Solo un 4% de las viviendas en alquiler en España aceptan a familias con gatos o perros

Según la Fundación Affinity en un 44% de los hogares españoles vive un animal de compañía.

La Fundación Affinity y el portal inmobiliario líder en España, Fotocasa, se han aliado para sumar esfuerzos y mostrar las dificultades que afectan a las familias con perros y gatos a la hora de alquilar un vivienda. A través de esta alianza han demostrado algunas de las barreras que todavía existen para que los animales de compañía sean aceptados plenamente en nuestra sociedad.

Según datos de Fotocasa, el alquiler en nuestro país supone el 23% del mercado inmobiliario. No obstante, para aquellas familias que tienen perros y gatos alquilar no es fácil. El portal inmobiliario ha publicado que a principios de este mismo año solamente el 4% de los pisos en alquiler permiten expresamente el acceso a familias con animales, porcentaje que ha bajado respecto al 2021, donde la cifra se encontraba en un 5%.

Sin embargo, la cifra podría ser mayor si ambas partes, el propietario de la vivienda y la familia que convive con un perro o gato, llegan a un acuerdo. En España, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), reguladora del mercado del alquiler, otorga a los arrendadores la potestad para aceptar o no animales en su propiedad.

“Queremos sacar a la luz los problemas que tienen las personas que conviven con un animal de compañía a la hora de alquilar una vivienda donde todos los miembros de la familia, incluidos los perros y gatos, sean bienvenidos. Queremos ser un altavoz de este problema que afecta a muchas personas cada año y animarlas a que puedan expresarse y pedir un cambio de actitud a la sociedad”, declara Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.

En muchos contratos se incluye la cláusula de ‘no se aceptan animales’ por defecto y queremos mover a la reflexión sobre este tema. Convivir con un animal de compañía no es sinónimo de problemas, simplemente hay que cumplir unas normas básicas y creemos que hoy en día tenemos suficiente información y responsabilidad como para asegurar una buena convivencia”, asegura Buil.

Casi el 50% de los hogares en España vive con un animal de compañía

Hay que tener en cuenta que convivir con un animal de compañía es una situación bastante generalizada en nuestro país. Según datos de Fundación Affinity, en casi la mitad de los hogares en España -en concreto en un 44%- vive con animales. En este sentido, las limitaciones existentes para estas familias que quieren acceder a una vivienda de alquiler comprometen una necesidad básica.

“Cada vez es más necesaria la aceptación de animales en la vivienda de alquiler. Esta admisión ayudaría al equilibrio del mercado del alquiler, donde muchas familias inquilinas son rechazadas de las candidaturas a la vivienda por el hecho de tener perros o gatos. Es responsabilidad de todos conseguir una sociedad más respetuosa con los animales y sus familias”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

¿Por qué los propietarios no quieren aceptar a familias con animales de compañía?

Sigue extendida la creencia de que los animales de compañía pueden suponer un gasto añadido para el arrendador por los desperfectos que estos pueden ocasionar en la vivienda. No obstante, lo que parece preocupar más a los que quieren arrendar sus propiedades son los inconvenientes en la convivencia, como son los posibles ruidos u olores. En muchos casos, se alude a estos supuestos para obstaculizar el acceso a la vivienda a familias con perros y gatos.

Sin embargo, si tenemos en cuenta las denuncias que reciben ayuntamientos como el de Barcelona la realidad es muy distinta. Según datos del consistorio barcelonés, la media de denuncias recibidas al mes por molestias ocasionadas por perros en domicilios privados, como ladridos o problemas derivados de una mala higiene del animal, son muy inferiores a otros motivos, como el ruido causado por grupos de ciudadanos o por la contaminación del aire.

“Creemos que esta negativa por parte de los propietarios de viviendas responde más a los prejuicios que como sociedad arrastramos que no a la realidad. Como es normal, las personas no quieren problemas y ponen los mecanismos necesarios para evitarlos. Debemos desterrar la idea de que los animales son sinónimo de ruidos y suciedad porque eso no tiene ninguna base y es una creencia que merma la igualdad de oportunidades de muchas familias a la hora de acceder a una vivienda”, concluye Isabel Buil.

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