«La intoxicación de animales es más común de lo que pensamos»

Octavio Pérez Luzardo es Catedrático de Toxicología en la Universidad de las Palmas, investigador, docente y responsable de un laboratorio puntero. Su compromiso con la defensa de los animales, la ciencia y la biodiversidad le ha hecho muy popular. Es un caso atípico de excelencia académica, práctica profesional, incidencia legislativa y notoriedad en los círculos especializados.

¿Es más frecuente el envenenamiento de animales de lo que podemos pensar?
Rotundamente si, tanto accidentalmente o como intencionalmente. El envenenamiento intencional se utiliza para controlar la población de animales considerados plagas, en caza furtiva, pesca o como un acto de crueldad. Muchos casos de envenenamiento no son reportados, por lo que la magnitud del problema puede ser mayor de lo que se cree. Hay casos en los que las personas envenenan animales como perros o gatos simplemente por el hecho de hacerles daño, en un acto de crueldad que puede ser motivado por venganza o como una forma de entretenimiento cruel. También hay envenenamientos accidentales al ingerir alimentos o sustancias tóxicas (en esos casos hablamos de intoxicación) y afectan principalmente a animales silvestres.
En particular, los plaguicidas y fertilizantes pueden ser muy tóxicos para los animales si se usan de manera inadecuada o se manipulan de forma insegura. Estos productos químicos se utilizan comúnmente en la agricultura y a menudo son los responsables de los casos de envenenamiento de animales que ocurren en el entorno doméstico y en la naturaleza.

¿Cuáles son las especies más afectadas?
Desgraciadamente, pocas se libran o ninguna se libra. Depende un poco de la región y el tipo de veneno utilizado en la zona, de si es urbana o rural, del tipo de agricultura o ganadería que haya. Pero los perros y gatos son especialmente vulnerables al envenenamiento accidental debido a su curiosidad y acceso a sustancias tóxicas en el hogar, y también por su proximidad al ser humano. Los gatos de colonia también son objeto frecuente de envenenamiento con la intención clara de acabar con ellos. Además, los animales silvestres pueden ser afectados por venenos utilizados por la industria agraria, como rapaces, aves carroñeras, lagartos, musarañas y otros roedores, zorros, mapaches, lobos, etc.

¿También los animales criados en las granjas?
Sí, las vacas, los caballos y los cerdos, pueden resultar intoxicados si se les alimenta con plantas tóxicas o tienen acceso a sustancias tóxicas de las que existen en el entorno de las granjas. Todos los envenenamientos de animales son dramáticos, pero resultan especialmente preocupantes cuando afectan a especies en peligro de extinción, que pueden resultar afectadas, ya sea de forma involuntaria o, peor aún, intencionalmente, al ser consideradas una amenaza para la ganadería o los cultivos. Todas las poblaciones de aves de ecosistemas agrarios se encuentran en franco declive debido a los pesticidas. No solo estamos hablando de aves y mamíferos, sino también los miles de millones de pequeños reptiles, micromamíferos e invertebrados resultan afectados en el mundo por el uso del veneno, que están afectando de forma muy severa a la biodiversidad del planeta.

Habéis publicado precisamente dos estudios con resultados contundentes que avalan lo que dices…
Efectivamente, acabamos de publicar dos trabajos en los que hemos evidenciado como el 100% de los cernícalos de la isla de Tenerife están expuestos a concentraciones preocupantes de rodenticidas, causando estos productos la muerte de muchos de ellos. Pero, aunque no los maten, les afectan su salud, sus habilidades de caza, y en definitiva su supervivencia. Un resultado similar hemos obtenido estudiando los reptiles de la isla de Gran Canaria, en los que también encontramos varios de estos compuestos en la inmensa mayoría de los individuos estudiados, muchas veces de forma simultánea en el mismo animal.

¿Cómo se debe actuar en caso de presumir un envenenamiento?
Es importante actuar rápidamente para mejorar la salud del animal afectado, si sigue con vida, y también evitar que el veneno afecte a otros animales o personas. En primer lugar, es fundamental mover al animal a un lugar seguro y alejado de la fuente de envenenamiento. Además, se debe contactar a un veterinario de inmediato o a una clínica veterinaria cercana. No se debe intentar tratar al animal por cuenta propia, ya que podría empeorar su estado de salud. También es recomendable identificar la fuente del envenenamiento, si es posible, para tomar medidas preventivas y evitar la exposición de otros animales y personas. Finalmente, es importante informar a las autoridades locales, como la policía local, el SEPRONA, o llamando al teléfono de emergencias de la Comunidad Autónoma (en Canarias, el 112), para que puedan investigar el incidente y tomar medidas preventivas.

A veces nos cuesta denunciar, sobre todo si no solo hay sospechas, ¿qué hacer si el animal está muerto?
En España está tipificado el delito de envenenamiento. La mera colocación de cebos envenenados es delito, aun cuando no afecte a ningún animal. El problema es que es un delito muy difícil de demostrar y de perseguir. Es importante insistir en que se persone un agente de la autoridad en el lugar de los hechos cuando se sospeche que el envenenamiento máxime si ha sido intencionado, para garantizar que todo el procedimiento de toma de muestras y de investigación se realiza con las debidas garantías. Hace falta mantener intacta la cadena de custodia de la muestra, para lo cual tiene que haber protocolos y entrenamiento de los cuerpos policiales. Hace falta además disponer de laboratorios que sean capaces de realizar estos análisis, que para más inri son muy caros. Por último, hace falta tener a quién imputarle el delito. Decía antes que la práctica de envenenar es cruel y cobarde. Lo de cobarde es clave. El envenenador coloca el veneno y se va. Hace falta una investigación policial para dar con el culpable, y es poco frecuente, aunque esto se haga.

La mayoría de las exposiciones a sustancias tóxicas de la fauna silvestre y doméstica se producen de forma accidental

¿Cree usted que las herramientas legales son suficientemente disuasorias para acabar con este problema?
Son insuficientes, sobre todo en lo que respecta al “veneno legal”. Yo creo que uno de los mayores problemas radica en esto, en la gran profusión de sustancias tóxicas que se pueden obtener de forma sencilla, y el gran uso que estos productos tienen. La mayoría de las exposiciones a sustancias tóxicas de la fauna silvestre y doméstica se producen de forma accidental, tras la aplicación de productos que están autorizados. Esto supone un drama para la conservación de la biodiversidad y es sumamente difícil de controlar. Debemos asegurarnos de reciclar y desechar correctamente los envases y residuos de las sustancias tóxicas, siguiendo las instrucciones del fabricante y las normativas y leyes locales. Y, por último, podemos apoyar la investigación sobre los efectos de las sustancias tóxicas y la eficacia de las estrategias de seguridad y protección del medio ambiente y la salud pública.

¿Qué medidas deberían adoptar los legisladores y el ejecutivo para evitar esto?
La regulación y el control de la tenencia y aplicación de sustancias tóxicas, incluyendo los fitosanitarios, es un tema clave para garantizar nuestra supervivencia y la de nuestro entorno. En este sentido, es necesario aplicar la normativa existente de manera más estricta y establecer medidas adicionales para evitar su uso indebido o malintencionado. Una de las medidas que se podría implementar es la prescripción de los fitosanitarios con la misma rigurosidad que los medicamentos, a través de un sistema de receta electrónica y trazabilidad de la tenencia y aplicación. Los fabricantes y usuarios de las sustancias tóxicas deben ser sometidos a controles muy rigurosos. La protección del medio ambiente y la salud pública debe ser una prioridad para todos y requiere una regulación y control estrictos.

¿Debemos imitar otras legislaciones?
En países como Reino Unido, los fabricantes de productos fitosanitarios asumen los gastos de la investigación y se les responsabiliza en última instancia de asegurar que sus productos no contaminen ni dañen el medio ambiente. Aquí hay que instituir una red de laboratorios de altas prestaciones y con formación específica para los cuerpos de inspectores y de policía, que puedan investigar los efectos de la aplicación de los fitosanitarios en el medio ambiente y la salud pública. Con laboratorios y agentes de la autoridad capacitados, la industria se pone las pilas para evitar pérdidas a todos los niveles.

¿Qué podemos hacer como ciudadanía globalmente para limitar este problema?
Yo creo que ya la sociedad está haciendo cosas, pero demasiado lentamente. Cada vez hay más consumidores preocupados por la posible presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos, y exigen garantías de que no los contienen. Si es necesario utilizar sustancias tóxicas, es importante que lo hagamos de forma responsable, siguiendo las medidas de seguridad recomendadas y manipulando y aplicando las sustancias según las instrucciones del fabricante. La prevención es clave para evitar el envenenamiento de animales, manteniendo productos químicos, alimentos y plantas tóxicas fuera de su alcance y supervisándolos cuidadosamente cuando estén al aire libre.

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