Los circos que trabajen con animales salvajes no podrán actuar en Cataluña

El Parlament aprueba la prohibición pero da una moratoria de dos años para que el sector pueda adaptarse a la nueva realidad

El respeto hacia los animales continúa ganando terreno. Los circos que trabajen con animales salvajes no podrán actuar más en Cataluña, gracias a una ley aprobada hoy en el Parlament, a propuesta de la Asociación Animalista LIBERA! y la Fundación Franz Weber.

La nueva normativa entrará en vigor en dos años, para dar tiempo a los circos para que modifiquen sus espectáculos y los adapten a la ley. La modificación, que se ha aprobado con el 79% de la cámara, se ha conseguido después de diferentes sesiones de debate, donde las dos posiciones enfrentadas (los animalistas y los empresarios del circo) pudieron exponer sus argumentos, así como adiestradores de animales, científicos y veterinarios. El testimonio de estos profesionales dejó claro que muchos de los animales que trabajan en el circo sufren, no sólo por los golpes que puedan recibir por el adiestrador, sino por la vida que supone trabajar en un circo, viajando continuamente, actuando ante el público y en definitiva, viviendo en un entorno tan diferente al natural.

La ley aprobada no determina qué animales se consideran salvajes y cuáles no. Para determinar esta diferencia, se constituirá un observatorio formado por científicos y académicos de los ámbitos de la etología, la veterinaria y la zoología; representantes de los colegios profesionales de abogados y de veterinarios; y representantes de los circos que tengan espectáculos con animales domésticos, y de las entidades de protección de los animales. Aunque las entidades animalistas están muy satisfechas por el acuerdo alcanzado lamentan que los animales domésticos puedan seguir apareciendo en el circo.

El observatorio creará un precedente histórico, como explica Leonardo Anselmi, portavoz de la campaña Cataluña Libre de Animales en el Circo: «No ha existido nunca en ninguna parte en todo el mundo un observatorio así. Los activistas que vivimos en Catalunya entendemos que cumplimos un rol muy importante en el movimiento global de los derechos de los animales, que es aportar precedentes que no se han dado a otros lugares. Si después de un estudio científico llevado a cabo por especialistas se determina que todos los animales sufren en el circo, Catalunya sería la bisagra entre las inexplicables prohibiciones sólo con salvajes, hacia las justas prohibiciones con todos los animales: si la naturaleza no discriminó en el momento de otorgarles capacidad de sufrir, la ley tampoco debería hacerlo».

La reorientación del circo

En Catalunya ya había un centenar de ayuntamientos, con el de Barcelona entre ellos, que habían prohibido los espectáculos de circos con animales salvajes. Esta situación había provocado que este tipo de circos ya no vinieran a Cataluña, porque no les salía rentable venir al territorio si no podían actuar en las principales ciudades. En Cataluña, donde el circo tiene una larga tradición, ya hace tiempo que este tipo de espectáculos se están reorientando.

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