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Por qué abolir los toros es un paso necesario para construir el país que queremos

Si los catalanes somos tan europeístas como creemos, hay que abolir las fiestas con toros que aún perduran en nuestro país.

Las fiestas de raíz tradicional en las que los protagonistas son animales tienen un carácter universal, ya que a lo largo de la historia podemos encontrar ejemplos en todo el mundo. Aun así, en la mayoría de países europeos, este tipo de celebraciones ya forman parte de la barbarie del pasado y nadie se plantearía recuperarlas como parte del patrimonio cultural inmaterial. Las fiestas con animales fueron abolidas en el siglo XIX o incluso antes, gracias a la llegada de las ideas de la Ilustración, un movimiento político, intelectual y moral fundamental para entender la evolución social y cultural de las sociedades europeas tal y como hoy las conocemos. Por supuesto, en el Reino de España, la Ilustración causó una profunda animadversión, y sus ideas fueron cruelmente perseguidas por la Santa Inquisición.

Pese a que podamos pensar que el siglo XIX nos queda muy lejos, hoy todavía son muchas las consecuencias históricas que conlleva no haber experimento el proceso de la Ilustración en nuestro país. Los ilustrados siempre se opusieron a todos los tipos de tortura, ya fuera infligida a humanos o animales, a las ejecuciones públicas, a las quemas de brujas, a la superstición, el fanatismo religioso, la intolerancia, al entretenimiento de baja calidad basado en peleas entre hombres o maltrato de animales… estas reformas y cambios de paradigma culturales resultaron claves para la evolución social y para configurar la sociedad europea tal y como hoy la concebimos.

El hecho de que las corridas de toros y los correbous (o encierros) hayan perdurado hasta nuestros días es una anomalía histórica derivada de la falta de cultura ilustrada en nuestro país. Las fiestas con toros que se celebraban hasta el siglo XIX en Inglaterra, no eran menos crueles que las que se celebran todavía hoy en el Reino de España, incluido el Principado de Cataluña.

Los bull-baiting, peleas entre perros y toros, los bear-baiting, peleas entre huesos y toros o los bull-running, correbous al estilo de Sanfermín fueron muy frecuentes hasta el siglo XIX en las ciudades industriales del norte, pero estas prácticas fueron prohibidas a partir del 1824, año en el que se fundó The Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, una entidad creada para promover una educación humanitaria y el respeto a los animales, con una única finalidad: construir una sociedad mejor. Paralelamente en España, el rey Fernando VII, el último rey absolutista, cerró la Universidad y abrió las escuelas de tauromaquia, desde donde se promocionó la tauromaquia que hoy conocemos. En lugar de fomentar la educación de la sociedad, la realeza española fomentó la vileza y la incultura. Hoy, el resultado de estas políticas aún pervive: entre muchos otros defectos, somos el paradigma cultural del maltrato animal.

Helena Escoda és antrozoòloga, historiadora i coportaveu de la Coordinadora per l’Abolició dels Correbous de Catalunya

“A los animales sólo hemos sabido tratarlos en función de su utilidad”

Helena Escoda es escritora, historiadora, postgraduada en Antrozoología y en Derecho Animal. Acaba de publicar “La historia de los gatos”, un riguroso y fascinante repaso de la complicada relación que hemos querido tener con los gatos. Es una defensora a ultranza del fin de la discriminación en función de la especie, es decir, trabaja contra el especismo.

¿La historia ha sido justa con los gatos?

No, para nada, ni con los gatos ni con el resto de los animales.

En una sociedad especista, la historiografía también es especista y por ello la historia se ha olvidado completamente de los animales y de todo aquello que ellos han hecho por nosotros y de todas las injusticias que han padecido por nuestra culpa. La historiografía y el pensamiento occidental no han tenido en cuenta la consideración moral que merecen, ni la ética, los animales no han estado incluidos más allá de su función utilitarista.

¿Es tu trabajo una oportunidad para desmontar mitos sobre los gatos?

¡Por supuesto! Todos los animales han sufrido el especismo y su explotación por parte del ser humano cuando ellos han aportado múltiples beneficios al progreso de la civilización. El pasado ya no puede cambiarse pero deberíamos reconocer y agradecer todo lo que los animales han hecho por nosotros. Los bueyes han trabajado la tierra como el que más, mulas, caballos y asnos nos han transportado y han cargado con nuestras mercancías, palomas transportando mensajes han salvado miles de vidas, etc. y no es cierto que los gatos sean egoístas y no hayan hecho nada, han sido nuestros aliados para proteger nuestros graneros.

¿Por qué España es el único país europeo donde sigue habiendo más perros que gatos en los hogares?

Desconozco estos datos y sus causas, sin embargo lo más importante es que los gatos que vivan en hogares españoles estén bien atendidos, reciban nuestro cariño y nunca sean abandonados, igual que los perros, los cuales también se merecen toda nuestra dedicación y afecto.

¿Ha habido una época dorada y un lugar dorados para los gatos?

En realidad nunca… Historiográficamente, se considera el período del Imperio Nuevo del Antiguo Egipto como la época dorada de los gatos, pues en ningún otro momento de la Historia se los ha representado con tanto hieratismo. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y la devoción que los egipcios sentían por los gatos también incluía su sacrificio, como era habitual en la cultura del egipcia, pues la vida en este mundo, el cual ya sabemos que no es precisamente el mejor, no valía para nada… después de la muerte nos esperaba la vida real y eterna.

¿Y una época y lugar oscuros?

Historiográficamente, se considera la edad negra para los gatos el período que transcurre entre los últimos siglos de la Baja Edad Media a finales de la Edad Moderna.

¿Tu amor por los gatos es previo a tu amor por la historia?

Sí, en casa siempre hemos tenido gatos y a mis padres agradezco que tuviéramos gatos en casa, siempre nos han alegrado la casa i la vida.

¿Cuándo empezaste a cultivar las dos pasiones?

Mi pasión por los gatos existe desde que tengo memoria y mi pasión por la historia llegó durante la adolescencia, estudiando bachillerato.

¿Se conserva ese tono divertido y anecdótico que se hace tan especiales tus conferencias en vivo?

Intento escribir de la manera más amena posible para despertar el interés del lector y que este tome conciencia en relación a la causa, pues esta es la finalidad del libro. No obstante he procurado que la información sea rigurosa.

Además de escribir sobre gatos has escrito sobre Toros. ¿Qué aporta tu libro a la lucha contra la tauromaquia?

El libro sobre tauromaquia, cuyo título es absolutamente neutral, es una recopilación de datos históricos cuya conclusión lleva a una profunda reflexión: la tauromaquia ha causado múltiples daños a nuestra sociedad y no solamente a los animales, es un mal cultural y sus costes son nefastos. Como historiadora animalista, lo mejor que puedo hacer es investigar el pasado, las relaciones históricas entre animales humanos y no humanos son una fuente de información muy interesante para comprender mejor el especismo y trabajar para erradicarlo.

Tienes en tu catálogo de conferencias una que vincula el animalismo con el feminismo. ¿Son movimientos interdependientes?

Las luchas antiespecistas (el especismo es la discriminación de otro ser en tanto que pertenece a otra especie) y feministas son interseccionales y se encuentran profundamente relacionadas. La primera vez que se escribió el concepto “derechos de los animales” fue para burlarse del concepto “derechos para las mujeres”.

¿De qué te está sirviendo el postgrado de Derecho Animal?

Para comprender mejor las injusticias derivadas del especismo y poder crear una argumentación que desmitifique todo aquello que hemos heredado de la cultura especista.

¿Cómo te sirves de tus conocimientos en Antrozoología para escribir?

Me ayuda a comprender y a desnaturalizar la cultura especista y a cuestionar el supuesto orden natural de las cosas.

¿Qué hitos animalistas destacarías de estos últimos cinco años?

Durante los últimos años se ha avanzado más de los que podía esperar… las redes sociales nos han ayudado a compartir mucha información y poder llegar a muchas personas, especialmente a los jóvenes. Cataluña, otras comunidades y muchas ciudades han abolido el circo con animales, muchos municipios han dejado atrás los correbous, algunas ciudades han prohibido la participación de animales en la cabalgata de reyes, el veganismo ha ganado mucho terreno y cada día somos más las personas que entendemos que se trata de algo mucho más profundo que una simple dieta… y por supuesto, la reacción ciudadana en relación al asesinato de Sota, lo cual demuestra que nuestra sociedad está dispuesta a movilizarse por los animales.

¿Cuáles te gustaría poder testimoniar?

A corto plazo, estoy seguro que veremos la abolición de los correbous en Cataluña, a medio plazo, veremos la abolición de las corridas de toros y las tradiciones crueles en toda la Península Ibérica y a largo plazo, espero poder ver todos los mataderos cerrados y un mundo vegano.

Has estudiado y practicado tantos aspectos del respeto a los animales. ¿Puedes definir el animalismo?

Yo creo que es un movimiento social y moral, sin embargo, el animalismo es todavía muy heterogéneo y no todas las personas que se definen como animalistas comparten idénticos objetivos a largo plazo, aunque a corto y medio plazo, si cooperamos, podemos conseguir victorias significativas para los animales. Creo que el objetivo es erradicar el especismo de una forma interseccional y abolir toda forma de opresión.