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“La duración y fase del sueño de los animales dependen de su hábitat y especie”

“El sueño en animales depende de su condición evolutiva”, afirma un profesor de la Universidad de Murcia.

Desde el punto de vista de la evolución animal, los depredadores no suelen tener problemas para conciliar el sueño, ya que éstos no temen a ser cazados y pueden gozar de un sueño profundo y prolongado en el tiempo. Sin embargo, los animales que pueden ser cazados tienen el sueño más ligero y corto porque necesitan estar en constante alerta por si acecha algún peligro.

Esta es la conclusión que ha alcanzado el profesor de Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, Salvador Ruiz. Este docente ha dedicado parte de su carrera al estudio de la Neurofisiología en los animales. Su artículo de divulgación ‘El sueño en animales’, publicado en la revista del Colegio de Veterinarios Información Veterinaria ha tenido un gran éxito, con más de 8.000 descargas y miles de visitas. Incluso el programa de divulgación científica de La 2 ‘¡Qué animal!’ mostró interés por la noticia, entrevistando al profesor Ruiz.

Salvador Ruiz, creador de ‘El sueño de los animales’/Universidad de Murcia

Según el artículo, la duración y fase del sueño de los animales depende de su hábitat y especie. La mayoría de los animales que son considerados depredadores pueden llegar a la fase REM del sueño, es decir, pueden tener un sueño profundo y dormir con tranquilidad mucho tiempo. En cambio, los animales que resultan cazados no pueden tener ese mismo descanso debido a su condición vulnerable. El catedrático ejemplifica que “los elefantes y las jirafas llegan a dormir solo 3 o 4 horas para que en caso de ataque puedan escapar con rapidez”.

El sueño REM, que en inglés significa “movimientos oculares rápidos”, sucede con los párpados cerrados y supone además contracciones musculares. Ruiz explica que durante esta fase “hay ondas cerebrales similares a las que se producen durante la vigilia, cuando uno está despierto” y agrega que “la domesticación ha modificado hábitos de sueño en los animales”.

«Las aves son las únicas capaces de dormir sobre un alambre»

Las posturas que adoptan a la hora de dormir son otros condicionantes para conciliar el sueño. El investigador detalla que las vacas pueden masticar durante mucho tiempo del día y deben estar acostadas con las patas bajo su cuerpo para que incluso en la fase de sueño ligera puedan rumiar, “porque la posición ayuda a que el contenido desde el rumen vaya de nuevo a la boca para que se mastique otra vez”.

Otro ejemplo son los caballos. Ellos tienen la capacidad de dormir de pie la mayor parte del tiempo utilizando lo que se denomina el bloqueo rotuliano, es decir, “una inmovilización de la articulación de la rodilla a nivel de las extremidades posteriores”, comenta. Por otra parte, describe que las aves son las únicas que pueden mantener un perfecto equilibrio, ya que “duermen en percha”, ellas son capaces de dormir sobre un alambre.

¿Por qué se produce el sueño en animales?

Existen diferentes hipótesis sobre cómo se produce el sueño. Ruiz certifica que podría tratarse de una acción química como resultado del “incremento de ciertas hormonas o metabolitos en sangre y líquido cefalorraquídeo”. También podría deberse a la disminución de los estímulos o señales que percibe el cerebro, eso es, a una falta de “aferencias externas”, o bien por un proceso neuronal activo con la intervención de ciertas estructuras del sistema nervioso.

Otro de los fundamentos es la temperatura corporal. Su descenso, aunque sea unas décimas, actúa como “una especie de mecanismo de restauración metabólica para que la energía vuelva otra vez a activarse”, comenta el profesor de Universidad de Murcia.

«La reiteración de periodos de falta de sueño prolongados puede llegar a ser mortal»

La falta de sueño es peligrosa, ya que puede desencadenar un deterioro mental. El investigador advierte que en los animales pueden ser frecuentes y tener consecuencias graves y que “se han realizado estudios que afirman alteraciones neurodegenerativas que pueden llegar a ser mortales si se reiteran periodos de falta de sueño prolongados de 24 o 48 horas”.