¡Cuidado si tu perro mastica o ingiere este objeto tan común en nuestros hogares!

La ingestión de pilas puede ser muy peligroso para los perros por diferentes motivos, entre ellos, la alta toxicidad de los materiales que las componen.

De sobras es conocida la costumbre de muchos perros de llevarse a la boca todo objeto o material que se encuentre por su camino. Sin embargo, como personas responsables del bienestar y cuidado de nuestros peludos hemos de estar atentos a qué cosas mastica o trata de ingerir para evitar así una experiencia desagradable.

En este sentido, uno de los objectos más peligrosos que existe en nuestros hogares y que está al alcance de nuestros perros son las pilas. Este elemento, cada vez más en desuso como consecuencia de la aparición de las baterías, los podemos encontrar en los mandos de la TV, en radios, linternas… y también en los collares luminosos o LED, unos collares que cada vez son más populares entre la comunidad canina.

La ingestión de pilas (de botón, alargadas o en cualquiera de sus formatos y formas) puede ser extremadamente peligrosa y potencialmente fatal para un perro. A continuación, te presentamos algunas razones por las cuelas estos objetos pueden presentar un riesgo para el animal:

Materiales tóxicos: estos objetos contienen materiales altamente tóxicos, como ácidos corrosivos y metales pesados como el mercurio, el plomo y el cadmio. Cuando una pila se daña o se ingiere, estos materiales pueden filtrarse y causar daño a los tejidos internos del cuerpo del perro.

Quemaduras químicas: la ingestión de una pila puede provocar quemaduras químicas graves en la boca, la garganta, el esófago y el estómago del perro. Esto puede generar un dolor intenso, inflamación y daño tisular, lo que puede requerir atención veterinaria urgente.

Obstrucción intestinal: las pilas son objetos sólidos que pueden quedar atrapados en el tracto digestivo del perro, causando obstrucción intestinal. Este contratiempo puede provocar síntomas graves como vómitos, dolor abdominal, falta de apetito y letargo, lo que puede requerir cirugía para su extracción.

Toxicidad por metales: los metales pesados presentes en las pilas, como el mercurio, el plomo y el cadmio pueden provocar toxicidad sistémica en el cuerpo del perro si se ingieren en cantidades suficientes. Esto puede causar una variedad de síntomas que van desde náuseas y vómitos hasta daño neurológico y fallo orgánico.

Reacción alcalina: algunas pilas contienen sustancias alcalinas que pueden liberarse cuando se ingieren y causar una reacción química que produce gas hidrógeno. Esto puede provocar hinchazón del estómago y riesgo de perforación gastrointestinal, lo que constituye una emergencia médica grave.

¿Qué hacer si tu perro ha ingerido una pila?

En caso de ingestión o sospecha de ingestión de una pila por parte de un perro es crucial buscar atención veterinaria de inmediato. Nunca se debe intentar hacer que el perro vomite en casa, ya que esto puede empeorar el problema. Por este motivo, es muy importante mantener las pilas y otros objetos pequeños fuera del alcance de los animales de compañía para evitar accidentes.

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