Ecologistas en Acción, se trata del quinto ejemplar de lince ibérico atropellado en la población de Doñana-Aljarafe en lo que llevamos de 2021, manteniéndose la muerte por atropello como la primera causa no natural de la muerte de este animal, con un 32%, por delante del furtivismo, que es la causa de un 24% de las muertes no naturales.

Tras esta nueva muerte, la organización ecologista ha comunicado que solicitarán al Presidente de la Junta de Andalucía “que se implique en la conservación de este felino único en el mundo, que se encuentra en peligro de extinción, y que coordine a las dos Consejerías competentes, para que enfoquen sus esfuerzos con carácter de urgencia en la corrección de todos los puntos negros y la permeabilización de todas las carreteras y caminos asfaltados, más que en la cuestión secundaria de si se rebaja o no de categoría de protección”.

La asociación, por tanto, pedirá por enésima vez a la Administración andaluza que “acometa un plan eficiente de medidas para evitar los atropellos del lince ibérico, con una moratoria para nuevas carreteras, planes de control de velocidad eficientes y la actuación inmediata para propiciar las buenas prácticas de conducción de vehículos en los puntos negros identificados”.

Ecologistas en Acción ha lamentado que invierten “muchos millones de euros anuales en la cría en cautividad de lince ibérico para liberarlos en el medio natural, pero somos incapaces de evitar que sean atropellados en uno de los dos núcleos consolidados y primigenio de conservación de la especie, Doñana”.

Un máximo histórico para la especie del lince ibérico en peligro de recesión

El pasado mes de junio, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) anunció que la temporada de cría del lince ibérico durante este año finalizó con el nacimiento de 23 nuevos cachorros en los centros de cría de El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana (Huelva) y en el de Zarza de Granadilla (Cáceres), ambos centros gestionados por el Organismo Autónoma de Parques Nacionales.

Entre los ejemplares de Lynx pardinus nacidos esta temporada, se encuentran quince machos y ochos hembras. De estos 23 cachorros, 12 (10 machos y 2 hembras nacidos en cuatro camadas diferentes) se encuentran en las instalaciones de Zarza de Granadilla y los 11 cachorros restantes (5 machos y 6 hembras) se encuentran en el centro de cría ubicado en el Parque Nacional de Doñana, proveniente de otras cuatro camadas.

El grupo de trabajo del lince, coordinado por el MITECO, ha ofrecido en su último informe el mejor balance en dos décadas del estado de las poblaciones de lince ibérico. Fruto de los esfuerzos conjuntos de conservación del lince ibérico en los últimos años, el estudio muestra que la población de lince en España y Portugal ha alcanzado la suma de 1.111 ejemplares censados en ambos países, según datos de 2020.

Esta cifra constituye el máximo numérico registrado desde que existen programas de seguimiento de la especie y supone un aumento significativo, teniendo que en cuenta que en el año 2002 se contabilizaron menos de 100 ejemplares, lo que lo sitúa como uno de los programas de conservación de felinos más exitoso del mundo. Una victoria de conservación que ni mucho menos puede verse truncada por los atropellos en las carreteras.

Las ONGs ecologistas piden la paralización de la ampliación de pistas de esquí en el Pirineo aragonés

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF España han pedido el fin de las obras de ampliación de la estación de esquí de Cerler, en el Pirineo aragonés.

El jueves 24 de septiembre el Gobierno de Aragón publicó la orden para expropiar las tierras de los vecinos del valle de Castanesa y poder avanzar así en la primera fase de la ampliación de la estación de esquí de Cerler en el valle virgen del Pirineo aragonés.

Ante esta decisión, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han pedido al PSOE, Podemos y Chunta Aragonesista que paren las máquinas y frenen así una actividad que está destrozando un entorno virgen de alta montaña. Las organizaciones ecologistas no entienden cómo estos partidos políticos están apoyando un proyecto plagado de irregularidades cuando en teoría se han comprometido a nivel estatal a proteger la biodiversidad.

Las organizaciones también han mostrado su malestar por el derroche de recursos públicos que se están empleando para destruir ecosistemas en plena crisis sanitaria. Además, consideran que la ampliación de pistas de esquí está condenada al fracaso por la falta de nieve debida a la emergencia climática.

Tal y como han informado los grupos ecologistas, la zona en construcción es un hábitat de especies en peligro de extinción como la perdiz nival, el urogallo, el quebrantahuesos o el oso pardo. El proyecto amenaza también ecosistemas frágiles como son el conjunto del Ibón de Basibé y Les Noufonts, catalogados en los inventarios estatal y aragonés por su gran valor ecológico.

Por todos estos motivos, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF España reclaman a la vicepresidenta para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y al vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 que interceda ante el Gobierno de Aragón para que descarte este proyecto insostenible e invierta los recursos en iniciativas de futuro para el territorio que cuiden el mayor patrimonio de los valles pirenaicos, la naturaleza.

Descubre las 7 verdades de Ecologistas en Acción sobre el impacto de la caza

La caza es uno de los temas de actualidad en España. Existen muchas discrepancias en la sociedad sobre la necesidad de existencia de esta actividad. Los que están a favor de ella, defienden que la actividad cinegética es una tradición del país, que los cazadores invierten dinero para mantener la naturaleza, que concede muchos puestos de trabajo en las poblaciones rurales y que es el tercer deporte con más licencias federativas en el territorio español.

Para otros muchos, la caza es una actividad que consiste en matar animales ya sea por negocio o por diversión. La realidad acerca de la actividad cinegética es muy diferente a la que nos quieren mostrar los defensores de la caza. Por este motivo, Ecologistas en Acción ha elaborado un informe en el que desenmascara las verdades ocultas tras la buena imagen que pretenden transmitir. Dicho informe, recibe el nombre de “7 verdades sobre el impacto de la caza en España”.

La caza consiste en matar animales por diversión o negocio

La primera verdad que expone el informe de Ecologistas en Acción habla acerca de la finalidad de la caza en los tiempos actuales. Si bien es cierto que hace ya varias décadas la actividad cinegética era un medio de subsistencia, hace muchos años que su empleo se basa en cuestiones de diversión o negocio.

Cuando hablamos de diversión hacemos referencia a lo que los cazadores llaman deporte. Pero tal y como dice el informe, es una práctica que prima exhibir el mayor número de piezas cobradas y los mejores trofeos.

En el apartado económico, es cierto que cada vez hay menos cazadores, pero el lobby que conforma la caza es muy sólido. El informe detalla que no existen estudios oficiales completos sobre el volumen de dinero que mueve esta actividad. La única revisión completa es de iniciativa privada (Fundación FAES 2007) que cifra los beneficios en más de 2.750 millones de euro.

La caza no es compatible con la conservación de la biodiversidad

Esta es una de las grandes mentiras que defienden los seguidores de la caza, y así lo demuestra el informe. Según las estadísticas oficiales (MAGRAMA 2013 y datos propios) mueren cada año del orden de 25 millones de animales a causa de la actividad cinegética.

Hay que tener en cuenta que la caza no tiene pausa. Existen algunas reglas que acotan espacios y tiempos concretos para esta actividad, pero la realidad es que, ante la falta de control y de normativas sólidas, la caza tiene lugar a lo largo de todo el año y en prácticamente todos los lugares que quiera el cazador. Parques nacionales como los de Cabañeros y Monfragüe sufren la caza durante todo el año a pesar de que la actividad está considerada incompatible con la conservación de estos ecosistemas.

Por otro lado, hay que destacar como la caza amenaza a los animales que están en peligro de extinción. Prácticas propias de la actividad cinegética, como el uso de venenos o el disparo directo, amenaza la supervivencia de especies como el oso pardo o el lince ibérico.

La caza convierte los cotos en granjas intensivas y en campos de tiro

El informe explica que la caza cada vez se centra en más animales criados en granjas y liberados en los cotos para su captura inmediata. Según Ecologistas en Acción, la actividad intensiva y comercial, supone graves desequilibrios en los ecosistemas desplazando y dañando a las poblaciones autóctonas.

Un ejemplo claro es el de la perdiz, cuya caza se ha intensificado en los cotos a lo largo de los últimos años. La intensificación de la caza de estos animales está asociada a la aparición de efectos muy nocivos sobre nuestra biodiversidad tales como la introducción de híbridos de perdiz autóctona con chukar que contaminan genéticamente y desplazan a los ejemplares autóctonos.

La caza no sirve para gestionar la fauna ni para controlar sobrepoblaciones

La mayoría de los cazadores defienden su actividad bajo el argumento del control de sobrepoblaciones como la del jabalí o la del conejo, entre otras. El informe demuestra que esto no es así. En una sentencia del Tribunal Supremo se detalló que está en la naturaleza de las cosas que la caza y  la pesca, lejos de servir a los fines de erradicación de las especies catalogadas como exóticas o invasoras, más bien determinan su mantenimiento indefinido, cuando no la agravación, del status quo actual, dificultando o haciendo imposible su erradicación, que es un objetivo inequívoco de la Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.

La caza limita los derechos de la mayoría de los ciudadanos

La Constitución Española reconoce el derecho a todas las personas al disfrute del medio ambiente. Sin embargo, las consecuencias de la caza son muchas sobre el bienestar del medio ambiente. El informe recoge algunas de las numerosas situaciones que ya han denunciado todo tipo de colectivos y entidades y que atentan al derecho de disfrute.  Las denuncias afectan al corte de caminos públicos, cauces o de vías pecuarias, a permitir que la caza sea aprovechamiento preferente en montes públicos e incluso en espacios protegidos o al intento de sancionar posibles molestias involuntarias a las especies de caza.

La caza no favorece el desarrollo rural, perjudica a otras muchas actividades

Ecologistas en Acción desenmascara otra de las grandes mentiras de la caza, el beneficio en el desarrollo rural. La realidad es que la actividad cinegética, más que favorecer, puede causar muchas molestias sobre cualquier actividad pública realizada por no cazadores. Actividades como el senderismo o la fotografía se ven afectadas por la caza.

Además, el informe comparte un estudio publicado sobre los montes andaluces en el que se explica que las actividades de autoconsumo ambiental, uso recreativo y conservación de la biodiversidad amenazada son más rentables que la caza en términos económicos”. Por tanto, la actividad cinegética es minoritaria en la contribución al desarrollo.

La caza no solo mata, también maltrata

La última verdad que desvela el informe sobre la caza explica una evidencia de cómo esta actividad no respeta los principios más elementales del bienestar animal. Uno de los animales más castigados por la actividad cinegética son los galgos. Unos 50.000 galgos son abandonados al finalizar la temporada de caza, otro muchos, directamente son asesinados con escalofriantes métodos como el ahorco o lanzados a un pozo.

Por último, Ecologistas en Acción explican como la mayor parte de las normativas cinegéticas consideran a los perros y gatos abandonados objeto de captura por parte de los cazadores mediante disparo o trampas. Una barbaridad que demuestra la falta de escrúpulos por parte de los aficionados a esta actividad.

Aquí puedes leer el informe de “7 verdades sobre el impacto de la caza en España”: https://www.ecologistasenaccion.org/33187/