«La pérdida de un animal querido puede ser tan dura como la de un ser humano»

Uli Handrich es el alma de Mimiga unas joyería que realza como ninguna otra la relación que podemos tener con los animales compañeros de vida. Sus propuestas son estéticas pero también parten de una concepción intercultural de la ética.

¿De dónde sale MiMiga?

MiMiga nace de la inquietud de una catlover y la propuesta de ofrecer joyas asequibles personalizadas de compañeros animales – como señal del vínculo, para «acompañar» así a sus humanos en un viaje, una boda, o como recuerdo tangible de una relación especial. Incorporando mi filosofía personal de actividad sostenible y apoyo a protección animal.

Y el nombre de mi gata soñada, Miga, mi Miga, a la que tuve que esperar media vida para perderla de forma trágica con sólo 6 años.

¿Quién fue primero la creadora de joyas o la Animalista?

La Tierfreund  (amiga de los animales) desde niña, la Tierschützer  (protectora de lo animales) activa desde que resido en España. Procuro evitar el término «animalista», poco claro y frecuentemente usado con connotaciones negativas, al que por cierto la RAE sólo se refiere a nivel de escultura y pintura, yendo lo oficial  (cómo en casi todo lo relacionado con protección animal) muy por detrás de la realidad social.

¿Tus joyas-talismán ayudan a superar la pérdida de compañeros animales?

Lo que sigue a la pérdida de un compañero animal querido no suele ser fácil: Elaborar el duelo. Inevitable (porque se desencadena involuntariamente), difícilmente practicable (por el tabú social) e inesquivable.

Los ritos, conservar un recuerdo y poder hablar con personas afines suelen ayudar.  La pérdida de un querido animal puede ser tan dura como la de un ser humano, rompernos todos los esquemas y desencadena una crisis vital. Al perder a mis 3 gatas en el espacio de meses, me puse a investigar acerca de lo que supone un duelo, sus implicaciones físicas y emocionales, las consecuencias de no realizarlo (correctamente), la (no) aceptación por parte de la sociedad y mucho más…  Fruto de ello es un bloque de posts en nuestro blog para ayudar a otros en ese duro pero necesario camino.

El proceso de creación de una joya proporciona al cliente también un espacio dónde enfrentarse a ésta pérdida, hablar de su dolor y su compañero animal. Y el resultado – una joya con su pelo (y con ello su ADN)  – le recuerda más a su vida que una joya memoria convencional con cenizas.

¿Fue ese el origen de tu propuesta?

No. Las joyas de MiMiga son primordialmente un símbolo del amor y compromiso. Y cómo tal recomiendo siempre encargarlas mejor en vida para celebrar ese vínculo especial.

¿De tus joyas cuál es tu pieza favorita?

Cada joya es única, con un componente impagable: Las historias de detrás y las emociones que despiertan en su portador/a. Pero sí, hay unas cuantas ultra-personalizadas, entre ellas la de una cotorra, ahora mismo en trabajo, que «contará» toda su movida vida, una de novia con pelo de su gato recién fallecido y un colgante en memoria de una gata muy especial para una persona muy especial – realizado sin pelo.

Tu dimensión de amiga de los animales también la desarrollas a través de un blog ¿Cuándo empezaste con él?

Hace unos 6 años, de forma esporádica, creciendo en los últimos años.

¿Qué temas te interesan?

Los que proporcionan herramientas para mejorar la calidad de vida de los gatos en hogares, refugios y la calle. Etología, estudios científicos, temas de protección animal, el CER, tenencia responsable… Creo en la necesidad de la (in)formación para poder convivir felizmente con un compañero animal, ayudar a animales necesitados y prevenir el abandono.

Tu formación y el conocimiento de varios idiomas te permiten contrastar información de mucha calidad. ¿Verdad?

Suelo documentarme en español, inglés y alemán; preferiblemente en distintas fuentes fiables y científicas.

Uno de tus post habla del vínculo violencia y maltrato animal ¿Confirmarías la correlación?

Sin duda. Investigaciones de los últimos 35 años muestran la conexión entre éste y conductas violentas, antisociales y criminales. El hecho de equiparar el FBI en 2016 la violencia hacia animales con homicidio y declararla crimen contra la sociedad, muestra su tremenda importancia. Siendo casi siempre solo la “punta del iceberg”, e indicador de posible violencia interpersonal (hacia menores, de género, contra mayores, agresión sexual) e incluso terrorismo.

Especialmente grave cuando sea perpetuada por menores – NO es un “juego de niños”, sino SIEMPRE una señal de alarma, que evidencia un riesgo para ellos mismos y/u otros – y en otros países tomado muy en serio por pedagogos, fiscales y tribunales.

Presenciar crueldad con animales a una edad vulnerable influye en el desarrollo cerebral provocando insensibilidad, pérdida de empatía (inhibidora de agresión), normalización de hostilidad e incluso puede, cómo ACE (Experiencia Adversa en la Infancia) producir cambios fisiológicos y enfermedades en la vida adulta y afectar a los genes.

Esto se aplica tanto a violencia sufrida / presenciada en el hogar, cómo a la violencia legalizada en fiestas, toros, caza…   El maltrato animal afecta a todos, no es una cuestión animalista sino de seguridad ciudadana.

Eres alemana pero vives en Andalucía… ¿Cómo vives el contraste entre un lugar y otro respecto a los animales?

Fatal. Me resulta incomprensible que en un país europeo en pleno siglo XXI se siguen torturando anualmente más de 60.000 animales en festejos y fiestas patronales, la situación de la caza, y que no se tomen medidas reales ante el gravísimo problema de abandono y maltrato animal. Y el odio a los gatos.

¿Qué medidas importarías desde Alemania a Andalucía?

Hay algo que desgraciadamente no se puede importar: El respeto por la vida animal y la empatía de los países norte-europeos con los animales necesitados. Mientras España arrastra siglos de su (ab)uso, asociado a cultura, deporte y diversión.

Creo que antes de «importar» medidas de otros países habrá que ver cómo hacerlas «funcionar» en España. Actuamos distintos porque pensamos distintos, debido a estructuras cognitivas y guiones de memoria formados durante el desarrollo temprano, que determinan nuestra la forma de percibir el mundo. Quizás sea hora de diseñar medidas específicas, copiando del marketing técnicas de inteligencia emocional y neuro-ciencia.

¿Hay algo de aquí que podrían incorporar en Alemania?

Sin dudar, la maravillosa labor de tantos y tantas «gater@s» y los cada día más frecuentes proyectos municipales de CES/CER. Hay un potencial humano tremendo, que protegido, formado y apoyado oficialmente sería capaz de convertir a España en país modelo de gestión de los gatos en la calle.

¿Ves una evolución con los años?

Sí y no. Por un lado hay mucha gente luchando por cambiar las cosas, el CER se está implantando en muchos sitios, se están organizando jornadas formativas y modificando algunas leyes. Pero por el otro las noticias de maltrato no cesan, el maltrato institucional de las perreras siguen ahí, los refugios se colapsan, sigue habiendo cachorros tirado en bolsas en contenedores…

¿Cuál crees que es la medida más urgente que debería adoptar el nuevo ejecutivo andaluz en materia animalista?

Para mí la medida más urgente sería sentar ejemplo y acabar de una vez con el maltrato oficial en festejos, perreras etc.  Sin un claro mensaje que el maltrato animal no es admisible, cualquier otra medida está destinada a fracasar.

 

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