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FAADA lanza la campaña #NoTengoPrecio para detener el tráfico de animales de compañía

La ONG de protección animal FAADA pide a la Dirección General de Derechos de los Animales y al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España que incluya la prohibición de la venta de animales de compañía en la nueva Ley Marco de Bienestar Animal.

Las cifras hablan por sí solas. El comercio de animales de compañía es un negocio muy rentable: la venta de perros y gatos en Europa asciende anualmente a 1.300 millones de euros. Se calcula que cada mes se comercializan 46.000 perros entre los estados miembros de la UE. ¿De dónde provienen tantos animales? En su gran mayoría de las granjas de cachorros conocidas como Puppy Mills, que abastecen las tiendas españolas, y de la cría entre particulares, cuyo comercio se ha descontrolado debido a la falta de control en los portales de anuncios y redes sociales.

Los Puppy Mills, granjas o fábricas de cachorros, son instalaciones de cría de perros y gatos que producen animales de manera industrial a precios muy por debajo del mercado y en condiciones deplorables. Suelen estar situadas en países del este, donde el control de los estándares de bienestar es casi inexistente, y transportan animales hacinados en camiones por toda Europa. Muchos de ellos mueren por el camino o llegan a las tiendas con enfermedades como parvovirus, coronavirus, panleucopenia o hereditarias. Por desgracia, esta práctica también se está trasladando a España donde ya se han desmantelado varios criaderos de este tipo.

Así mismo, a pesar de que en muchas comunidades autónomas de España ya sea ilegal la difusión de transacciones con animales particulares si no están registrados como núcleo zoológico, debido a la falta de medios para asegurar el cumplimiento de la Ley, en Milanuncios y otros portales sigue proliferando la compraventa de animales que tendrán un destino muy incierto, acabando muchos de ellos abandonados y/o maltratados.

Según FAADA, la única solución efectiva para detener el tráfico de animales de compañía es prohibir la venta de perros, gatos y hurones a terceros, es decir en tiendas y por internet. Tal y como han hecho otros países, por ejemplo el Reino Unido, que en abril de 2020 aprobó la Lucy’s Law, gracias a la cual ahora solo los criaderos profesionales y las protectoras de animales pueden proporcionar animales de compañía a particulares. Los mismos pasos están siguiendo en Francia, cuyo gobierno prevé el fin de este comercio el 1 de enero de 2024.

Y tal y como apunta la abogada de FAADA, Anna Estarán: «Cada vez con mayor frecuencia vemos actuaciones de ayuntamientos y cuerpos policiales donde se precintan tiendas y se decomisan animales, y aun así los avisos y quejas que llegan a nuestra fundación por parte de particulares afectados van en aumento. Denuncias por ventas fraudulentas, adquisición de animales enfermos que fallecen al poco tiempo, estafas, falsificación de documentación, etc.… animales procedentes de tiendas, pero también a través de portales de internet, páginas que generan un tráfico de animales totalmente descontrolado y en la mayoría de los casos ilegal. Por todo ello creemos que ya ha llegado el momento de solicitar al Ministerio que ponga fin a este comercio inmoral de animales como ya han aprobado otros países europeos».

Por todo ello, la ONG de protección animal, además de trabajar a nivel municipal y de las comunidades autónomas para alcanzar dicha prohibición, también lanza una campaña de petición de firmas (#NoTengoPrecio), dirigida a la Dirección General de Derechos de los Animales y al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España para que se incluya la prohibición de la venta de animales en la nueva Ley Marco de Bienestar Animal.

 

El Colegio Amanecer de Alcorcón lanza un proyecto pionero que forma en empatía hacia los animales a los alumnos de Primaria

El proyecto, que recibe el nombre de ‘Emociones con Patas’, crea un espacio motivacional para fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional y las habilidades sociales de los alumnos con el acompañamiento de perros y caballos.

El Colegio Amanecer de Alcorcón (Madrid) ha incorporado el Programa de Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) ‘Emociones con Patas’ como parte de la asignatura curricular ‘Aprender Haciendo’, para formar en empatía hacia los animales a los alumnos de Primero de Primaria. Se trata de una experiencia piloto y se adelanta a la propuesta de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE, que se implantará de forma escalonada durante los tres próximos cursos, de incluir la empatía hacia los animales en el currículum de la enseñanza obligatoria.

Tal y como explica Nuria Máximo, Directora y Coordinadora de la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, ‘Emociones con Patas’ surge una vez la empatía es incluida en la nueva Ley de Educación: “Llevo años diseñando proyectos de Formación en Valores para alumnos de los Grados de Educación Infantil y Primaria, y cursos de verano para profesores que incluyen la empatía, pero hasta ahora no habíamos podido diseñar un proyecto específico que trabajara la empatía hacia los animales como contenido curricular de una asignatura de Primaria”.

Los objetivos de la Cátedra de Investigación y Sociedad son, entre otros, mejorar la relación que los seres humanos tenemos con otras especies animales y el mundo natural, “por lo que la vía de la comunicación es el camino excelente si se quiere mejorar”, afirma Nuria, quien añade que “además trabaja con entidades rigurosas y responsable, así que, conjuntamente diseñamos ‘Emociones con Patas’”.

Este proyecto pionero en España, del que forman parte la Cátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad de la URJC, PsicoAnimal y Cita Terapias y Animales y el Colegio Amanecer, consta de 12 sesiones agrupadas en cuatro módulos, que son “Convivencia responsable, “Inteligencia emocional con perros”, “Inteligencia emocional con caballos” y píldoras de “Mindfulness”.

Debido a la situación actual provocada por el COVID, la metodología es on-line, señala Nuria, que afirma que “a través de las videollamadas conectamos a los equipos profesionales con las aulas y dentro del horario de una asignatura concreta. Los niños podrán conocer a 6 perros y 2 caballos en su entorno natural de vida, se les enseñarán los principios de la inteligencia emocional de los perros y los caballos, las bases fundamentales del cuidado de otros animales y estrategias básicas de autoconocimiento y gestión emocional”, recalca.

El equipo animal es intencionadamente heterogéneo y diverso en cuanto a las especies, las razas/no razas, el aspecto, las edades y el temperamento de los individuos que los componen. Así, los niños aprenden a identificar las emociones de individuos diversos y a apreciar el valor de cada uno con independencia de su raza, aspecto o edad. Todos los animales tienen en común que han sido adoptados y algunos han sufrido y superado situaciones de abandono y/o maltrato.

Sobre los beneficios que la empatía hacia los animales proporciona a los niños, Nuria comenta que “la empatía es un pilar fundamental en el desarrollo personal de los seres humanos, una herramienta de prevención de la violencia y generador de conductas prosociales. La empatía se ha demostrado como estrategia idónea de prevención del bullying escolar. Además, enseñamos a los niños a razonar y generar pensamiento crítico a través de las relaciones con los animales y el medio natural por un mundo más pacífico”, subraya.

En esta línea, existe una abundante literatura científica sobre los beneficios de la formación en empatía hacia los animales como estrategia de prevención de la violencia interpersonal y específicamente del acoso en las etapas escolares. De la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, surge todo el abanico de conductas prosociales, como la compasión o la solidaridad. Todos ellos son factores protectores frente a la violencia social.

Por su parte, Fernando Bello, director del Colegio Amanecer explica que “en nuestro colegio las emociones tienen un valor fundamental en el proceso educativo. Pero no solo las que proyectamos o percibimos en las personas que nos rodean, sino con todo nuestro entorno. Por esta razón, este proyecto nos pareció realmente interesante y hemos querido acercarlo a nuestros alumnos incorporándolo en nuestro programa pedagógico”.

El Ayuntamiento de Barcelona aprueba la convocatoria de subvenciones para entidades animalistas

El importe total que se destina a esta convocatoria es de 50.000 euros, como el año pasado. La convocatoria general de subvenciones va dirigida a la promoción de actividades e iniciativas que estén en línea con los objetivos municipales en cuanto a la protección y defensa de los animales como son: la difusión del mundo animal, la adopción de animales, la tenencia responsable o la protección de la biodiversidad relativa a los animales.

El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado hoy la convocatoria 2021 de subvenciones a entidades y asociaciones sin ánimo de lucro para la promoción de actividades e iniciativas dirigidas a la protección y la defensa de los animales. Esta decisión se ha tomado gracias a la presión animalista, en la que participó Animalados dando voz a las entidades de defensa animal, después de que en un primer momento el Gobierno municipal se decantara por suprimir las ayudas dirigidas al bienestar animal.

La convocatoria del Departamento de protección de los animales está dotada de 50.000 euros y se suma a la subvención especifica dotada con 160.000 euros, y aprobada la semana pasada, dirigida a las entidades que se encargan del control y gestión de la población de las colonias de gatos urbanos de Barcelona.

El ámbito de la convocatoria es la ciudad de Barcelona. Los proyectos que serán objeto de la subvención serán aquellos en los que se desarrollen programas, proyectos y actividades que tengan como eje vertebrador la protección y defensa de los animales de la ciudad.

La tercera teniente de alcalde, Laia Bonet, ha subrayado que «para alcanzar el abandono y el maltrato cero hay un trabajo de prevención y sensibilización sobre tenencia responsable, una tarea que desarrollan con excelencia las entidades que trabajan en el ámbito del bienestar animal». Según Bonet, «el fomento de la tenencia responsable es una prioridad de las políticas de bienestar animal. Con esta línea de subvenciones las entidades que defienden los derechos de los animales y difunden la tenencia responsable pueden contar con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona».

Entre los criterios específicos que se valorarán para otorgar las subvenciones están todos aquellos que están en línea con los objetivos municipales en cuanto a la protección y defensa de los animales como son: la difusión del mundo animal, la adopción, la tenencia responsable, la protección de la biodiversidad relativa a los animales, etc. También se valora la incorporación de la perspectiva de género en el proyecto, los beneficios ambientales y sociales, entre otros, dado que son valores igualmente aceptados y valorados positivamente por la población.

La anterior convocatoria, la de 2020, dotada igualmente con 50.000 euros, permitió subvencionar 27 proyectos de diferentes entidades. En 2019 las ayudas van beneficiar 28 proyectos, que, en líneas generales, realizan tareas de divulgación, prevención, formación y sensibilización sobre tenencia responsable y bienestar animal.

El plazo para presentar solicitudes a la convocatoria ordinaria aprobada hoy será de 20 días hábiles y se abrirá a partir del día siguiente a su publicación en el BOP, prevista para la próxima semana.

¿Qué significa ser «perro de caza» en España?

Los perros destinados a la caza son los grandes olvidados para las Administraciones Públicas, sobre ellos se cierne el más cruento maltrato institucional que nos podamos imaginar a todos los niveles.

Existe una permisividad absoluta por parte del sistema hacia las más horribles salvajadas sobre estos animales, por no hablar del paso por alto de multiplicidad de infracciones administrativas, que van desde falta de las mínimas condiciones higiénico sanitarias de bienestar animal, inexistencia de chip en animales, inexistencia de seguros de responsabilidad civil ante animales denominados potencialmente peligrosos, que son utilizados como “perros de agarre”, venta indiscriminada y sin ningún tipo de control, y en el caso de que los animales estén chipados…chip identificativos a nombre de terceras personas e incluso de menores de edad…y para ello tiene que haber profesionales que permitan todo ello…

Ser perro de caza significa para unos estar 24 horas encadenado a un olivo a la intemperie haga frío o calor, llueva o truene, de día o de noche, para otros vivir en zulos insalubres sin ver la luz del día, alimentándolos días alternos para aumentar su agresividad ante una pieza de caza, ya si hablamos del alimento que reciben…en la gran mayoría de los casos son carne cruda proveniente de carnicerías sin ningún tipo de control ni autorización para alimentarlo a base de productos SANDACH (Subproductos de Origen Animal no destinados a Consumo Humano), donde, el que tiene suerte recibe al día un triste caparazón emborrizado de tierra.

Ser perro de caza significa ser un mero instrumento que cuando no sirven para ese fin, utilizan las formas más horrendas para deshacerse de él, desde tirarlos a un pozo, dejarlos morir de inanición, ahorcarlos, matarlos a golpes y tirarlos a un contenedor aún con vida, tirotearlos en plena cacería, algunos, los menos, son llevados a perreras, con lo que ello conlleva o son abandonados, el que tiene suerte es rescatado por una protectora y el que no, que son la gran mayoría, mueren en una cuneta agonizando de dolor, en manos de su verdugo o de inanición en compañía tan solo de la fría cadena que los tiene prisioneros.

Ser perro de caza significa que desde el minuto cero, cuando naces, tu madre, encadenada o encerrada en un minúsculo habitáculo -(he visto a una perra preñada tenerla semanas metida dentro de un remolque a oscuras entre sus propias heces)- da a luz sobre una losa fría, sobre tierra, con el único calor que el que te procura ella recién parida. Ser perro de caza es ser carne de cañón de ventas ilegales entre particulares por internet para crías indiscriminadas, para intercambio por maquinaria agrícolas o aperos de labranza, ser perro de caza conlleva el ser entrenado enganchado a vehículos a motor donde o corres o corres, como es el caso de Castilla La Mancha.

Ser perro de caza significa pertenecer a un mundo amparado institucionalmente donde la sombra de las irregularidades administrativas y delictivas están en un constante acecho. Me he encontrado a lo largo de los años implicados en la defensa de estos animales con infinidad de irregularidades y trato de favor hacia los integrantes del mundo de la caza.

La propia Administración no mira de la misma forma a una perro utilizado para la caza al que no lo está, -de hecho en la actual ley de protección animal de Andalucía las infracciones que se comentan sobre los perros de rehala es competente la Delegación de Agricultura y no la Delegación del Gobierno como ocurre con los demás-, ya da igual si se trata que conformen una rehala dada de alta y cumpliendo la mayoría de los requisitos que administrativamente han de cumplir o simplemente ser un mero asentamiento de podencos, galgos, bretones, PPP, bodegueros…lo más indignante es que no se persiguen las irregularidades que se comenten por parte de los que tienen a estos animales y que los utilizan de forma irregular. Está muy normalizado tener entre 4 y 10 animales, en pleno campo, sin chip sin control sanitario alguno, atados a olivos comienzo desechos de animales, para ser utilizados los fines de semana y luego vuelta al mismo lugar…lo saben los Ayuntamientos, lo conocen las fuerzas y cuerpos de seguridad, lo conocen los vecinos y no pasa nada, NADIE HACE NADA!!!

Lo peor de todo es que en las zonas rurales principalmente están tan acostumbrados a tener esta dantesca imagen a su lado que ya lo ven con absoluta normalidad y sólo por el hecho de no tener problemas con el vecino cazador, que además tiene un arma a su alcance y por el miedo a que le hagan algo a él, a su familia o sus animales, guardan silencio.

Los perros de caza, los olvidados para las Administraciones

En definitiva ser un perro de caza es uno de los peores destinos que puedes tener siendo perro. Ha llegado a ser tan grave la situación de los perros de caza en España que el pasado 11 de Marzo, el Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Bienestar y Conservación de los Animales remitió una carta abierta al gobierno de España mostrando su profunda preocupación por el trato que se le da en España a los perros de caza. En la misma hace mención expresa al artículo 13 del Tratado de Lisboa donde se exige que los Estados miembros de la UE adapten sus legislaciones nacionales de manera que cumplan con la consideración a los animales como seres sintientes y la misma sea tenida en cuenta en futuras iniciativas políticas. Reproduzco un extracto de la misma por su gran interés:

“El trato a los galgos y a otros perros de caza en España es un ejemplo particularmente grave. La responsabilidad de legislar y hacer cumplir la ley en cuanto a protección animal recae en las 17 comunidades autónomas, lo que da lugar a un conjunto diverso de normativas de difícil aplicación.

Nos preocupa especialmente, dice el Intergrupo del Parlamento Europeo, el lento avance en la introducción e implementación de leyes de bienestar animal en España con respecto a los galgos y otros perros de caza. Consideramos que el trato a los perros de caza en España está en contradicción con los valores europeos y no encontramos justificación alguna de la diferenciación en la protección que se otorga a los animales de compañía, frente a la que se da a galgos y otros perros de caza, considerados animales de trabajo. Distinción que sin lugar a equívocos está disminuyendo notablemente su nivel de protección, negándoles la condición de seres sintientes reconocidos en el Artículo 13 que, entre otras cosas, exige que se los mantenga en condiciones razonables de habitabilidad y libres de todo sufrimiento innecesario, incluido el abandono y maltrato por parte de sus dueños.

Por tanto, recomendamos que se considere urgentemente la necesidad de una ley unificada de protección animal que abarque todo el territorio español. Se necesitan medidas legales renovadas en las áreas de cría, identificación y registro de perros, junto con la ejecución efectiva de multas ejemplares y penas privativas de libertad en casos extremos de crueldad animal, así como la creación de controles policiales sistemáticos con la provisión de los recursos adecuados.

Además, la legislación española actual permite que el 85,6% del territorio nacional sea terreno de caza, privilegiando al 1,6% de la población que tiene licencia de caza. Durante el confinamiento debido al COVID-19, en 2020 los cazadores quedaron exentos de las restricciones que se aplican al resto de la población y actividades de ocio al aire libre. Su actividad, la caza, tuvo como consecuencia 52 accidentes mortales, mientras que cerca de 600 personas resultaron heridas.

Por lo anterior, solicitamos respetuosamente al gobierno español y a sus organismos competentes, que reconozcan y respeten el derecho de los españoles no cazadores, el 98,4% de la población, de disfrutar de la naturaleza e interactuar con el medio ambiente de manera pacífica, sin las restricciones impuestas por la caza y la desproporcionada asignación en exclusiva de tierras para fines cinegéticos. Asimismo, hacemos un llamamiento al refuerzo, apoyo y al debido reconocimiento a la labor de las agencias de protección del bienestar animal y su personal, Agentes Forestales, quienes se han declarado desprotegidos frente a los cazadores en numerosas ocasiones. Su número insuficiente se traduce en que los cazadores pueden realizar sus actividades en gran medida exentos de cualquier requisito legal destinado a prevenir la crueldad animal.

Y finaliza la Carta sugiriendo una serie de MEDIDAS DE PROTECCIÓN ANIMAL

1. Mayor control de las perreras públicas gestionadas por empresas privadas sin marco legal estatal que las regule.

2. Mayor apoyo, recursos y formación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Autonomías y Ayuntamientos, en su lucha contra el abandono animal.

3. El tratamiento de la caza como una actividad exclusivamente “privada”, exenta de subsidios públicos directos o indirectos a nivel estatal, regional o local. Esto implica dejar de considerar a la caza como actividad de carácter «cultural» o «deportivo», lo que hace que sus federaciones y asociaciones no sean aptas para recibir subvenciones de las autoridades deportivas o culturales gubernamentales.

4. El grupo de perros de caza denominado «rehalas» debe dejar de ser considerado objeto «de interés cultural». Deben aplicarse las leyes actuales sobre cría contemplada en las directrices de cría responsable de la Plataforma de la Unión Europea para el Bienestar Animal, y no discriminar a los perros de caza en cuanto a su grado de protección.

5. Transparencia en todo lo relativo a las subvenciones públicas a organizaciones relacionadas con la actividad cinegética.

6. La implementación de un programa de educación en bienestar animal en las escuelas para promover la empatía hacia los animales en la infancia”.

La desdicha de los perros de caza no termina ahí, los pocos que logran salir de ese infierno y consiguen tener la posibilidad de adopción, les resulta, en especial a Podencos, muy complicado encontrar a una familia y todo ello por el estigma que sufren por la falsa creencia de que son perros de caza y no de casa, ser perros muy nerviosos o hiperactivos. Todos los perros utilizados para esta cruel práctica, tanto genética como morfológicamente son exactamente iguales a cualquier otro y deben, necesariamente gozar, de la misma protección penal y administrativamente hablando como seres sintientes que son.

Confío en poderlo ver algún día.

Fdo. Dulcenombre Aguilera Aguilera
PRESIDENTA DAMAC Juristas
Fundadora del Despacho Jurídico “Por la Defensa de los Sin Voz”
Asesora Jurídica FAPAC Córdoba

Zaragoza regula el funcionamiento del Centro Municipal de Protección Animal, que acoge 110 animales perdidos o abandonados

El Centro Municipal de Protección Animal (CMPA) de Zaragoza ha recibido 290 perros y 127 gatos en 2020. Una cantidad muy parecida al número de adopciones llevadas a cabo en este mismo año.

El Gobierno de Zaragoza ha aprobado el primer reglamento del Centro Municipal de Protección Animal de La Cartuja, con el que se pretende mejorar el funcionamiento de este espacio que acoge a los animales perdidos o abandonados en la ciudad y los mantiene en las mejores condiciones higiénico-sanitarias hasta su adopción.

Las instalaciones del CMPA se estrenaron en pasado 1 de abril, cuando terminó el traslado de los animales de la antigua perrera de Peñaflor de La Cartuja, un proceso que se produjo en pleno confinamiento domiciliario, ya que este servicio se mantuvo como esencial durante todo el estado de alarma.

Por esas fechas, el Ayuntamiento de Zaragoza custodiaba cerca de 170 animales, frente a los 110 de ahora, un descenso que deja espacio para posibles casos de emergencia, como la acogida de los 150 cachorros del criadero ilegal de Maella del pasado mes de junio, y que se debe en parte a las campañas de adopción impulsadas por la Oficina de Protección Animal. De hecho, actualmente las adopciones equiparan al número de perros que entran al CMPA.

Para avanzar hacia un mejor funcionamiento, el Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado un nuevo reglamento, ya que hasta ahora sólo estaba regulado por el artículo 16 de la Ordenanza Municipal sobre la Protección, Tenencia y Venta de Animales. El nuevo texto ordenará el funcionamiento interno, así como la recepción de los animales y sus condiciones de alojamiento. También fijará la forma en la que se harán las salidas de los animales de compañía, que puede ser en acogida, en adopción o en casos excepcionales mediante eutanasia humanitaria, así como la participación del voluntariado.

El reglamento nuevo, que en cuya elaboración han colaborado veterinarios y que concibe el CMPA como un establecimiento público de gestión directa, se estructura en cuatro títulos, cincuenta y cuatro artículos, cinco disposiciones adicionales y una final.

El primero de los títulos regula la entrada de animales por diferentes causas. Lo más frecuente es que lleguen animales abandonados o perdidos, pero también hay muchos en los que el CMPA los custodia de forma temporal. Por ejemplo, en un decomiso policial, un desahucio, un síndrome de Diógenes o en una situación de maltrato animal. Una vez en el CMPA, los animales son atendidos por los veterinarios, que les hacen un estudio para detectar posibles enfermedades o parásitos, les ponen las vacunas necesarias e intentan localizar a sus dueños.

El Área de Participación del Ayuntamiento de Zaragoza quiere seguir contando con la colaboración de los voluntarios y, por ello, el reglamento recoge expresamente sus funciones, estableciendo una formación específica para el manejo de los animales.

Los voluntarios, tras superar el curso inicial, podrán participar en las actividades y en los programas de actuación con los animales. “Con su dedicación desinteresada, los voluntarios son de gran ayuda para los profesionales del CMPA y hacen una estupenda labor”, ha comentado el consejero Javier Rodrigo.

La apuesta del Área de Participación por mejorar el bienestar animal se plasma también en los presupuestos municipales, que incluyen una partida de 600.000 euros para terminar las instalaciones, a lo que hay que sumar una de 80.000 euros, un 23% más que en 2020, para equipamiento.

En el último año, el CMPA ha recibido 290 perros y 127 gatos, además de un ave y una cabra, esto supone un 37% menos que el año anterior, debido en parte al parón de la actividad provocada por la pandemia y a una mayor concienciación de la ciudadanía, cada vez más reacia a abandonar a sus animales de compañía.

La entrada de animales al CMPA coincide prácticamente con el número de animales que salen en adopción. De hecho, en 2020 se adoptaron 225 perros, 118 gatos, una cabra y seis pequeños mamíferos. “Esto significa que se adoptan prácticamente en la misma proporción que entran”, ha apuntado Alicia Serrano, jefa de la Oficina de Protección Animal.