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Stevie, el gato enfermo y ciego que ha sobrevivido a la dureza de la vida de la calle

Con solo tres meses de vida, Stevie fue encontrado en la calle con una infección respiratoria, pero gracias a la asociación Katubihotz, el animal ha sobrevivido y muy pronto tendrá un hogar definitivo con una familia que lo ha adoptado a pesar de su estado frágil de salud y de su ceguera.

Que la calle es dura para los gatos, aunque los mitos digan que pertenecen a ella, es una verdad que todo el mundo debería conocer. Al contrario de lo que cuenta la creencia popular, el gato es un animal domesticado por los humanos, que ni vive en un entorno natural, ni puede sobrevivir muchos años sin nuestra ayuda.

Stevie nació en una amplia camada de gatos. Otra más para su madre callejera que los cuidó y alimentó de la mejor manera posible. Aunque poco pudo hacer ella contra la enfermedad que, sin remedio, fue llevándose uno por uno a todos sus bebés. Sin embargo, Stevie tuvo suerte. Él aguantó un poco más. El tiempo justo para que una persona lo encontrase en la calle y se apiadase de él lo suficiente como para recogerlo, llevarlo a su casa y alimentarlo.

Katubihotz, una asociación de Pasaia (Guipúzcoa) para el rescate felino y la gestión de adopciones, recibió una llamada. La persona que había encontrado a Stevie se puso en contacto con ellos para explicarles la situación del cachorro, que había aparecido solito y enfermo en medio de la calle.

En las fotos y videos que recibieron Katubihotz era evidente que el joven felino apenas podía respirar a causa de una infección respiratoria, por lo que Stevie necesitaba un veterinario de manera urgente si quería sobrevivir a esa misma noche. Lamentablemente, la persona que encontró a Stevie no estaba dispuesta a proporcionarle esa atención, de manera que, finalmente, a pesar de estar muy saturados de trabajo, la asociación vasca decidió hacerse cargo del animal y de sus gastos veterinarios.

Stevie en el veterinario/Katubihotz

Stevie tenía neumonía, fiebre, parásitos intestinales, pulgas y cientos de garrapatas que invadían cada centímetro de su pequeño y esquelético cuerpecito de tres meses de edad. Además, la infección había destrozado sus ojos. Stevie nunca podrá recuperar la visión. De hecho, con el tiempo, tendrán que extirpar esos ojos que de nada le sirven y que probablemente serán un foco de más infecciones en el futuro.

A pesar de su frágil estado de salud, Stevie está feliz. Por fin se siente seguro, tiene comida, agua, atención y mimos. Le encantan las muestras de cariño y los juguetes. Se ha adaptado increíblemente bien a su casa de acogida. La realidad es que los animales no se lamentan como los humanos por problemas tan serios como no poder ver. Él sigue adelante, regalando amor, ronroneos y risas a cada una de las personas que tienen la oportunidad de conocerlo.

Cuando esté totalmente recuperado, Stevie se irá a su hogar adoptivo definitivo, donde le esperan una hermana mayor gatuna y unos papis que se enamoraron locamente de él al segundo de conocerle. Además, su futura mami humana está esperando la llegada de un bebé, algo que no les ha frenado a la hora de decidir abrir las puertas de su familia a un pequeñín que necesitaba tanto cariño y amor.

Stevie pronto podrá ir con su nueva familia/Katubihotz

Las cosas no podían haber terminado mejor para Stevie, uno de los pocos afortunados que ha logrado sobrevivir al destino que la calle les aguarda. Es cierto que ha perdido la visión en el intento, pero a cambio tiene una feliz y larga vida por delante.

“Desgraciadamente, la mayoría de los gatos callejeros que conviven con nosotros tienen un final muy diferente. Miles de crías nacen al año solamente para morir de formas terribles, mientras que los que llegan a ser adultos, sobreviven con dificultades y luchan el día a día contra el hambre, la enfermedad y la miseria. Por este motivo es tan importante castrar, alimentar y cuidar a los gatos callejeros. No podemos sacarlos a todos de la calle, pero si la sociedad se conciencia y colabora de verdad, juntos podemos darles la vida digna y de calidad que merecen”, explican desde la asociación Katubihotz.

Qué hacer si te encuentras un gato en la calle

Lo que debes hacer si te encuentras un gato en la calle va a depender de muchos factores. Si estás en una ciudad donde es raro ver gatos por la calle y te encuentras con uno que llama tu atención, lo primero que debes hacer es mantener la calma y observar. Si no tienes a mano una persona experta en gatos plantéate al menos tres preguntas clave antes de actuar.

¿Es seguro acercarte al gato sin que él ni tú corráis peligro?

Has de valorar si el lugar donde está el minino es peligroso dado el caso de que éste huya cuando te acerques. La seguridad ante todo, ya que los gatos son imprevisibles y ágiles. Estos felinos pueden correr velozmente en dirección contraria cuando se asustan. Si, por ejemplo, pasan coches cuando te aproximas puedes provocar un terrible atropello involuntario. De ahí que garantices que tanto tú como el gato estáis en condiciones suficientemente seguras para interactuar. Reconocer las necesidades de un gato puede llevar tiempo: si quieres ayudar a un gato no vayas con prisas.

¿Estás seguro de que éste gato no es un gato que vive feliz en la calle?

Una cosa importante que debes observar son las orejas del gato, basta con valorar su perfil. Si en una de sus orejas ves una marca en forma de uve, o una asimetría artificial en sus pabellones, probablemente se trate de un gato de la calle esterilizado que vive en una comunidad estable llamada colonia. Ya hay humanos que cuidan de él y de toda su familia. Se trata de un gato feral o callejero. Para ellos es imposible ser felices encerrados. Un gato feral se estresa y muere si es recluido, ya sea en una casa o en una gatera pública o una privada.

Existe la creencia que los gatos de casa pueden sobrevivir en la calle y que los gatos de la calle preferirían vivir en una casa. Tanto una cosa como la otra son falsas.

Los gatos, aunque sean todos domésticos y de una única especie, la felis catus, según su socialización y su lugar de nacimiento tienen distintas necesidades. Los gatos nacidos en un hogar, con una interacción estrecha y temprana con humanos, son gatos caseros. Durante las seis primeras semanas suelen relacionarse solo con la madre, con los hermanos de camada y con las personas del hogar. A partir de las doce semanas ya pueden integrarse en nuevas familias, pero nunca jamás deberían acabar en la calle deliberada ni accidentalmente. Las asociaciones protectoras de gatos advierten del deber de los propietarios de extremar la precaución con ventanas, balcones y puertas de salida además de la obligación de tener a los gatos esterilizados e identificados con un microchip. No te pierdas el post de los diez consejos para evitar que tu gato se pierda.

La vida y la salud de los gatos ferales mejora exponencialmente si se benefician del CER. El CER es la captura, la esterilización y el retorno al área de origen de los gatos no caseros. Es el método más ético, económico y efectivo para estabilizar y reducir las poblaciones de gatos. Mediante jaulas-trampa se captura a los gatos, luego son llevados al veterinario, son desparasitados, vacunados y finalmente sometidos a una mínima intervención para esterilizarlos. A las pocas horas de observación y recuperación son retornados a su territorio natal.

Tal vez se trata de un gato sin marca en la oreja que reclama insistentemente tu atención con vocalizaciones y gestos. Eso puede significar dos cosas: que en el municipio donde estáis no se hace el CER y estás frente a un gato de la calle que no goza de los beneficios del cuidado oficial de la colonia y tiene hambre. O, siendo un municipio con CER, has topado con un gato casero abandonado o extraviado. Si es un gato muy socializado tal vez te reclama mimos y amparo, además de alimento.

¿Estás seguro de que es un gato casero en apuros?

Incluso a los expertos les resulta complicado distinguir cuando un gato es feral o no, hay caseros muy tímidos y callejeros muy zalameros pero incapaces de soportar la retención entre cuatro paredes. Si estamos ante un gato de familia extraviado o abandonado éste debería llevar un chip – normalmente en el lado izquierdo del cuello-. Eso lo puede comprobar la Policía Local, el SEPRONA o un veterinario cercano. El traslado de un lugar a otro de un gato dócil es mejor hacerlo dentro de un transportín tapado con una toalla. Si el gato es mimoso y a nadie le consta dónde y con quién vive, debe llamarse a los servicios municipales de recogida, a un refugio local de animales o se puede acoger en el propio domicilio hasta la aparición del propietario o una adopción definitiva. Cuando se localiza un animal de compañía en la vía pública, los particulares que lo han encontrado deben publicitar su hallazgo mediante carteles con una foto, haciendo referencia al género, el día y modo de contacto. También es obligatorio notificar el descubrimiento y la tutela a las autoridades. Cuando ya se tienen gatos en casa, un veterinario deberá realizar distintos procedimientos con el nuevo antes de nada. Por razones de salud y de comportamiento no deben mezclarse gatos desconocidos en un mismo espacio sin tomar las adecuadas precauciones.

Una respuesta extra

Los gatos amparados por el CER suelen tener buen aspecto, tienen un peso adecuado y su pelaje luce sano. Para cumplir la ley y garantizar la tenencia responsable todo ayuntamiento avanzado en materia de protección animal acuerda y financia con asociaciones animalistas el programa CER para los gatos de sus calles. En casi todas las poblaciones españolas hay personas, mujeres en su mayoría, que cuidan de sus vecinos felinos. Las gateras o gestoras de colonias los alimentan, les ponen agua, mantienen la zona limpia, en invierno les montan cobijos camuflados y, de ser necesario, los llevan al veterinario. En los países anglosajones se habla de gatos comunitarios a los que viven en colonias controladas mediante el CER y al CER se le llama TNR.

Si la experiencia de acercarte a los gatos callejeros te fascina puedes mirar de contactar con asociaciones locales o con la concejalía de medio ambiente de tu municipio e informarte de lo qué hay y cómo colaborar. Las gateras suelen descubrir su vocación al enamorarse de un primer gato del que supieron que aun siendo feliz en la calle necesitaba cuidados regulares.

Autor: FdCats