Seis preguntas básicas antes de tener un perro

Compartir tu vida con un perro o con cualquier animal de compañía es una decisión muy importante que hay que pensar muy bien. Te ofrecemos algunas preguntas que te pueden ayudar a decantar la balanza antes de adoptar a un animal.

Los perros no se compran ni se venden. Hay que adoptarlos en una perrera municipal o en el refugio de una protectora de animales donde tendrás el asesoramiento de un especialista que te dirá cuál es el ejemplar que mejor se adapta a tu perfil. Estarás dando una segunda oportunidad a un animal que ha vivido una mala experiencia y evitarás, en algunos casos, que lo sacrifiquen.

Comprar un cachorrito que está expuesto en el escaparate de una tienda de animales responde muchas veces a un impulso provocado por su atractivo aspecto. Un perro no es un regalo sorpresa que se hace en Navidad ni se puede coger ‘porque lo piden los niños’.

Según los datos compartidos por la Fundación Affinity, alrededor de 306.000 perros y gatos fueron recogidos por refugios y protectoras en España en 2019. Unas cifras alarmantes sobre el abandono que a su vez no incluyen a todos aquellos animales de compañía desaparecidos o muertos en la carretera.

Muchos de estos abandonos se habrían podido evitar si los propietarios de los animales se hubieran hecho estas preguntas antes de comprar o adoptar un perro:

1. ¿Por qué quieres un animal de compañía?

Un perro es un ser vivo que suele vivir entre 10 y 20 años, no un juguete que cuando deja de interesar a ti o a tus niños, arrincona en un lugar de la casa para siempre. Comen y necesitan de vez en cuando atención médica, lo que supone un coste económico. Necesitan atención física y cariño, sobre todo si es un perro con un pasado problemático.

2. ¿Tienes suficiente tiempo para él?

Piensa en tu ritmo de vida, tus rutinas diarias y en el tiempo libre que te queda cuando terminas la jornada laboral. Los perros quieren estar también acompañados y se les tiene que dedicar tiempo para alimentarlos, sacarlos a hacer ejercicio, pasar un rato con ellos jugando… Si no tienes tiempo pero te gustan los perros siempre podrás apadrinar a uno en alguna protectora aportando una cantidad de forma periódica para su mantenimiento.

3. ¿Puedes mantenerlo?

Un perro tiene un coste económico: hay que alimentarlo, lavarlo, llevarlo al veterinario, desparasitarlo, comprarle correas, juguetes para morder… La crisis ha provocado que la situación económica sea el motivo de abandono que más crece porcentualmente en los últimos años.

4. ¿Te ves con ánimos de afrontar los problemas que te puede dar un perro?

Si no has tenido nunca un animal de compañía y quieres adoptar uno, infórmate de todo lo que conlleva tener un perro en casa en cuanto a su actitud y los problemas puntuales que puede provocar. Si eres una persona de poca paciencia, piénsatelo bien: tal vez un día tengas que pasar un buen rato lavándolo si llega de pasear lleno de pulgas, por ejemplo.

5. ¿Es ahora un buen momento para adoptar un perro?

Esta es una pregunta que se deben hacer todos los componentes de la familia cuando se plantean adoptar un perro. Tienes que pensar si tu trabajo te obliga a trasladarte de lugar de residencia o te obliga a viajar mucho o qué vas a hacer con el perro cuando vayas de vacaciones. Si en casa hay problemas de convivencia no creas que la llegada de un perro va a ser la solución.

6. ¿Serás responsable?

La ley y tu conciencia te obligarán a tener una serie de responsabilidades con tu perro a lo largo de toda vuestra vida en común. Piensa que el perro espera de ti una vida muy diferente de la que tenía en la perrera. Deberás inscribirlo en un censo, ponerle un microchip, llevarlo al veterinario para vacunarlo y esterilizarlo. Además, deberás responsabilizarse de mantenerlo en condiciones dignas, darle una dieta sana y llevarlo a hacer ejercicio.

Las protectoras de animales realizan estas y otras preguntas a las personas que van a adoptar un perro para asegurarse de que dejan al animal en las mejores manos. Estos cuestionarios previos a la adopción también ayudan a que los especialistas que hay en las perreras o refugios asesoren sobre el tipo de perro (por tamaño, carácter o raza) más adecuado según el estilo de vida del adoptante y el lugar donde residirá el animal.

Aquí tienes un enlace al cuestionario que pide rellenar la protectora asturiana La Xana para adoptar un perro con la intención de que te hagas todas estas preguntas antes de decidirte a adoptar un perro.

Una vez estés seguro de que se dan todas las circunstancias para que tu mascota sea feliz contigo y tu familia, habrá llegado el momento de ir a una perrera o una protectora a adoptar tu perro.

«Un perro que prefiere la pelota a jugar con otros perros es un perro adicto»


Desde Animalados hemos entrevistado a la educadora de Esencia Canina, Júlia Guiu, que nos ha desmontado algunos mitos sobre los perros. 

– ¿Hacemos bien los propietarios en promover el juego de nuestros perros con la pelota?
Contrariamente a lo que se cree, jugar a la pelota es una actividad que no aporta nada bueno para la salud física ni mental del perro. Entendamos «jugar a pelota» como lanzar cualquier objeto para que nuestro perro corra tras él, como palos u otros juguetes.

– ¿De dónde nos viene esta manía?

El juego de pelota es «cómodo» para los humanos porque no tenemos que pensar mucho y conseguimos que el perro corra y se canse. En algún momento nos convencieron de que un perro cansado no daba problemas. Para mí un perro feliz es un perro sereno y tranquilo.

– ¿Por qué parece que a los perros les gusta tanto? ¿es instinto? ¿no sabemos ofrecerles cosas mejores?

El instinto de caza empuja a los perros a perseguir el movimiento. En la vida salvaje esa persecución se compensa con horas de comer, roer, mascar, acicalarse y descansar. En el juego de la pelota sólo obtiene la parte estresante del comportamiento de caza. Que su cuerpo esté capacitado para correr no significa que deba hacerlo.
Hay juegos muy fáciles que son mucho más enriquecedores mental y físicamente para el perro. Pero suponen un poquito más de imaginación por nuestra parte.

 

– ¿Se puede hablar de perros adictos a la pelota?

Totalmente, por ejemplo un perro que prefiere la pelota a relacionarse con los demás perros, desde mi punto de vista es adicto a la pelota.

– ¿Cuál es el perfil del perro «pelotadicto»?

Mi experiencia me dice que hay algunas razas más propensas como los pastores o los terriers, y otras razas que difícilmente lleguen a tal adicción como los nórdicos.
Aún así el humano es quien desde cachorro propicia y acostumbra al perro a jugar a pelota. Cualquier perro que necesite jugar cada día, que lo prefiera a relacionarse con otros perros o que juegue más de 20 minutos, es adicto o está en proceso de adicción.

– ¿Cuál es el perfil del dueño que hace a su perro un esclavo de este juego?

No se trata de perfiles. Creo que todos lo hacemos de la mejor forma que sabemos. Es sólo falta de información.

– ¿Existen programas de deshabituación?

Como cualquier adicción necesita de abstinencia total. Dejar de lanzarle objetos para que los persiga, evitar sitios donde se juega a pelota y pasar por el período de abstinencia, serán los primeros pasos a seguir.

– ¿Qué alternativas proponéis?

Un ejercicio muy recomenable es la búsqueda de premios. Basta con tirar por la hierba una decena de pequeños premios para que los vaya buscando. A los perros les relaja la actividad de oler. Están siguiendo rastros, escogiendo entre todos los olores para quedarse con el premio que tu le has lanzado. Si vas practicando, el perro mejorará mucho. Para ellos, focalizarse en una cosa es como si hiciera  yoga…

– ¿Alguna más?

Pues juegos que requieran pensar… También proporcionarle paseos tranquilos y relajantes por distintos sitios para que pueda investigar cosas nuevas cada día. Además, son ideales las salidas a la montaña donde pueda disfrutar de la libertad y si es en compañía de otros perros mucho mejor.

– El perro también se cansa a base de pensar?

Si claro. Es que físicamente es muy difícil cansar a un perro. Tienen mucho fondo… Además, cansarlo psicologicamente te interesa mucho.

– Para muchas personas, la pelota es genial porque permite tener al perro suelto en un parque con la seguiridad de que no se escapará…

Si pero tampoco jugará con otro perro. Si un perro se va detrás de una bici o molesta a un niño es que algo no hemos hecho bien. Los perros tiene que ir aprendiendo por si solos. Y con la pelota les coartamos la posibilidad de ir tomando decisiones. Necesitan investigar y equivocarse… y alguna vez de cachorros se pueden escapar pero luego vuelven y les damos un premio para que vean que con nosotros están mejor…

– ¿Hay otras necesidades que estén mal detectadas y que las sobreestimulemos en exceso?

Hay un mal concepto de lo que el perro necesita. Por ejemplo hay algo se ha puesto de moda que es salir a correr o en bici con el perro. Igual que una vida sedentaria es mala, una vida atlética está demostrado que tiene graves consecuencias a la larga. El ejercicio que hace por sí solo de forma natural, es suficiente para tener su cuerpo equilibrado y lleno de salud. Los gestos repetitivos son los causantes de lesiones musculares y el dolor es el causante de muchos de los cambios de comportamiento repentinos. Las necesidades reales de un perro es estar acompañado, que lo entiendan, que lo traten con respeto y poder participar en la vida de la familia. Si tiene todo esto, difícilmente será infeliz.

– Además de educadores caninos tenéis una residencia en l’Ametlla del Vallès. Llama mucho la atención que no tenéis jaulas y que conserváis la estructura de familia. Es un modelo diferente a los que suele ser una residencia canina ¿no? Cuéntanos en qué os basáis…

Los perros vienen a pasar unas vacaciones divertidas, como si fueran unas colonias, conviviendo con otros perros, todos juntos y formando parte de nuestra familia como bien dices. Nunca están aislados, ni separados del resto del grupo y jamás quedan solos. Por eso, sólo aceptamos perros sociables y que puedan convivir con otros, es lo más importante. Nuestra casa está preparada y pensada para ellos, no faltan sofás y camas para que descansen. Además estamos en una gran parcela de 7500m2, donde pueden jugar e investigar todo lo que quieran con nosotros y con los demás compañeros perrunos.

Sobre todo siempre pedimos que nos visiten antes para que conozcan tanto el sitio como los perros de la familia. Así la adaptación al sitio nuevo será más agradable y fácil para ellos si ya nos conocen previamente.

– Te has formado con Turid Rugaas, la gran gurú mundial que desveló las señales de calma como lenguaje universal canino… ¿qué tal la experiencia?

Muy satisfactoria. Turid Rugaas tiene muchos años de experiencia y una visión de los perros muy empática. He aprendido mucho con ella en este año y medio. Junto con Nicolás Planterose, son para mí unos grandes referentes igual que para muchos otros educadores. Tanto sus conocimientos como su filosofía deberían difundirse más aún.

Entrevista de Emma Infante y Jordi Mumbrú a Júlia Guiu de Esencia Canina

¿Es necesario cepillar los dientes de los perros?

La salud bucal en los perros es fundamental, no sólo para una buena calidad de vida, sino también para que ésta sea prolongada.

Todos los perros requieren cuidados dentales, al igual que nosotros, ya que las piezas se estropean con los elementos corrosivos de los alimentos y acumulan sarro y placa bacteriana. Además, la ausencia de un cuidado dental adecuado provoca halitosis en los peludos, es decir, mal aliento causado por los restos de comida y bacterias.

Además, los problemas dentales causados ​​por una mala salud bucal pueden derivar en gingivitis, que es una inflamación de las encías, y posteriormente en periodontitis, cuando la inflamación ya está avanzada y hace que el hueso se vuelva más débil. Las dos fases de la enfermedad periodontal pueden provocar que los perros pierdan piezas dentales, un proceso que provoca mucho dolor.

Si esta enfermedad no es abordada a tiempo, el problema puede derivar en enfermedades de riñón, hígado e incluso problemas cardíacos. Y al contrario: si se atiende adecuadamente desde los primeros meses de vida del perro, podemos sortear muchas enfermedades.

Teniendo en cuenta que los perros tienen las encías más sensibles que nosotros, no conviene utilizar un cepillo de los nuestros, y si lo hacemos, utilizaremos uno con cerdas muy suaves. Lo ideal es comprar unos cepillos de goma en forma de dedal, adaptados a ellos y que nos permiten llegar a todos los rincones de su boca y poder cepillarse incluso las piezas más ocultas. En cuanto a la manera de hacerlo, lo haremos igual que nosotros: de arriba a abajo partiendo de la base del diente.

La limpieza con cepillo es la forma más adecuada para una correcta salud bocal del peludo. Sin embargo, también hay algunas alternativas y algunos complementos como son los snacks y los juguetes dentales.

Fuente: AMIGO / Eldiario.es

Qué hacer si te encuentras un gato en la calle

Lo que debes hacer si te encuentras un gato en la calle va a depender de muchos factores. Si estás en una ciudad donde es raro ver gatos por la calle y te encuentras con uno que llama tu atención, lo primero que debes hacer es mantener la calma y observar. Si no tienes a mano una persona experta en gatos plantéate al menos tres preguntas clave antes de actuar.

¿Es seguro acercarte al gato sin que él ni tú corráis peligro?

Has de valorar si el lugar donde está el minino es peligroso dado el caso de que éste huya cuando te acerques. La seguridad ante todo, ya que los gatos son imprevisibles y ágiles. Estos felinos pueden correr velozmente en dirección contraria cuando se asustan. Si, por ejemplo, pasan coches cuando te aproximas puedes provocar un terrible atropello involuntario. De ahí que garantices que tanto tú como el gato estáis en condiciones suficientemente seguras para interactuar. Reconocer las necesidades de un gato puede llevar tiempo: si quieres ayudar a un gato no vayas con prisas.

¿Estás seguro de que éste gato no es un gato que vive feliz en la calle?

Una cosa importante que debes observar son las orejas del gato, basta con valorar su perfil. Si en una de sus orejas ves una marca en forma de uve, o una asimetría artificial en sus pabellones, probablemente se trate de un gato de la calle esterilizado que vive en una comunidad estable llamada colonia. Ya hay humanos que cuidan de él y de toda su familia. Se trata de un gato feral o callejero. Para ellos es imposible ser felices encerrados. Un gato feral se estresa y muere si es recluido, ya sea en una casa o en una gatera pública o una privada.

Existe la creencia que los gatos de casa pueden sobrevivir en la calle y que los gatos de la calle preferirían vivir en una casa. Tanto una cosa como la otra son falsas.

Los gatos, aunque sean todos domésticos y de una única especie, la felis catus, según su socialización y su lugar de nacimiento tienen distintas necesidades. Los gatos nacidos en un hogar, con una interacción estrecha y temprana con humanos, son gatos caseros. Durante las seis primeras semanas suelen relacionarse solo con la madre, con los hermanos de camada y con las personas del hogar. A partir de las doce semanas ya pueden integrarse en nuevas familias, pero nunca jamás deberían acabar en la calle deliberada ni accidentalmente. Las asociaciones protectoras de gatos advierten del deber de los propietarios de extremar la precaución con ventanas, balcones y puertas de salida además de la obligación de tener a los gatos esterilizados e identificados con un microchip. No te pierdas el post de los diez consejos para evitar que tu gato se pierda.

La vida y la salud de los gatos ferales mejora exponencialmente si se benefician del CER. El CER es la captura, la esterilización y el retorno al área de origen de los gatos no caseros. Es el método más ético, económico y efectivo para estabilizar y reducir las poblaciones de gatos. Mediante jaulas-trampa se captura a los gatos, luego son llevados al veterinario, son desparasitados, vacunados y finalmente sometidos a una mínima intervención para esterilizarlos. A las pocas horas de observación y recuperación son retornados a su territorio natal.

Tal vez se trata de un gato sin marca en la oreja que reclama insistentemente tu atención con vocalizaciones y gestos. Eso puede significar dos cosas: que en el municipio donde estáis no se hace el CER y estás frente a un gato de la calle que no goza de los beneficios del cuidado oficial de la colonia y tiene hambre. O, siendo un municipio con CER, has topado con un gato casero abandonado o extraviado. Si es un gato muy socializado tal vez te reclama mimos y amparo, además de alimento.

¿Estás seguro de que es un gato casero en apuros?

Incluso a los expertos les resulta complicado distinguir cuando un gato es feral o no, hay caseros muy tímidos y callejeros muy zalameros pero incapaces de soportar la retención entre cuatro paredes. Si estamos ante un gato de familia extraviado o abandonado éste debería llevar un chip – normalmente en el lado izquierdo del cuello-. Eso lo puede comprobar la Policía Local, el SEPRONA o un veterinario cercano. El traslado de un lugar a otro de un gato dócil es mejor hacerlo dentro de un transportín tapado con una toalla. Si el gato es mimoso y a nadie le consta dónde y con quién vive, debe llamarse a los servicios municipales de recogida, a un refugio local de animales o se puede acoger en el propio domicilio hasta la aparición del propietario o una adopción definitiva. Cuando se localiza un animal de compañía en la vía pública, los particulares que lo han encontrado deben publicitar su hallazgo mediante carteles con una foto, haciendo referencia al género, el día y modo de contacto. También es obligatorio notificar el descubrimiento y la tutela a las autoridades. Cuando ya se tienen gatos en casa, un veterinario deberá realizar distintos procedimientos con el nuevo antes de nada. Por razones de salud y de comportamiento no deben mezclarse gatos desconocidos en un mismo espacio sin tomar las adecuadas precauciones.

Una respuesta extra

Los gatos amparados por el CER suelen tener buen aspecto, tienen un peso adecuado y su pelaje luce sano. Para cumplir la ley y garantizar la tenencia responsable todo ayuntamiento avanzado en materia de protección animal acuerda y financia con asociaciones animalistas el programa CER para los gatos de sus calles. En casi todas las poblaciones españolas hay personas, mujeres en su mayoría, que cuidan de sus vecinos felinos. Las gateras o gestoras de colonias los alimentan, les ponen agua, mantienen la zona limpia, en invierno les montan cobijos camuflados y, de ser necesario, los llevan al veterinario. En los países anglosajones se habla de gatos comunitarios a los que viven en colonias controladas mediante el CER y al CER se le llama TNR.

Si la experiencia de acercarte a los gatos callejeros te fascina puedes mirar de contactar con asociaciones locales o con la concejalía de medio ambiente de tu municipio e informarte de lo qué hay y cómo colaborar. Las gateras suelen descubrir su vocación al enamorarse de un primer gato del que supieron que aun siendo feliz en la calle necesitaba cuidados regulares.

Autor: FdCats

Diez consejos para evitar que tu gato se pierda

Si algo caracteriza a los gatos es su peculiar y curioso carácter. Los felinos son unos animales ciertamente independientes que en muchos momentos del día buscan la soledad. Esta soledad se acentúa en los adultos, quienes muestran un mayor nivel de autonomía ya que no necesitan apoyarse en otros para sentir seguridad. Además, la curiosidad y el instinto cazador son la parte fundamental de su manera de ser, hecho que provoca que en muchas ocasiones sean difíciles de domesticar.

Es evidente que el ser humano, aunque se esfuerce inútilmente en ello, es incapaz de cambiar el carácter de estos animales, pero lo que sí que puede hacer es adoptar ciertas medidas protectoras para evitar que los gatos se escapen de casa o se pierdan. Desde Animalados te ofrecemos diez consejos para evitar que esto suceda:

1. Esterilizar: Aunque algunos dueños quieran evitar esta técnica por miedo o por incentivar la reproducción, este proceso debe realizarse sobre los felinos domésticos. El instinto de los gatos en épocas de celo es el de buscar a otros gatos para lidiar con sus necesidades, provocando situaciones complicadas en las que el animal intenta huir de casa. Así pues, recomendamos esterilizar a tu gatito antes de que alcance su madurez sexual y sea capaz de tener cachorros. Esto normalmente ocurre entre los cuatro y seis meses de edad.

2. Proteger las ventanas, balcones y  terrazas:  La curiosidad de los gatos provoca que en muchas ocasiones quieran observar todo aquello que está en el exterior. Por este motivo es importante tener una buena protección en todas las salidas. Existen distintos tipos de redes y mallas específicas para los distintos tamaños de gatos. Tener bien protegidas estas salidas puede evitar que el gato se escape. Asimismo, la confianza que genera tener esta protección permite tener una buena ventilación del hogar, hecho que resulta muy positivo para el bienestar del animal.

3. Implantar un chip: Este sistema electrónico de identificación permite almacenar información sobre el animal a través de la base de datos del Censo Canino que tiene cada Comunidad Autónoma. En él se guarda información como el nombre del dueño, su dirección y uno o dos teléfonos de contacto. El microchip se coloca una sola vez en la vida y permanece en el cuerpo del animal para siempre. El proceso de implantación lo tiene que llevar a cabo un veterinario. Gracias a esta medida, si una persona encuentra a un animal perdido debe dirigirse a un veterinario, quien procederá a la identificación del animal y la localización de su dueño.

4. Buscar un compañero de juego felino: Una manera de evitar la constante curiosidad externa del gato es proporcionándole un compañero de juego. Ahora bien, antes de tomar esta decisión debes reflexionar sobre la responsabilidad que conlleva tener a un nuevo animal de compañía en casa. Adoptar un perro o un gato nunca debe ser una decisión tomada a la ligera. La introducción de un nuevo gato en casa puede provocar que el animal que ya tenías en tu hogar cambie de humor y comportamiento. Cada uno debe tener su propio plato, bebedero, arena, juguetes… Estos animales son muy territoriales pero poco a poco irán entrando en contacto hasta que puedan acabar siendo amigos.

5. Hacer que el hogar sea más interesante y acogedor que el exterior: Los felinos tienen una necesidad de exploración constante. Su curiosidad provoca que siempre traten de conocer qué se encuentra presente en cada rincón del lugar concreto en el que se encuentran. Es muy probable que el gato se ausente de la vista de las personas a lo largo del día, hecho que favorece la posibilidad de que pueda perderse. Para intentar paliar un poco esta característica debes equipar al animal de todo tipo de objetos y juguetes. Rascadores, bolas de lana, caña de pescar con plumas, árboles para gatos, fuentes de agua… son algunos de los elementos que atraerán la atención del gato y evitarán que busquen el ocio y la curiosidad en el exterior.

6. En la medida de lo posible, educar: Los gatos son unos animales muy inteligentes capaces de asimilar las normas que le pongas. Una manera válida para educar a estos animales es reconociéndoles su buen hacer. Premiar al animal cada vez que tiene una conducta positiva ayuda a que el felino sepa asociar el regalo con la buena acción. Son animales independientes que necesitan intimidad para curiosear por lo que no pruebes de educarlo mediante gritos, sólo conseguirás confundirlo.

7. Tener especial precaución en la protección de la puerta de entrada: Los gatos tienen siempre localizada la zona de entrada y salida del lugar en el que se encuentran. De manera instintiva, siempre que la puerta del hogar o del lugar en el que están se abrá, la atravesarán para conocer qué se encuentra en el otro lado. Por este motivo es importante tener especial atención al momento de entrar y salir de casa.

8. Colocar un cascabel no es una opción: El sonido constante de estos collarines puede provocar dolores fuertes en el oído del animal, dejándole incluso sordo si el cascabel es muy grande. Además, este objeto provoca un gran estado de estrés sobre el felino por el hecho de cargar todo el día con un peso innecesario. Por este motivo, no es nada complicado encontrarse con animales que intentan quitárselo.

9. Proporcionar un compañero de juego canino: El compañero de juego también puede ser un perro. La mala relación entre los canes y los gatos es un tópico irreal. El proceso debe ser muy parecido al acompañante felino. Hay que dejar que cada uno tenga su territorio propio y que poco a poco vayan conociéndose hasta que acaben haciéndose amigos inseparables.

10. Proporcionar juguetes que finjan ser presas: Su instinto cazador les lleva muchas veces a querer salir al exterior y escapar. Si les ofrecemos juguetes parecidos a los ratones, por ejemplo, pueden fingir una caza que les resulte suficiente para tenerlos distraídos de los peligros exteriores.