«Con una buena gestión el cachorro no hubiera estado agonizando sobre un charco de sangre»

Una grave polémica entre responsables de la perrera en Málaga y el voluntariado se ha traducido en cambios de cargos municipales tanto técnicos como veterinarios, pero sin soluciones definitivas. Animalados entrevista a Carmen Manzano una líder indiscutible del movimiento animalista local que además lleva siendo directora de la Protectora de Málaga casi un cuarto de siglo.

¿Qué pasó en agosto de este año en la perrera de Málaga?

Un episodio gravísimo, pero menos excepcional de lo que nos gustaría, ha hecho saltar un modo de funcionar muy deficiente de la perrera. En el centro se penaliza la empatía y el cumplimiento del deber de auxilio y se sacraliza la burocracia. El 10 de agosto se dio una situación límite con un cachorro al que hubo que tratar de salvar de agresiones y de una hemorragia graves. Con una buena gestión un pequeño cachorro no hubiera estado agonizando sobre un charco de sangre y excrementos. Su supervivencia se contaba en minutos. La urgencia y la emoción hicieron imposible ceñirse al trámite administrativo de cesión, algo que sí podía esperar.

¿Qué pasó?

Una voluntaria de Perros de Málaga llevó a un hospital veterinario a Coco con intención de salvarle la vida sin perder un minuto en los trámites. Al día siguiente Luis Medina -solo cuando vio en la redes un llamamiento y una foto de Coco ingresado- comunica que se ha robado un cachorro de las instalaciones municipales y que allí no entra ningún voluntario hasta que se le dé un listado de los voluntarios que acuden al centro. De nada sirve explicarlo todo, no hay manera de conseguir que cambie su postura. Fue un error no registrarlo, pero no fue un robo, porque si no, no habría publicado en sus redes fotos públicas del cachorro Coco en el hospital.

¿Las ONG de Málaga suplen, en muchos casos, los deberes de la perrera?

Las asociaciones animalistas que colaboramos con la perrera, llevamos años denunciando la falta de personal, las instalaciones y por encima de todo, la falta de cuidados a los animales allí ingresados. La parvovirosis, el moquillo y el coronavirus -que no es el COVID- son una amenaza demasiado real, haciendo que los perros enfermen y mueran si las asociaciones no los sacamos e ingresamos en hospitales 24 horas. Lo mismo pasa con los gatos: panleucopenia o enteritis infecciosa felina y el corona serían- según nos dicen- endémicos. Gatos ferales sobreviven como pueden en unas jaulas diminutas, que denominamos microondas, en salas con las ventanas y puertas abiertas porque huele a micción y miedo de gato.

Pero ha sido lo ocurrido a Coco lo que ha detonado el conflicto?

Si a partir de Coco y que cierren el acceso al voluntariado, se constituye una Plataforma de Apoyo a Perros de Málaga, formada por Aman, Ciriana, Perros de Málaga y La Protectora de Animales. Hemos sido minuciosos en nuestra comunicación y los niveles de responsabilidad. Hicimos llegar un escrito a la nueva concejala con fotos -fotos tremendas que nunca hemos publicado en redes- solicitando al mismo tiempo una reunión. Registramos y dimos en mano un dossier con nuestra denuncia de las acciones y omisiones negligentes del director y del jefe veterinario. Al fracasar la reunión y no recibir enmiendas al resumen con el que levantamos acta hubo que recurrir al alcalde. Actualmente, a fecha de hoy, después de comparecencias en la Comisión de Medio Ambiente de voluntarios de Perros de Málaga y también en el Pleno del Ayuntamiento y tras la “renuncia” de Luis Medina, los voluntarios siguen sin entrar en la perrera.

El cartel de sacrificio cero ¿se correspondía a la realidad?

No, para nada. Se mataban perros sanos catalogándolos de agresivos mediante un certificado de una empresa conveniada con la perrera, de adiestradores; otros, por falta de espacio, otros se morían por falta de cuidados al contraer enfermedades. Y respecto a los gatos, se seguían retirando gatos de colonias cuando algún vecino se quejaba; gatos que, en muchas ocasiones, se dejaban morir en esos infames microondas y por supuesto, los que morían por enfermedades que no se trataban. Tampoco había ningún seguimiento en las adopciones; la mayoría salían sin castrar, porque se había terminado el fondo asignado a esterilizaciones; otras veces no se podía adoptar porque no tenían chip, o porque el veterinario no estaba. Los animales que entraban atropellados, la veterinaria nos avisaba para que los atendiéramos; lo mismo los enfermos. De hecho, conseguimos tener un par de epidemias de parvo, moquillo y panleucopenia por bajarnos animales enfermos.

¿Cree que anteriormente se cuidó más la forma que el fondo?

Se cuida la forma: nada de fotos, nada de críticas, nada de decir las deficiencias en chelines y gateras.  Existirían graves deficiencias higiénico sanitarias: en un chenil con cachorros con parvo que mueren, se le daría manguerazo y la siguiente camada ya tiene sitio, nada de lavapiés para el calzado con una solución desinfectante, ni guantes. Cuando lo denuncias lo niegan.

Parece que fuera de la perrera también hay mucha preocupación por la gestión de colonias en Málaga ¿Se están haciendo bien las cosas con los gatos de la calle?

Las colonias se gestionan bien por sus cuidadores; el tema es el de siempre: si la gente se queja, se retiran los gatos. Los fondos que se destinan a castraciones no llegan ni a mitad de año, y las asociaciones tienen que usar sus recursos en castrar.

¿Qué le pediría al nuevo director general?

Que escuchase a las asociaciones, que visitase la protectora, que escuchase nuestras medidas de asepsia. Le diría que le espera una tarea muy dura e ingrata, pero que contará siempre con nuestro apoyo si la perrera deja de ser perrera y se convierte realmente en un centro de protección animal.

¿Y al nuevo responsable veterinario?

Que dé cursos de formación a los trabajadores; que se contraten auxiliares veterinarios que ayuden a los veterinarios, peluqueros caninos que tengan en buen estado a los perros y gatos. Que pida antibióticos de larga duración; que inicie los trámites para tener una clínica en condiciones en la propia perrera y si no puede ser, que consiga convenios con hospitales 24 horas y que los animales tengan personal veterinario durante 24 horas al día, 365 días al año.

Algunas perreras tienen contratos con clínicas externas…

Externalizar en clínicas con una dotación, casi siempre ridícula, no sirve para nada. O tienen atención veterinaria en el propio centro, con veterinarios clínicos, o se establecen convenios en condiciones.

¿En qué puede la ciudadanía malagueña contribuir a que la que era un referente en protección animal lo sea realmente?

Apoyando a las asociaciones proteccionistas y presentado quejas al buzón del alcalde cuando las cosas no se hagan bien. Se ha creado una Plataforma de Apoyo a Perros de Málaga, como ya he comentado y todos saben que cuentan con la Protectora para lo que necesiten.

¿Cómo se puede apoyar a los voluntarios de la perrera de Málaga y a los del Paraíso la perrera de la Diputación?

El tema de Diputación y Paraíso es más complicado: Paraíso es una empresa privada que la Diputación tiene contratada y habiendo dinero por medio, las cosas nunca son fáciles. Teniendo en cuenta las partidas con que la Diputación financia las escuelas taurinas y las corridas de toros y la nula empatía del actual presidente de la Diputación, alcalde además de un municipio que tiene contratado a DON ANIMAL, una de las peores perreras de la provincia de Málaga, tengo que decir que por mucho que lo he intentado, nada he conseguido.

¿Qué pasó con Coco?

Como muchos que no logramos sacar de la perrera a tiempo, murió.

 

Emma Infante

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