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¿Cómo evitar que mi perro ladre de manera molesta y excesiva?

El ladrido es la forma de comunicación más sonora de los perros. Sin embargo, estos animales pueden transmitir información a través de otras acciones como la postura corporal, los giros, el movimiento de la cola, etc. Cuando un perro ladra puede comunicar emociones de todo tipo, puede que estén ansiosos, estresados, asustados, felices… Eso sí, si hay algo que preocupa de manera especial a los responsables de los peludos es cuando los ladridos llegan a ser molestos y excesivos. Por este motivo, hoy desde Animalados te ofrecemos una serie de pautas para controlar esta conducta canina.

¿Por qué ladran los perros?

Los perros pueden ladrar por muchos motivos. Para Jean Donaldson, autora de diversos libros de adiestramiento y comportamiento caninos como “El Choque de Culturas”, estas son las razones más frecuentes:

El ladrido del perro guardián. Esta situación se produce cuando el animal tiene el objetivo de avisar a personas o al resto de la manada de la presencia de un intruso o de un cambio en el entorno.  A través del sonido el can pone de manifiesto que el intruso ha sido descubierto.

-El ladrido como demanda de atención. Tiene lugar cuando el perro quiere comunicarle alguna cosa concreta a su compañero de vida humano. Ante esta situación, “el amo refuerza el ladrido al atender la petición y de ese modo se establece un hábito”.

-El ladrido como expresión del temor. Este acto de comunicación aparece cuando el can tiene miedo o se siente incómodo por alguna circunstancia del entorno. Probablemente se trate de la situación más difícil de gestionar, ya que probablemente “el animal nos esté informando de que le falta socialización”.

-El ladrido como expresión de aburrimiento. Aparece cuando no se cubren las necesidades diarias de ejercicio y estimulación mental y física del can. Este comportamiento se produce cuando el animal pasa muchas horas solo.

¿Cómo conseguir de manera efectiva que mi perro no ladre?

En primer lugar, tal y como comenta Jean Donaldson en su libro “El Choque de Culturas”, para solucionar correctamente el problema del ladrido molesto y excesivo es importante “abordar los problemas subyacentes de la falta de socialización, de escaso ejercicio físico y de estimulación”.

Una vez solucionados estos problemas, uno de los ejercicios de adiestramiento canino para controlar los ladridos con mejores resultados consiste en enseñar al perro el significado de “ladra” y “calla”. Según un estudio del investigador Stanley Coren para la universidad canadiense de British Columbia, los perros tienen la capacidad de distinguir y retener unas 160 palabras diferentes.

Para conseguir que el perro comprenda el significado de “ladra” y “calla” es importante que el amo condicione al animal con alguna recompensa, como podría ser un trozo de comida o chuche. Se trata de un ejercicio de adiestramiento efectivo que, sin embargo, parece inútil durante las primeras veces que se intenta. Por este motivo, es muy importante perseverar y no dejar de practicarlo hasta que el can no ha interiorizado el significado de estas dos palabras.

La experta en conducta animal Jean Donaldson propone en su libro la siguiente secuencia para practicar este ejercicio de adiestramiento:

  1. Da la orden de “ladra”.
  2. Haz algo que sepas que hará ladrar al perro. Por ejemplo, el sonido del timbre de tu casa.
  3. Ladrido del perro.
  4. Refuerza la conducta del perro con elogios: “muy bien”, “bravo”, etc.
  5. Da la orden de “calla”.
  6. Muestra al perro la recompensa (trozo de comida, chuche…).
  7. El perro se interesa por esta recompensa y deja de ladrar.
  8. Cuando esté 3-5 segundos en silencia premias su conducta con elogios: “muy bien”, “bravo”, etc.
  9. Da la recompensa después de haber estado estos 3-5 segundos callado.
  10. Repite de nuevo todos los pasos aumentando poco a poco y progresivamente el tiempo de “calla” hasta los dos minutos.

Es muy importante repetir este ejercicio una y otra vez hasta asegurarse de que el animal ha aprendido el juego. Para garantizar el éxito de esta actividad de adiestramiento, el amo deberá dar la orden de “ladra” sin el sonido del timbre de casa, logrando que el perro ladre al escuchar la orden. De la misma manera, el can deberá obedecer a la orden de “calla” sin necesidad de ver el trocito de comida por adelantado. Con estas dos pruebas tendremos claro que el proceso de aprendizaje se ha completado.

Otras pautas que pueden ayudarte a minimizar los ladridos

-No provoques que el ladrido dé resultado con los humanos. El perro ejecuta muchas veces el ladrido como demanda de algo. Si no te gustan los ladridos excesivos deja de prestarle atención y de conceder todas las demandas de sus ladridos. Lo único que consigues accediendo a todas sus peticiones es reforzar el ladrido.

-Nunca castigues o grites al perro cuando ladra. Esta acción puede resultar contraproducente. Intenta trabajar esta conducta desde el refuerzo positivo.

-Satisface las exigencias físicas, sociales y de estimulación del perro. Para el bienestar del animal es imprescindible que practique la actividad física y que desarrolle confianza e interacción con otros perros.

-Normaliza el ladrido en algunas situaciones. Como hemos comentado, el ladrido es un medio de comunicación del perro, por tanto, en muchas situaciones es importante normalizar esta acción sin necesidad de buscar una solución. Puede que el can tenga hambre, sed o simplemente que esté jugando.

-Si ninguna de estas medidas resulta efectiva contra los ladridos excesivos y molestos de tu perro, acude a un adiestrador canino o consulta qué hacer con tu veterinario de confianza. Estas personas especializadas seguro que pueden ayudarte a encontrar una mejor solución.

Consejos para viajar con el gato en el coche

Los gatos no son muy amigos de los viajes, pero si no queda otra opción deberás seguir una serie de pautas que garanticen el máximo bienestar de estos animales

Los gatos son unos animales muy reacios a los desplazamientos. Los cambios de ubicación provocan en los felinos un estado de estrés y ansiedad causado por el abandono de aquellas zonas que se encuentran impregnadas con sus feromonas. No obstante, en diferentes situaciones, como pueden ser las vacaciones, los humanos nos vemos obligados a viajar con ellos en coche, toda una aventura que debe planificarse con antelación.

En general, los gatos no están acostumbrados a viajar en coche. Este tipo de desplazamientos generan un estado de estrés y nerviosismo sobre el animal que puede provocarle vómitos, diarrea y mareos. Ante esta situación, los veterinarios recomiendan dejar al animal en su residencia habitual si el viaje no supera las dos noches fuera de casa, así evitaremos un mal trago para felino.

Si la decisión ya está tomada y el gato viajará contigo en el coche, lo primero que debes hacer es visitar a tu veterinario habitual. Nadie mejor que un experto en bienestar animal sabrá informarte sobre los mejores consejos para el bienestar del felino. Eso sí, hay una serie de pautas básicas en las que coinciden los expertos con los que ha hablado Animalados y que deberás cumplir para que el desplazamiento sea lo menos desagradable posible:

-Utiliza un transportín adecuado. El gato debe sentirse lo más cómodo posible durante el desplazamiento. Para ello, el transportín tiene que estar limpio y tiene que ser lo más rígido y espacioso posible. Para evitar problemas con la entrada del animal al interior del transportín puedes colocar algún juguete, toalla o manta que esté impregnada con las feromonas del felino.

-Ubica correctamente el transportín. Para un viaje seguro y confortable el transportín podrá ubicarse en el suelo detrás de los asientos delanteros o también podrá colocarse en los asientos de atrás, siempre bien atado con el cinturón de seguridad. Lo más importante es que el transportín quede bien sujeto en cualquiera de estas dos zonas, así evitaremos movimientos bruscos y mareos.

-Evita dar comida al animal. Para evitar vómitos y diarreas durante el trayecto es importante que el gato no haya comido durante las 4 horas previas al inicio del desplazamiento. Durante el viaje es también importante que el felino no ingiera alimentos. Tan solo podrá beber agua si el propio animal lo desea.

-Utiliza feromonas antiestrés. Los veterinarios recomiendan estos espráis para reducir la ansiedad durante el trayecto. Las feromonas antiestrés reproducen olores familiares del felino y de su territorio habitual. Para su correcto uso deberás impregnarse el transportín y la parte del coche en la que se ubique el animal con este espray unos 20 minutos antes del acomodo del gato en el vehículo.

-Acondiciona el coche para su bienestar. Es importante que el gato disponga de una temperatura adecuada durante el desplazamiento, especialmente cuando el viaje se produce durante los meses más calurosos del año. En estos casos lo recomendable es poner el aire acondicionado unos minutos antes de subirse al vehículo. También es importante procurar no poner la música o la radio muy alta. Esto podría aumentar el estado de nerviosismo del gato.

-Interactúa con el felino. Durante el trayecto es muy probable que el animal maúlle como muestra de su malestar y estrés. Para intentar hacer que su desplazamiento sea más ameno intenta hablar y acariciar al animal en la medida de lo posible. De esta manera, el felino percibirá normalidad en su entorno y podrá relajar su estado de nerviosismo.

-Realiza paradas cada dos horas. Igual que sucede con las personas, los animales también necesitan descansar del movimiento del coche. Para ello, intenta realizar una parada cada dos horas. Durante las pausas procura estar cerca del animal y mantén el vehículo con una temperatura adecuada para su bienestar. Es muy importante no dejar al animal solo dentro del coche durante los meses más calurosos del año. Esta situación podría provocarle un golpe de calor y sus consecuentes problemas de salud.

¿Qué hacer si ya no puedes tener a tu perro?




El abandono de los perros sigue siendo el principal problema en el bienestar de los animales de compañía en España. En el último informe ‘Él nunca lo haría’ presentado por la Fundación Affinity se indica que en 2020 se recogieron alrededor de 286.000 perros y gatos, de los cuales más de 51.000 permanecieron en el refugio a la espera de una segunda oportunidad. Es decir, unas cifras alarmantes que a su vez no incluyen a todos aquellos perros desaparecidos o muertos en la carretera.

La exclusión de un animal de compañía del hogar puede producirse por diferentes circunstancias. Estos son los casos más comunes:

Problemas económicos que imposibilitan el mantenimiento del animal en el hogar. En muchas ocasiones este caso se produce por la llegada de un nuevo miembro en la familia.

Problemas de salud del dueño que provoca su ingreso en una residencia u hospital. Cuando una persona vive sola con su can y tiene que abandonar la casa e ingresar en un centro es probable que el animal tenga que encontrar un nuevo entorno de convivencia.

Defunción del dueño que provoca la falta de personas que se hagan responsables del perro.

-Desesperación ante la complicada convivencia entre las personas y los animales. Este conflicto suele tener su origen en la mala educación del dueño sobre el animal.

-La camada inesperada de cachorros es otro de los motivos. Aquí reside la importancia de la esterilización.

Independientemente del motivo que lleve a las personas a no querer continuar conviviendo con un animal de compañía, existen muchas opciones válidas antes que abandonar al animal en cualquier bosque o cuneta. El abandono es la acción más cobarde y egoísta que un humano puede cometer con un animal.

Consulta la disponibilidad de tus familiares y amigos

La primera opción para intentar buscar un nuevo lugar para tu animal de compañía es la de comunicar la noticia a tu entorno más cercano: familiares y amigos. Intenta conocer si alguien de tu círculo está dispuesto a acoger el animal en su vida, garantizando así el bienestar del perro.

El mayor beneficio que tiene dejar a tu perro en el hogar del alguien cercano es que probablemente ya exista una relación previa entre el animal y el nuevo dueño. Además, esta opción permite que al anterior dueño pueda volver a ver el can cuando quiera.

Habla con protectoras, refugios, albergues o centros de animales de compañía

Las entidades de protección animal o protectoras son también una opción de cara al futuro de nuestro perro. La realidad actual es que en España, las altas cifras de abandono han provocado que estos lugares estén desbordados y tengan más animales de los que deberían tener. Por consecuencia, la falta de espacio y de recursos ha provocado que los centros de adopción puedan llegar a ser unos espacios fatídicos para los animales: convivencia múltiple en jaulas, pocas horas con luz del sol, poco tiempo para pasear… A pesar de esta complicada realidad que viven las protectoras, siempre será mejor dejar al animal en un centro de adopción que dejarlo a la deriva del abandono.

Los animales que se entregan a los albergues o refugios han de entrar con el chip identificatorio y vacunados, gasto que corre a cargo de su dueño. Antes de la entrada del animal en el centro se tendrá que firmar una renuncia legal en la que la persona cede al animal a la protectora.

Los primeros días de convivencia del peludo en la protectora serán algo atípicos. El animal estará sometido a diferentes pruebas médicas para ver si es portador de alguna enfermedad. Además, desde el centro se intentará conocer el comportamiento y carácter del perro antes de asignarle una jaula o habitáculo.

Cuando el animal pasa todas las pruebas médicas y ya tiene su propio espacio asignado, el protocolo de admisión se dará por finalizado y el perro ya estará listo para encontrar un nuevo hogar.

Hay que recordar que tal y como dice Luz García, presidenta de la asociación de protección animal La Xana: “Cuando dejamos a un animal en un centro, el perro pasa a ser uno más de entre cien, por lo que no puede recibir la misma atención que en casa con una familia”.

Regístrate en una plataforma de adopciones

Esta es una alternativa moderna que actualmente se encuentra en auge. Consiste en descargar una aplicación para dar en adopción o adoptar animales de compañía.

En primer lugar tienes que crear una cuenta y registrar el perfil del animal. Raza, medidas, fotografía… Una vez tienes el perfil creado tan sólo tienes que esperar a que un adoptante esté interesado y se ponga en contacto contigo para iniciar el proceso de adopción.

Estas son algunas de la webs o aplicaciones encargadas de dar a perros en adopción:

https://www.miwuki.com/dar-perro-gato-en-adopcion

https://cambiaundestino.org/adopta/dar-en-adopcion/

Ponte en contacto con tu veterinario

Si las opciones anteriores no han sido un recurso útil para encontrar un nuevo hogar para el perro, prueba de hablar con tu veterinario. Estos especialistas del bienestar animal trabajan en contacto constante con muchas familias amantes de los animales. Comunícale tu problema y tu necesidad de dejar de convivir con al animal y espera que el profesional veterinario pueda encontrar un recurso para la nueva vida del peludo.

Residencias para animales

Si la decisión de encontrar un nuevo hogar para tu peludo se alarga puedes optar por dejar al animal en una residencia de manera provisional. Las residencias para animales son unos espacios en los que puedes dejar al perro a cambio de una cantidad determinada de dinero. Estos centros suelen contar con unas buenas instalaciones en las que el bienestar del animal no se verá alterado en ningún momento.

¿Por qué es tan importante pasear regularmente a tu perro?

Un perro que pasea diversas veces al día es un perro feliz.

Algunas personas creen de manera equivocada que pasear al perro solo sirve para que haga sus necesidades. Además de esto, pasear tiene muchos beneficios tanto para el animal como para el responsable del peludo.

Caminar mantiene al perro sano física y mentalmente. Un perro que pasea varias veces al día y hace recorridos largos, es un perro feliz, más equilibrado y con una esperanza de vida mayor. Los paseos fortalecen el vínculo entre el perro y el dueño. Además, un perro sabe bien quien le da de comer y quien le saca a la calle, que son las dos actividades que más vínculo generan.

Durante los paseos, los perros no paran de husmear, una acción que forma parte de su naturaleza, por lo que las salidas satisfacen una necesidad primordial y así pueden conocer a los vecinos y a otros perros. Un perro que no socializa suele desarrollar problemas de agresividad o depresión.

Caminar ayuda a mantener fuertes los músculos del animal, a quemar calorías y mantiene en buena forma sus articulaciones. Por otro lado, los perros que caminan de manera regular son más activos cuando envejecen.

Los paseos ayudan contra el estrés, la ansiedad y la hiperactividad. Un perro que llega a casa cansado tras salir a la calle es un perro más tranquilo y equilibrado, además, el animal desarrolla menos problemas de comportamiento en casa y en la calle.

Es importante que el perro se acostumbre a pasear desde cachorro. De esta manera, el animal tendrá menos miedo a los ruidos de la calle, ya que paseando se han acostumbrado a escucharlo como una cosa normal.

Puedes aprovechar el paseo para enseñar a tu perro a no tener miedo de ir al veterinario. Si de manera regular paseas con tu perro por delante de la clínica sin entrar, el peludo dejará de temer la visita al veterinario (al menos hasta que entréis).

Pasear al perro también tiene beneficios para el humano. Te ayuda a quemar calorías y mantiene en forma una gran cantidad de músculos de tu cuerpo, no solo en las piernas. También ayuda a mantener sano y fuerte el corazón.

Fortalecer el vínculo con tu perro ayuda a comprender mejor el comportamiento del animal con otras personas y con otros perros, también a conocer cuándo harán sus necesidades… y puedes conocer a personas a las que también les gustan los perros.

Además, pasear al perro es una buena excusa para salir de casa y combatir el aburrimiento. Es una ocasión ideal para pasear porque te apetece o simplemente para conocer más el barrio en el que vives.

Fuente: AMIC/wikifauna.com

Diez consejos para recibir a un nuevo cachorro en casa

Los primeros momentos del cachorro en el nuevo hogar pueden ser momentos muy estresantes para él debido a la reciente separación de su madre y hermanos y puede hacer que se sienta desorientado y con miedo, por lo que debemos proporcionarle un ambiente agradable y tranquilo y tener en cuenta algunos consejos previos para que su adaptación sea la más satisfactoria posible.

Algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta por lo tanto, son:

– Anticípate a los riesgos del hogar y retira de su campo de visión/acción todo aquello que pueda resultar peligroso, como pueden ser cables, productos químicos, herramientas, etc. También debemos vigilar de cerrar las escaleras o huecos en los que pueda quedar atrapado o haya peligro de caída. Piensa que un cachorro (sobre todo los primeros días), tiene tendencia a inspeccionar, oler, lamer y mordisquear todo lo que encuentra a su paso.

– Si el cachorro viene sucio, no lo bañes inmediatamente. Espera unos días hasta que le hayas tomado confianza y se sienta más tranquilo. Si es inevitable hacerlo pasar por la ducha, evita lavar la cabeza, es la zona del cuerpo que menos les gusta y no conviene que coja miedo al agua.

– Déjale a su ritmo. Es inevitable irle persiguiendo para ver donde, o qué hace, o llamarle constantemente por su nombre. Sin embargo, hay que saber que necesita su espacio y que no le gustará sentirse invadido o acorralado.

– Procura un puesto para dormir seguro y silencioso. En la cuna que le prepares, mete una mantita y algún juguete o peluche que pueda identificar como sede, para que le ayude sobre todo a dormir relajado. A veces, puede ayudar también, dejarle al lado un transportín abierto para que pueda utilizarlo a modo de refugio si lo considera necesario.

– Ten preparados también unos comederos y bebederos del tamaño del cachorro y procura que siempre haya agua disponible.

– Si deseas cambiarle de alimentación (en caso de que esté tomando ya alimento sólido), hazlo despacio. Los primeros días mezcla su con el nuevo, y ve incrementando la cantidad del nuevo cada día, hasta que puedas retirar el antiguo por completo. Ten además en cuenta, que los cachorros suelen comer más a menudo que los perros adultos: entre cuatro y cinco veces al día. Eso sí, en pequeñas cantidades.

– Si aún toma leche, no utilices leche entera de vaca. Mejor que sea leche artificial específica para ellos.

– En las noches si llora, aunque te cueste, ignoralo, porque de no hacerlo, le estarás enseñando a reclamar tu atención de esta manera. Verás que a medida que pasan los días, cada vez llorará menos hasta que llegue a acostumbrarse.

– Si es un perro al que deberás dejar solo, acostúmbralo de manera gradual. Un día un rato, al cabo de la semana una hora, y así sucesivamente. Ayúdate en los primeros días si es necesario de familiares o personas conocidas si tú no puedes estar con él en casa.

– Establece rutinas de paseos, comidas y juegos.

– Llévalo lo antes posible a un veterinario, para que te haga una primera revisión y establezca ya las pautas de vacunación e instalación del chip cuando sea posible. Este profesional además, te resolverá todas las dudas que tengas en cuanto a su alimentación, hábitos y cuidados necesarios.

Fuente: AMIC/Eva Remolina