El zoo dice que apuesta por la protección, pero mantiene animales sin riesgo de extinción

El nuevo plan estratégico prevé la llegada de especies en peligro de extinción, en programas de conservación y mediterráneas, así como la «salida» de animales que no cumplan estos criterios.

El zoo de Barcelona ha anunciado cambios de gran alcance en su estructura. El proyecto tiene como objetivo principal la conservación de animales mediterráneos que estén en conservación o en peligro de extinción. Por ello, según ha afirmado la dirección del zoo, se avanza hacia un espacio sin camellos, rinocerontes e, incluso, tigres, por no cumplir estos criterios. En cambio, se incorporarán otras especies mediterráneas y en peligro, como el tritón del Montseny o la tortuga del arroyo, entre otros.

El plan cuenta con un presupuesto de 64,4 millones de euros y se llevará a cabo entre 2018 y 2031. Su director, Antoni Alarcon, ha asegurado que «es prioritario acoger animales que presentan un alto nivel de amenaza». Por este motivo, el zoo no acogerá más rinocerontes o camellos, en palabras del propio Alarcon, una vez se trasladen o mueran los que actualmente quedan en el zoo. Un criterio que no se mantendrá en el caso de los pingüinos, que a pesar de no ser autóctonos, ni estar en peligro, se mantendrán.

Críticas al proyecto

Marta Gumà, presidenta de la Liga para la Defensa del Patrimonio Natural, se muestra crítica: «si el criterio es mantener animales en peligro, y autóctonos, por qué los pingüinos del zoo se quedarán?», pregunta. Según Gumà, el zoo adopta esta doble vara de medir «porque el pingüino es mediático y atrae visitantes». Un criterio que nada tiene que ver con la creación de un espacio de protección de animales en peligro.

«El zoo presenta muchas infraestructuras en mal estado, que no favorecen el bienestar animal«, lamenta Gumà. «Con el dinero que han invertido, se podría haber resuelto este problema también». Además, uno de los inconvenientes más grandes, según la defensora de los animales, «es que el proyecto no hable de acogida de animales, por ejemplo, los que vienen de circos».

Además, este proyecto, que cuenta con la aprobación del consistorio, es diferente a la promesa que había hecho Ada Colau sobre un espacio que evite la exposición de animales.

Emma infante, experta en Derecho Animal y Sociedad, «agradece al nuevo director la voluntad de mejorar las instalaciones, tal y como las asociaciones animalistas llevan tiempo reclamando». Infante también lamenta que las propuestas «no acaben con la exhibición animal.»

Reducción de especies en el zoo, incorporación de nuevas

El proyecto prevé pasar del 15% de fauna autóctona al 30%. Así, se priorizará la llegada de la Nutria, el tritón del Monseny, anfibios del Empordà, las mariposas del Área Metropolitana, o el fartet del delta del Llobregat, entre muchos otros. También se quieren incrementar las especies en un alto nivel de amenaza, pasando del 22% al 40%.

Todo ello, se hará en detrimento de más de 100 especies, que dejarán el zoo. O bien porque se trasladarán a otros espacios o bien porque no se incorporarán otros una vez mueran. Por ello, el zoo podría quedarse con poco más de 200 especies. El director del zoo ha asegurado que «esto no significa reducir el número total de animales». Pero lo que seguro que cambiará es el zoo tal y como lo conocemos.

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