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Vall d’Hebron estudia los beneficios de la hipoterapia en la recuperación de los niños después del tratamiento por cáncer

El objetivo del proyecto «Cabalgando la Vida» es analizar si la rehabilitación asistida con caballos disminuye las secuelas a medio y largo plazo que la terapia oncológica puede ocasionar en niños y niñas y adolescentes que hayan sufrido un cáncer con afectación al sistema nervioso central.

Los niños y niñas sobrevivientes de cáncer pueden tener secuelas a medio y largo plazo derivadas de la propia enfermedad y de la terapia oncológica a la cual deben hacer frente. Por este motivo, es importante hacerles seguimiento, no sólo para prever la recaída o la aparición de otro tumor, sino también para analizar estas secuelas.

Con el objetivo de mejorar la calidad de vida de estos niños, una nueva investigación analizará los beneficios de la rehabilitación asistida con caballos. Se trata de un estudio impulsado por la Fundación Real Club de Polo de Barcelona, ​​que llevan a cabo el Hospital Universitario Vall d’Hebron y las Escuelas Universitarias Gimbernat en colaboración con la Fundación Federica Cerdá y la Asociación Española Contra el cáncer (AECC).

La hipoterapia o terapia con caballos es una disciplina que utiliza la relación de la persona con el caballo para mejorar tanto parámetros físicos (como la función motora, la posición, el equilibrio, la marcha…) como parámetros psicológicos. Esta terapia ya ha evidenciado beneficios en estudios previos en personas con parálisis cerebral, trastornos del espectro autista o en adultos después de la terapia oncológica. Ahora, este nuevo estudio, conocido como «Cabalgando la Vida», quiere analizar si la rehabilitación asistida con caballos disminuye el impacto a medio y largo plazo de la terapia oncológica en niños y niñas y adolescentes que hayan sufrido un cáncer con afectación del sistema nervioso central.

El ensayo clínico que se realiza en Vall d’Hebron y que ya está en marcha ha incluido hasta ahora 15 participantes de entre 4 y 18 años, entre 6 meses y un año después de recibir el alta de la terapia oncológica. De estos, la mitad siguen la terapia asistida con caballos, además de las pautas de tratamiento y seguimiento indicadas para su enfermedad, mientras que la otra mitad sólo continúa con el tratamiento y seguimiento habituales.

La rehabilitación consiste en 24 sesiones individuales, una por semana. Con la ayuda de un rehabilitador especializado en hipoterapia, los niños hacen un montón de actividades con el caballo para estimular la memoria, la habilidad y la motricidad así como mejorar su estado de ánimo. En las sesiones, los niños y niñas van a buscar el caballo en el establo, hacen la higiene básica, lo cepillan, le ponen la silla, le dan de comer, lo montan y hacen juegos y actividades de rehabilitación sobre el animal.

«Durante el estudio, analizamos variables físicas como el equilibrio o la coordinación, y otras psíquicas como el estado general de salud, la ansiedad, depresión, estado de ánimo, sociabilidad, etc., para observar si su calidad de vida mejora», destaca la Dra. Anna Llort, adjunta del Servicio de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron y investigadora del grupo de Investigación Traslacional en Cáncer en la Infancia y la Adolescencia del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR).

«Hasta ahora estamos comprobando que tanto la experiencia de montar el caballo y la interacción con él como el propio movimiento sobre el animal hacen mejorar estos aspectos. Asimismo, confiamos en que la terapia aporte beneficios a nivel emocional, mejorando la autoestima y favoreciendo el estado anímico del paciente», asegura Anna Salón, psicóloga del Servicio de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del grupo de investigación Traslacional en Cáncer en la Infancia y la Adolescencia del VHIR.

«Durante la monta, el caballo transfiere al jinete su movimiento tridimensional, que le permite un trabajo articular y muscular desde la pelvis a través de los isquiones hasta la primera vértebra cervical, respetando la fisiología del movimiento del tronco humano. Esto hace que funciones propioceptivas y exteroceptivas sean solicitadas y ejecutadas al mismo tiempo. Estos niños toman conciencia de su situación y se adaptan hasta llegar al movimiento normal gracias a la cadencia del paso coordinado del caballo», explica Teresa Xipell, fisioterapeuta y directora de hipoterapia en la Fundación Federica Cerdá. «Además, el caballo y el entorno a la naturaleza hacen que estas actividades les sean de una gran motivación», añade.

El proyecto «Cabalgando la Vida», subvencionado por la Fundación Real Club de Polo de Barcelona, ​​tiene como finalidad relevante la divulgación de los beneficios de la simbiosis entre el caballo y el ser humano a lo largo de la historia. «En una reunión con la Fundación Federica Cerdá, decidimos emprender este proyecto que entronca con una larga relación de la medicina y el caballo. Comenzó con Hipócrates (su nombre significa «Dominador de caballos») y continuó con una larga tradición de ilustres practicantes de la ciencia médica que ponderaron los beneficios de la monta a caballo para el cuerpo humano. Hoy, las cualidades de esta disciplina son ya evidentes en todo el mundo «, explica Emilio Zegrí, presidente de la Fundación Real Club de Polo de Barcelona, ​​quien reconoce que «no se nos ocurre un proyecto más bonito para que se conozca lo que nos pueden dar nuestros amigos, los caballos».

El ensayo clínico comenzó a finales de 2019 y se tuvo que detener el inicio de la pandemia. «Las familias tenían muchas ganas de retomar la terapia porque han podido observar un beneficio en la evolución tanto en el estado físico de sus hijos como en su autoconfianza», concluye la Dra. Llort, quien agradece el esfuerzo por parte de las familias, ya que las sesiones requieren una elevada disponibilidad y flexibilidad para poder asistir a la hípica donde se hace la rehabilitación. Ahora, las sesiones se han retomado y el objetivo es aumentar la muestra para que más niños y niñas se puedan beneficiar y se pueda analizar cuál es el impacto que la terapia con caballos puede tener.

Un estudio de Vall d’Hebron demuestra que la terapia asistida con perros es eficaz en el tratamiento del síndrome alcohólico fetal

Se trata del primer estudio en el mundo que ha evaluado la eficacia de la terapia asistida con perros en el síndrome alcohólico fetal (SAF).

Un estudio realizado por profesionales del Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron con la colaboración de CTAC (Centro de Terapias Asistidas con Canes) y la Fundación Probitas, demuestra que la terapia asistida con perros es eficaz en los pacientes que sufren síndrome alcohólico fetal (SAF).

El síndrome alcohólico fetal es una patología relacionada con el consumo de alcohol durante el embarazo. Como explica la Dra. Nuria Gómez, psiquiatra y responsable del Programa del Síndrome Alcohólico Fetal del Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron, “la ingesta de alcohol durante el embarazo puede provocar daños en el desarrollo del sistema nervioso central. Estos daños causan que los pacientes presenten síntomas diversos, como por ejemplo problemas cognitivos, psicológicos, conductuales y sociales”.

Los pacientes tienen dificultades en el control emocional y la autoregulación conductual, dificultades para entender las normas sociales, déficits en las habilidades de la vida diaria, en las habilidades sociales y el aprendizaje. Sin un diagnóstico y abordaje adecuado pueden sufrir fracaso escolar, abuso de sustancias y problemas legales. La mayoría de los pacientes que acuden a consulta son niños y adolescentes. Pero esta patología también afecta a los adultos, puesto que no tiene cura, a pesar de que puede mejorar.

El año 2018, Vall d’Hebron, con la colaboración de CTAC y la Fundación Probitas, fue el primer centro del mundo que usó terapia asistida con perros para tratar el síndrome alcohólico fetal. En estas sesiones, los pacientes interactúan con perros en terapias dirigidas por una psicóloga y con la presencia de una técnica de CTAC. En cada terapia se marcan una serie de objetivos (como mejorar la tolerancia a la frustración) que se trabajan con diferentes ejercicios.

Como explica Laura Vidal, psicóloga del Programa del Síndrome Alcohólico Fetal, los pacientes con SAF tienen muchos problemas para comunicarse a través del lenguaje verbal. De este modo, “los perros son facilitadores de la terapia, puesto que, con otro tipo de lenguaje, movilizan recursos afectivos y comunicativos en los pacientes”. Los pacientes conectan emocionalmente con los perros gracias a la ayuda de la psicóloga y la técnica, y mediante el juego.

Mejoras en tres grandes aspectos de la patología

Como indica la Dra. Nuria Gómez, “ahora hemos realizado el primer estudio científico del mundo para evaluar la eficacia de la terapia asistida con perros en los menores de edad que sufren síndrome alcohólico fetal”.

En este estudio han participado 33 pacientes de entre 6 y 18 años, que se dividieron en dos grupos: pacientes que solo recibían terapia farmacológica y pacientes que recibían terapia asistida con perros y terapia farmacológica. Primero se hacían seis sesiones individuales y después seis sesiones grupales. Las principales conclusiones son que los niños con SAF que hacen terapia con perros mejoran más que el otro grupo en sus habilidades sociales, regulan mejora su conducta y presentan una mejora general de su trastorno.

En este sentido, como añade Laura Vidal, “hemos visto que, gracias a la terapia asistida con perros, los pacientes se comunican mejor con la familia y expresan mejor sus sentimientos, presentan menos conductas de riesgo, se autorregulan mejor, se frustran menos, controlan mejor su impulsividad y tienen menos rabietas”.

La implementación de la terapia asistida con perros en Vall d’Hebron es fruto de un acuerdo con la Fundación Probitas y la colaboración de CTAC. Vall d’Hebron hace un seguimiento multidisciplinario de estos pacientes, puesto que participan, en el tratamiento, el Servicio de Psiquiatría, y, en su diagnóstico, el mencionado servicio y el área de Genética y los Servicios de Neurología, Radiología y Neurofisiología. Los Servicios de Oftalmología y de Endocrinología también participan valorando posibles complicaciones. En Vall d’Hebron ya se han tratado más de 400 niños y adolescentes con esta patología en los últimos tres años.