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Los llamados perros potencialmente peligrosos seguirán vetados para su uso en la caza

A pesar de las informaciones que apuntaban a una modificación de la ley de caza valenciana, las jaurías no podrán incorporar perros de presa o molosoides. La consejera de Agricultura, Elena Cebrián, contempló la posibilidad de modificar la norma que prohíbe su uso cinegético a fin de obtener apoyos de otras formaciones políticas para los presupuestos de 2019. Sin embargo, parece que ha pesado más la interpretación hecha desde fuentes jurídicas consultivas y la inquietud manifiesta de plataformas animalistas locales. Los últimos días han servido para que la Consejería de Medio Ambiente concluya la inviabilidad de la propuesta que hubiera permitido un perro potencialmente peligroso por cada diez perros usados para la caza. Como ya contamos en Animalados la medida entraba en conflicto con normas de mayor rango jurídico. La noticia ha calmado los ánimos de aquellos que veían en la medida un empeoramiento de las perspectivas para unos animales con pocas opciones de adopción, muchas de abandono y más aún de maltrato.

“El único defecto que tienen los perros que llevan mucho tiempo en una perrera es, simplemente, que no se ven”

 

Marta Calcerrada es bióloga ambiental, antrozoóloga, educadora canina y cofundadora de 21Hogares. Su interés radica en saber por qué hay animales que resultan invisibles. “Con el apoyo y las medidas adecuadas no habría perros de larga estancia en las protectoras: todos podrían disfrutar de un hogar”. Recientemente presentó en Bratislava, capital eslovena, su investigación en un congreso internacional de etología veterinaria.

 

Los perros denominados de larga estancia, también conocidos como invisibles, de “difícil adopción”, no adoptables, especiales, veteranos, etc., son aquellos que por su edad, condición física, problemas de comportamiento (derivados de situaciones de maltrato o falta de cuidados), o raza, tardan mucho en encontrar una familia y se convierten en invisibles a ojos de todo el mundo. Son estos mismos animales los que muchas veces no encuentran una familia y mueren en los mismos refugios. ¿Realmente vivir toda la vida en una jaula es una vida digna? La solución a esta pregunta no debería ser el sacrifico, sino intentar incrementar el esfuerzo de todos para que encuentren un hogar.

Como resultado de mi investigación para el posgrado en Antrozoología es que los colectivos más interesados para adoptar un perro menos “popular” son las mujeres, las personas sin hijos menores de edad, las que viven solas y las que viven en ambientes rurales. Las limitaciones que las personas han puesto para adoptar un perro de larga estancia son sobre todo, no poder asumir, por tiempo o economía, la situación del animal. Los adoptantes motivados aumentarían si se implementasen ayudas en la adopción que cubriesen total o parcialmente los gastos veterinarios, de mantenimiento y la propia tasa de acogida u adopción. La terapia comportamental si fuese necesaria también se valora de manera muy positiva.

Las medidas que propongo para reducir al máximo los índices de individuos de larga estancia serían, principalmente:

Marta Calcerrada

-Mejorar el enriquecimiento ambiental en las jaulas: da más posibilidades de interacción con el perro y las conductas derivadas del estrés pueden verse reducidas. También ejercen un estímulo estético positivo.

-Implementar programas de educación básica o rehabilitación: en la medida de lo posible, para ayudar a mejorar el comportamiento de aquellos animales que lo necesitan, de cara a una adopción. Esto también aumenta el contacto social entre ellos y con los voluntarios y adoptantes. Debemos pensar que el comportamiento del animal lo hace más atractivo que su propio físico

Aumentar las sesiones de “contacto humano-animal”, tanto por voluntarios como familias: Está demostrado que el contacto social con humanos es una necesidad vital por los perros, reduciendo así el estrés y mejorando su estado y comportamiento. También se ha visto que el proceso de adopción que empieza con estas sesiones suele hacerse más estable para el animal. ¿No estaría bien poder entrar a leer, acariciar, cepillar, simplemente “estar” con el animal y hacerse amigos, en la jaula? Ésto solo es posible si tiene una jaula en condiciones. 

Charlas de formación y concienciación a diferentes colectivos: para difundir y sensibilizar sobre el tema, así como formación básica de las enfermedades crónicas caninas más frecuentes, como la Leishmaniosis, para desmitificarlas y aclarar que se puede convivir perfectamente con el tratamiento adecuado.

-Tener personal específico para gestionar las adopciones: una muy buena opción sería que existiese esta figura que realizara exclusivamente difusión de los casos, diferenciándolo de los cuidadores del refugio y creando una buena comunicación entre todos. Siempre hay que pensar en campañas de ayuda económica o asistencial a adoptantes que decidan acoger indefinidamente un animal de larga estancia.

Desarrollar medidas económicas específicas para cada adopción: La idea sería en mostrar al adoptante (después de ver su perfil y decidir si es válido) aquellos animales que lo tienen más difícil, y ofrecer ayudas adaptadas según el caso del animal. Para poder obtener estas ayudas se debería ampliar el espectro de convenios con educadores caninos, etólogos, clínicas veterinarias, farmacéuticas o laboratorios que pudiesen ofrecer mejores precios para estos adoptantes.

Resumiendo, se trata de poner todas los esfuerzos para hacer que los perros de larga estancia sean más visibles, gestionar todas las adopciones que se puedan y crear programas a nivel individual, además de trabajar con la población para mejorar la concienciación sobre el abandono, la adopción y la tenencia responsable. 

Marta Calcerrada

Tro, el perro más veterano del CAAC de Barcelona, adoptado

 

Dos buenas noticias nos llegan desde el Centro de Acogida de Animales de Barcelona. Por un lado, el perro más veterano del centro ha sido adoptado. Tro, un precioso GPP de 13 años, que llevaba nada menos que 8 años en el CAAC, ha encontrado por fin un hogar en casa de uno de los trabajadores del refugio. 

La adopción de Tro, que se ha adaptado perfectamente a su nuevo hogar, nos llena de alegría, pero también nos recuerda la tremenda y triste realidad que rodea a los GPP y otros perros, normalmente de gran tamaño. Estos animales pasan años en las perreras y centros de recogida. Su mala prensa y el hecho de que para su adopción se necesite tramitar una licencia, dificultan que sean ellos los escogidos por los adoptantes que se acercan a estos centros. 

Proyectos como los de 21 Hogares o la Asociación para la protección de los GPP, pretenden cambiar esta realidad y acercarnos a estos perros, a sus verdaderas personalidades, afectivas y cariñosas, e intentar encontrarles un hogar donde les quieran y respeten. 

La otra buena noticia relacionada con el CAAC ha sido la comunicación de la fecha de inicio de las obras del nuevo centro. Ubicado en Montcada i Reixach, las obras empezarán en julio de 2018 y está previsto que terminen a finales de 2019. Un nuevo centro que pretende integrarse al paisaje y respetar el medio ambiente. 

 

Sílvia Esteve

Casi medio millón de perros españoles llevan collares que les hacen daño

 

Has hecho una investigación sobre el perfil de los propietarios que usan collares dañinos con sus perros. ¿qué has descubierto?

He tenido la oportunidad de ofrecer unas cifras aproximadas de un tipo de maltrato silencioso que se causa cotidianamente a muchos perros. En España, no menos de 450.000 perros llevan collares dañinos. De éstos, 291.724 llevarían collar de ahogo; 139.655 llevarían collar de pinchos; 12.413 llevarían collar de citronela (una sustancia aversiva para el fino olfato canino) y 6.206 llevarían el collar de descarga eléctrica. Los partidarios de estos métodos obsoletos no están dispuestos a invertir lo necesario en un perro y por ello buscan una vía rápida, fácil y económica para corregir el problema sin esfuerzo. Es decir, utilizando collares de castigo en vez de invertir tiempo y dinero en educar a su perro.

También se ha observado que los hombres tienen mayor tendencia que las mujeres a utilizar estos collares y que los propietarios con estudios superiores (licenciados y postgraduados) tienen menor tendencia a utilizar estas herramientas de castigo. Por tanto, se confirma que la educación de los participantes influye en la tenencia responsable del perro.

Los perros jóvenes tienen el doble de probabilidad de llevar collares dañinos. Como era de esperar, ya que los perros jóvenes de hasta 3-4 años tienen mayor tendencia a tirar de la correa.

Otros resultados indican que razas como el Pitbull y similares (American Staffordshire, Staffordshire Bull Terrier, American Bully, Bull Terrier y sus cruces), el Malinois y Pastor Alemán son mucho más propensassufrir collares de castigo que el resto de perros. En concreto, la raza que más predisposición tiene a sufrir los collares de adiestramiento es el Malinois con una probabilidad de casi ocho veces superior. Se podría decir que es un perro condenado a sufrir estas herramientas por ser un perro de trabajo, muy buscado en competición entre militares, policías y de aficionados al adiestramiento tradicional basado en métodos anticuados.

 

¿Podemos decir que la causa mayoritaria del uso es que la gente ignora que son dañinos?

Si que la mayoría ignora que son dañinos, pero no son pocos los que están advertidos y deciden seguir utilizándolos. A partir de los resultados de la encuesta, podemos decir que un 20% desconoce las lesiones que producen estos collares, es decir, uno de cada cinco propietarios no sabe lo que le hace a su perro. Tres de cada cuatro propietarios los cree eficaces y van a seguir con su uso. El 46% afirma saber que no son beneficiosos para su perro y los siguen utilizando. Y el 39% cree que éstos no son cómodos para su perro pero también se los siguen poniendo.

 

¿Por qué no deben usarse?

Partiendo de la premisa de que castigar no es educar, los collares de adiestramiento o castigo no son educativos y dañan al perro. También afectan los valores y principios que rigen una relación basada en la confianza y el respeto.

El área de alrededor del cuello es una de las zonas más delicadas y desprotegidas del perro. Los collares ejercen una fuerte presión en ella. Cada tirón de correa tiene un impacto directo sobre los nervios del cuello y garganta, tráquea y vértebras; y un impacto indirecto en los músculos provocando que se tensen.

Los collares de ahogo producen asfixia por estrangulación. Los collares de pinchos ademásinfringen dolor y pueden provocar lesiones en la piel. Los collares de descargas eléctricas afectan directamente al sistema nervioso central, asustan, hieren y desconciertan al perro.

A nivel físico pueden producir contracturas 

cervicales, tensión y agarrotamiento muscular; problemas oculares por presión intraocular o por daños en el nervio ocular; colapso e hipersensibilidad de la tráquea;  hipotiroidismo; siringomielia; efectos negativos en el sistema linfático, sanguíneo o neuronal; además de hematomas, heridas, irritación, dermatitis y/o quemaduras por contacto.

Las lesiones a nivel psicológico no son menos graves. Pueden hacer asociaciones negativas incorrectamente con el entorno; aparte de aumentar el estrés en el perro, pueden promover la inseguridad, miedo y reactividad en éste.

El psicólogo Anders Hallgren constató que casi el 63% de los perros tenía problemas de espalda (lumbar, cervical y/o torácica). De éstos, el 55% mostraba problemas de comportamiento. El 91% de los perros lesionados habían estado expuestos a tirones de correa.

El dolor siempre tiene un impacto en la conducta.

 

¿Es cierto que muchos usuarios atribuyen el consejo de su uso a adiestradores y veterinarios?

Sí. Según los resultados obtenidos en la encuesta, casi el 50% de los propietarios que los utilizan han sido recomendados por un adiestrador, una cifra muy alarmante ¡Pero no menos que el 16% que afirma venir recomendado por su veterinario, ambos supuestamente expertos en la salud y bienestar del animal, respectivamente!

 

Pero la ley está limitando su uso ¿no?

Más del 4% de estos propietarios vienen recomendados por un policía, figura que debería apoyar la ley y sancionar su uso en municipios en los que la normativa los prohíbe, como es el caso de Madrid o Barcelona. En Barcelona, a pesar de que la Ordenanza sobre la Protección, Tenencia y Venta de animales los prohíbe desde Octubre del 2014, aún se ven perros con collares dañinos casi a diario. En Madrid están prohibidos también desde el pasado año y en otras grandes y pequeñas poblaciones, pero deberían estar prohibidos en todos aquellos lugares que tengan un texto contra el maltrato animal.

 

A raíz de los resultados ¿qué te parece importante hacer?

Hace falta prohibir no sólo el uso, sino la venta y fabricación, de los collares de adiestramiento. De manera que no haya una vía de acceso rápida, fácil o poco costosa que sustituya la educación correcta del perro.

Se requieren urgentemente campañas educativas para crear conciencia

sobre las lesiones que producen los collares, no sólo a nivel público, sino también focalizadas en el sector canino (veterinarios, adiestradores, tiendas de animales, peluquerías caninas, criadores, clubs de raza, clubs de agility, etc.) para que éstos no las recomienden y puedan dar alternativas a los propietarios. Además de hacer hincapié en las necesidades educativas de un perro.

Dar formación también a empresas de seguridad que utilizan perros de trabajo, donde éstos sufren estas herramientas a diario. El hecho de que sea un perro de seguridad no debería implicar que éste no tenga derecho a su bienestar.

 

Eres educadora canina, bióloga y antrozoóloga. ¿qué retos de bienestar animal te planteas inmediatos además de seguir trabajando contra los collares?

Bueno, romper con el mito de la dominancia es un reto diario, los collares vienen a raíz de ello, entre otros hábitos y creencias falsas que privan de bienestar a muchos perros, y llevan a castigar por ladrar, por tener miedo o ansiedad. Así que uno de mis grandes retos es ése, ayudarles a entender que hay otra forma de comunicarse con su perro que no implica ningún tipo de intimidación.

Darle al perro un buen paseo es una parte básica y muy importante para su bienestar. La gente piensa que tiene que cansar a su perro y llevárselo a correr, ir en bici o tirarle la pelota hasta la saciedad.

Así que el otro gran reto es hacerle comprender a la gente, precisamente, que este tipo de actividades no son buenas para la salud física ni mental de su perro, sino que harán que tengan un perro estresado. El estrés hace que el azúcar vaya a los músculos y no al cerebro porque prepara el cuerpo para la respuesta de lucha o huída. El resultado será un perro más nervioso con dificultad para relajarse, con posibles dolores musculares, con poca capacidad de concentración, aprendizaje, memoria y resolución de conflictos. ¡Así que hay trabajo!

 

Entrevista de Emma Infante a Belén Garcia Matheu educadora de Sentit Caní

Web de Sentit Caní 

Corpulento, Potencialmente Peligroso y agresivo, son tres conceptos distintos

 

Recientemente un titular encendía los ánimos de la comunidad animalista. “Perros agresivos colman la protectora de ”. Obviamente más allá de ese espantoso panorama que dibujaban estas seis palabras había que averiguar las circunstancias. La redactora se había puesto al servicio del denunciante de la situación sin contextualizar la carga de realidad ni prever las consecuencias de su contribución a la toxicidad informativa que recae sobre estos individuos. Básicamente desde varias asociaciones se lamenta la sustitución del epíteto legal potencialmente peligroso por el de agresivo (más breve pero mucho más inexacto.

En el artículo se señala que el problema es este 25% de PPP cuando el conflicto real es el mantenimiento del alto porcentaje de perros abandonados (no extraviados): un 98%. Así pues el foco del problema no son este tipo de perros, sino las altísimas tasas de abandono, de delito contra los animales que se siguen cometiendo.

Un poco más adelante se comenta que se han rehabilitado tres perros dominantes. El concepto de dominancia está desterrado desde hace años del elenco de comportamientos posibles de los perros para los educadores caninos formados adecuadamente. El artículo básicamente retrata una entidad gerundense como víctima de contener perros feroces fruto del tráfico y venta por internet. ¿Qué favor se hace pues a los canes? Ninguno. Se nombran unas razas y sus cruces que son las que en el año 1999 se señalaron desde el Gobierno a pesar de no ser las protagonistas de más ataques ni diferir en peso, tendencias y estructura a otras razas que ni se nombran. La ley sobre los perros potencialmente peligrosos fue cuestionada desde el principio por expertos y aficionados y lamentablemente no ha servido para evitar ataques graves ni para evitar que estos perros sufran mutilaciones, adiestramientos que inducen a la indefensión, tráfico, robos y muerte.

Se apuntan también tímidas medidas esperanzadoras, se habla de una prueba piloto y de unos perros muy concretos. Tenemos constancia de que una actividad cotidiana y bien realizada transforma la frustración tras los barrotes – la que tendría cualquier animal social recluido injusta e inapropiadamente- en equilibrio, afabilidad y simpatía durante los paseos o tras la adopción. La Associació per a la Protecció dels Gossos Potencialment Perillosos hace años que realiza con gran éxito actividades que demuestran la gran capacidad de resilencia de estos perros. Muchos de ellos, de razas fuertes, y conductualmente nada peligrosos, en muchos casos comparten jaula en el Centro de Acogida de Animales de Compañía de Barcelona. Es el mal manejo y la falta de recursos formativos y materiales lo que lleva a mal interpretar señales y a imponer etiquetas erróneas. Tampoco los medios de comunicación generalistas ayudan mucho a facilitar el conocimiento de la realidad de estos perros que en la mayoría de los casos impresionan por su corpulencia. En nada contribuye que se les asocie comúnmente a segmentos poblacionales que ven en su aspecto el “arma” disuasoria perfecta.

No hay una legislación idónea en el mundo que solucione mágicamente el problema del maltrato y explotación de perros. Aunque la hubiera las lagunas en su aplicación y la falta de altavoces adecuados para su conocimiento general le restaría eficacia. Animalados nació con vocación de ofrecer información veraz y asequible para combatir los errores que restan bienestar a nuestros compañeros peludos. Y desde Animalados os invitamos a profundizar sobre las diferencias entre agresividad, perro potencialmente peligrosos y perro corpulento potencialmente besucón

 

Emma Infante