¿La nueva área de recreo para perros de Barcelona funciona?

Dos expertas nos ayudan a valorar la recién creada área de la Gran Vía con la calle Nápoles

El área de recreo para perros que hay en el cruce de la Gran Vía con la calle Nápoles de Barcelona es la última que se ha inaugurado. Representa el nuevo modelo de espacios para perros que tendrá a partir de ahora la capital catalana. En los próximos meses se estrenaran, al menos, una por distrito. Otros municipios también están discutiendo cómo hacer las nuevas áreas de recreo para perros (lejos ya de los pipicans). Conscientes de la importancia del momento, hemos visitado esta área de recreo con dos expertas que tienen una gran formación animalista y, además, forman parte del Consejo Municipal de Convivencia, Defensa y Protección de los Animales de Compañía del Ayuntamiento de Barcelona. Son Rosa Sagués, de Udols (La Asociación para el Bienestar del Perro Urbano) y Emma Infante de FuturAnimal. Durante el encuentro, los propios usuarios también nos hacen aportaciones.  Nuestro objetivo es dar a conocer las carencias para evitar que se repitan en las nuevas áreas de recreo. Estas son las conclusiones:

  • LAS DIMENSIONES. Las áreas para perros deben tener al menos 400 metros cuadrados para que los perros puedan jugar y correr. Cuando solo hay una área de recreo por distrito, las dimensiones mínimas exigidas son 700 metros cuadrados. 
  • LAS VALLAS. La altura es muy buena. Supera de largo las vallas que se usaban hasta ahora. Para un perro resulta prácticamente imposible de saltar. El problema que presentan, sin embargo, es que el espacio que queda entre barrotes es demasiado ancho y los perros pequeños se pueden escapar.
  • LA FUENTE. El nuevo sistema para que los perros puedan beber agua está muy bien pensado. Y además se puede volcar para renovar el agua. Aún así el pulsador está demasiado bajo (por las personas mayores puede ser de difícil acceso) y parece que el suelo no drena bien. Ya se ven algunos charcos de agua. Si los perros beben de los charcos (algo que suelen hacer) pueden contraer enfermedades. 
  • DISPENSADORES DE BOLSAS. Se echan de menos. Es cierto que en algunos espacios ha habido problemas porque algunas personas se llevaban todas las bolsas. Se podría instalar un dispensador de pago que, por sólo un euro o incluso por céntimos, diera un buen número de bolsas. este punto no es imprescindible. 
  • PAPELERAS. Sólo hay una.
  • SOMBRAS. Somos conscientes de que la ubicación no se puede elegir con facilidad y menos en la Gran Vía. Pero el sol del verano puede convertir esta zona de recreo en una auténtica parrilla. Convendría garantizar más espacios con sombras para los perros y con bancos para los dueños. Para solucionar este problema se podrían plantar árboles (se debería proteger el tronco de los pipís de los perros) o bien colocar alguna estructura que diera sombra.
  • ELEMENTOS PARA EL JUEGO. Se valora positivamente que se hayan instalado elementos para el juego pero tenemos nuestras dudas de que estos en concreto funcionen. Durante la observación, los perros apenas juegan con estos elementos. Parecen distribuidos sin ninguna lógica. Además, las imperfecciones del hormigón en su base podrían llegar a provocar heridas a los perros. .
  • FALTAN ARMARIOS PARA LOS USUARIOS. Se hace en algunas zonas y funciona muy bien. Se trata de instalar unos armarios pequeños con llave donde los usuarios más habituales de manera voluntaria puedan dejar una escoba, un recogedor y un rastrillo e ir limpiando el espacio con más frecuencia que la de los trabajadores Parques y Jardines.
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