Las 7 cosas que hay que cambiar urgentemente de la industria cárnica

El programa emitido por Jordi Évole sobre la industria cárnica ha abierto el debate sobre un sector del que se sabía muy poco. Aquí apuntamos algunas cosas que deberían cambiar en las empresas que trabajan con animales.

  1. El maltrato animal. La organización igualdad animal denuncia las condiciones de muchos animales en mataderos y granjas. Según explican, a muchos animales se les cortan extremidades sin anestesia. Las instalaciones en las que se encuentran no son adecuadas y el espacio es muy reducido. Además, lamentan que al año se maten más de 56.000 millones de animales, algunos de ellos crías. Unas críticas que ahora han llegado a la opinión pública, gracias al trabajo de muchos grupos animalistas. Por ejemplo, el documental » matadero «, hecho por un activista anónimo, explica las atrocidades de la industria en primera persona.

  2. Las inspecciones, ¿hechas a medida? Según el director general de ganadería en Murcia, Francisco José González, las inspecciones a mataderos se avisan con 72 horas de antelación. Según él, se hace para facilitar la documentación. Pero en la práctica, es más que suficiente para que las empresas reajusten lo que no va bien. Además, la periodicidad de las inspecciones es muy prolongada. Algunas llevan más de 8 años sin hacerse.

  3. La situación de los trabajadores. El programa emitido por Jordi Évole no deja lugar a duda. Muchas personas que trabajan en la industria cárnica lo hacen en condiciones muy difíciles. El trabajo exige un gran gasto físico y muchas horas. El salario que se recibe, en cambio, a menudo no llega a los mínimos necesarios para llevar una vida normal. Además, el impacto emocional de muchos trabajadores al ver el trato que se da a los animales puede ser muy negativo.

  4. Negar la evidencia científica. Las empresas de la carne continúan difundiendo que es sano comer carne procesada y roja. La organización mundial de la salud concluyó que comer carne procesada es cancerígeno. La relación causal es clara, por cada 50 gramos de carne procesada consumida, las probabilidades de padecer cáncer colorrectal aumentan un 18%. La evidencia sobre la carne roja apunta en la misma dirección. Comer carne roja (ternera, animales de caza o cerdo en edad adulta) está relacionado con algunos tipos de cáncer, aunque la causalidad no está tan probada como en el caso de la carne procesada.
  5. Lobismo. La Unión Europea afirma que todos los ‘grupos de interés’ tienen las mismas oportunidades de influir las políticas comunitarias. ¿Pero es esto cierto? Núria Almiron, investigadora en la UPF, y experta en temas animalistas, no lo ve así. «La industria cárnica es mucho más influyente que ningún otro grupo. Cuentan con grandes cantidades de recursos y pueden asistir a tantas reuniones como sean necesarias en Bruselas «. Además, Alimiron asegura que «tienen think tanks (centros de conocimiento) dedicados a influir la opinión pública».
  6. Opacidad. Lo cierto es que mucha información sobre mataderos o granjas aún se desconoce. Estos centros, tal y como se muestra en el programa Salvados, son totalmente opacos. Además, están muy retirados de la ciudad. Los investigadores no tienen acceso, en muchos casos, lo que dificulta la información a la opinión pública y en la comunidad científica.
  7. Desinterés administrativo. Quizás como consecuencia de los dos puntos anteriores (opacidad y lobismo), las administraciones no acaban de actuar para proteger animales y trabajadores. Esto podría estar cambiando, después de que la opinión pública esté replanteandose algunas cosas sobre esta industria.
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