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Investigado un alcalde de Asturias por un delito ecológico que afecta gravemente a especies en peligro de extinción

El alcalde de Cangas del Narcea está siendo investigado por delito ecológico por unas obras que afectan gravemente al Parque Natural de Fuentes de Narcea y a sus especies protegidas. El Ayuntamiento estaba ejecutando las obras sin ningún tipo de autorización ambiental.

El alcalde de Cangas del Narcea ha sido citado el próximo 16 de febrero a declarar como investigado ante el Juzgado de lo Penal e Instrucción número 1 de Cangas de Narcea. Se trata de un juicio por delito ecológico como consecuencia de unas obras de aterramiento y por la construcción de una pista que ha afectado gravemente a una zona de alto valor ecológico situada en el Parque Natural de Fuentes de Narcea, Degaña e Ibias, en Asturias.

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) descubrió en una zona protegida de alto valor ecológico, la realización de unas obras que estaban alterando gravemente los ecosistemas naturales del Parque Natural y las especies en peligro de extinción que lo habitan. Todo esto fue comunicado por dicha asociación al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA).

“Esta obra se está produciendo en una zona de alto valor ambiental, una zona muy protegida. Son espacios que requieren un estudio profundo y una autorización ambiental para poder realizar obras. Tristemente, la mayoría de las personas piensan que los niveles de protección de los ecosistemas son una exageración y no tiene mayor importancia. En los ayuntamientos prevalece más el tema votos que la conservación medioambiental. Osos, corzos y otros animales en protección propios de la Cordillera Cantábrica se ven gravemente afectados por este tipo de obras”, explica para Animalados Roberto Hartasánchez, presidente de FAPAS desde 1982.

«En los ayuntamientos prevalece más el tema votos que la conservación medioambiental»

Tal y como informan desde FAPAS, unas pequeñas sendas que configuraban una zona de paso de fauna de la zona y con importantes valores ecosistémicos estaban siendo destruidas por la construcción de una pista forestal. Estas acciones humanas estaban alterando el equilibrio ecológico del Parque Natural de Fuentes de Narcea.

Además, FAPAS pudo comprobar que tanto la guardería como los cuerpos y fuerzas de seguridad no tenían conocimiento de dichas obras. El Ayuntamiento de Cangas del Narcea estaba ejecutando las obras sin un estudio ambiental y no constaba ninguna autorización ambiental para la ejecución de las mismas.

Según la opinión de Eduardo Gil, abogado ambientalista y letrado del FAPAS en el presente procedimiento “el presente caso debe servir de precedente para crear conciencia de la necesidad de preservar los valores ambientales de las zonas legalmente protegidas, y de sancionar las obras que no cuenten con las correspondientes autorizaciones ambientales, y que ejecuten de manera ilegal tanto los particulares, como en el presente caso, las propias administraciones públicas y entes locales”.

Tras la investigación y el atestado del SEPRONA, la Fiscalía del Principado de Asturias procedió a instruir las oportunas diligencias y presentar una denuncia por los presentes hechos ante el órgano jurisdiccional competente. FAPAS se ha personado para solicitar, entre otras cosas, la restauración del daño causado y la reposición de los hábitats y ecosistemas naturales al estado previo del inicio de las obras.

La Fiscalía de Medioambiente denuncia ante el juzgado la muerte de dos osos

La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias ha comunicado a FAPAS que ha llevado a cabo dos denuncias ante los juzgados de Cangas del Narcea y Grado por la aparición de dos osos muertos el pasado año, uno en la localidad de Moal y el otro en un camino en Somiedo.

Las denuncias de la Fiscalía ante los juzgados han sido motivadas por sendos informes que FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) remitió a la Fiscalía del TSJ de Asturias en los meses de junio y julio del 2021, argumentando la necesidad de desarrollar procedimientos de investigación que determinasen si la muerte de estos osos pudiera haber estado vinculada con actos delictivos.

Después de las correspondientes diligencias de investigación iniciadas por la Fiscalía, el Fiscal ha presentado las denuncias correspondientes ante la apreciación de un presunto delito contra la protección de la fauna, previsto y penado en los artículos 334 y 336 del Código Penal.

El PAPAS lleva años denunciando que en muchos de los casos de aparición de osos muertos las administraciones tratan de ocultar las verdaderas causas, argumentando que los osos muertos fallecieron por causas naturales: depredación, peleas o despeñamientos, con lo que evitan iniciar procedimientos de investigación que pudieran identificar otras causas de la muerte de osos, especialmente si estas pudieran estar vinculadas con actos ilegales.

El caso más mediático que ha podido ser puesto al descubierto es el del oso Cachou, hallado muerto en los montes del Pirineo aranés, siendo inmediatamente considerada esta muerte por parte de las Administraciones del valle de Arán como un hecho producido a causa de una pelea entre osos.

La denuncia de FAPAS y de otras ONGs obligó a una severa investigación que puso al descubierto una trama mafiosa para matar osos en la que estaban involucrados responsables de la conservación de la especie.

Ahora, en Asturias se ponen en marcha dos procesos judiciales que darán pie a la posibilidad de salir de este círculo vicioso en el que se han instalado las administraciones de aquellos territorios donde hay osos y que hasta ahora han tratado de evitar por todos los medios, salvo muertes imposibles de camuflar, la aparición de osos muertos en caminos o lugares extraños fuese investigada con el máximo rigor técnico y científico, cuestión que, lamentablemente, no se ha dado a lo largo de los últimos años con los osos muertos localizados en las montañas cantábricas.

Un estudio encuentra genes de resistencia a antibióticos en las muestras cercanas a explotaciones porcinas en Catalunya y Aragón

Un estudio internacional desvela que debido al excesivo uso de antibióticos en las granjas porcinas, en las aguas de Catalunya y Aragón se acumulan genes de resistencia a antibióticos (ARGs).

La resistencia a los antibióticos es una pandemia mundial que mata cada año a 700.000 personas y se espera que la cifra incremente considerablemente. Los fallecimientos se deben a infecciones que antes podían tratarse con antibióticos y ya no pueden curarse porque las bacterias han desarrollado mutaciones genéticas que les confieren resistencia a la antibioterapia disponible.

Un estudio encargado por la World Animal Protection, que en España se realizó a través de FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales) e investigadores expertos independientes, ha encontrado genes de resistencia a antibióticos (ARGs) en las muestras cercanas a explotaciones porcinas de entre 1.000 y 5.000 cerdos en Catalunya y Aragón.

Para el análisis, se tomaron muestras de agua y sedimento en diferentes puntos de los ríos Gállego, Cinca y otros afluentes. Se detectó la presencia de 8 tipos distintos de ARGs. En el río Gállego la concentración se incrementó a medida que avanza el curso del río, sumando el efecto de acumulación de granjas industriales en la zona. En el caso del Cinca, se observó cómo las concentraciones aumentaban muy significativamente para ARGs directamente relacionados con antibióticos ampliamente usados por la industria porcina justo después de su paso por la granja.

Igualmente preocupantes son los niveles inusualmente altos de ARGs detectados en aguas subterráneas en la comarca catalana de Osona, zona con gran actividad industrial ganadera, donde se fertilizan los suelos con estiércol que proviene del ganado. Estudios anteriores mostraron niveles cada vez más altos de nitratos (normalmente asociados a la contaminación por excrementos de actividad ganadera intensiva), que hicieron declarar el agua de las fuentes de la zona como no potable.

Estos ARGs indican la presencia de superbacterias. Estas resistencias han sido generadas por un uso abusivo e incorrecto de los antibióticos a lo largo de los años tanto en personas como en animales a través de la ganadería intensiva.

En España, 3/4 de todos los antibióticos del país se destinan a animales de ganadería. Concretamente, el 75% de éstos se utilizan para cerdos.

Con 46 millones de cerdos sacrificados anualmente, concentrándose un tercio de estos en Aragón y Catalunya, España fue el principal país consumidor de antibióticos de la Unión Europea en 2014. Gracias a la vigilancia en el consumo y a la inminente normativa que limitará su uso, se ha conseguido una reducción, pero todavía lejos de la media europea.

También según datos del Plan Nacional por la Resistencia a los Antibióticos, se apuesta por prohibir o limitar el uso en animales de un tipo de antibióticos que deben reservarse para tratar a las personas con mayor seguridad. Sin embargo, sustituir un antibiótico por otro o buscar alternativas terapéuticas no garantizará el fin de esta pandemia: la raíz del problema no es el uso de antibióticos per se, sino las razones por las cuales se necesita utilizarlos.

El sistema de producción, principalmente por la cantidad de animales y las altas densidades, lleva asociado el riesgo ya que en esas condiciones es más fácil contraer infecciones y que se transmitan a todo el grupo rápidamente.

El hacinamiento, la falta de espacio, de enriquecimiento ambiental, el entorno y las exigencias productivas debilitan el sistema inmunitario de los animales, sometidos a un estado de ansiedad continuo. Y ya que el sistema inmunológico de los cerdos no puede hacer frente a estas condiciones estresantes y antinaturales, se les suministran antibióticos para mantenerlos sanos.

Este sistema productivo debe cambiarse por completo, no sólo por los animales, como advierten desde hace tiempo las organizaciones de protección animal y el mundo científico comprometido con el bienestar animal; sino también por salud humana y medioambiental.