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La procesionaria del pino, un gran peligro para los perros

Con la llegada de las temperaturas primaverales, la procesionaria del pino ya ha hecho acto de presencia en bosques y parques donde hay este árbol con el consiguiente peligro que supone para nuestros perros. En verano la mariposa pone los huevos sobre los pinos y en un mes salen las larvas que inician la construcción de los nidos que son visibles en la parte alta de los árboles hasta el invierno. Cuando el frío empieza a desaparecer y el calor se impone, estas orugas empiezan a salir de los nidos que han hecho en invierno en los pinos y bajan por los troncos en forma de procesión guiadas por una hembra que va tejiendo un hilo conductor. Su objetivo es encontrar un lugar para enterrarse y transformarse en mariposa entre los meses de julio y agosto. Unas mariposas que copulan muy rápidamente porque sólo tienen un día de vida a la hora de empezar de nuevo el ciclo.

Los peligros que implican para nuestros perros esta oruga que transita en hileras a principios de la primavera y que forman parte de nuestro entorno natural son muy grandes. Las hileras que dibujan en el suelo son un polo de atracción para los perros, que no pueden evitar acercarse ante su movimiento. El problema es que la procesionaria del pino tiene un pelos urticantes que cuando se clavan en la piel de los perros les producen una reacción alérgica que les puede llegar a matar. En este sentido, los veterinarios recomiendan no sacar a pasear a los perros durante la primavera en lugares donde haya pinos porque es imposible controlarlos si van sueltos. Los pelos de las orugas son muy irritantes y pueden producir graves lesiones en la mucosa de la boca y en la lengua si nuestro perro las ingiere accidentalmente o lame. No es de extrañar, pues, que la plataforma Espai Gos BCN reclame que no se planten pinos en los nuevos espacios que se están habilitando en la ciudad.

¿Cómo podemos detectar que nuestro perro sufre una reacción alérgica? ¿Cuáles son los síntomas? Si ve que su perro está muy nervioso, que intenta tragar pero no puede, que se toca la boca con las patas, babea o sus ojos y párpados están hinchados tiene muchos números de haber entrado en contacto con esta oruga. Si se la ha comido también puede que vomite. El problema más grave es que nuestro perro tenga afectadas las vías respiratorias porque esto podría causarle una asfixia y de rebote la muerte. Por este motivo, si tenemos la mínima sospecha de que nuestro perro ha tocado la procesionaria del pino acuda sin dilaciones a su veterinario para iniciar un tratamiento de choque si las pruebas lo corroboran. En algunos casos, los perros necesitan ser ingresados ​​porque no pueden alimentarse por sí mismos y podrían sufrir problemas de desnutrición o deshidratación. Si no puede ir inmediatamente, limpie la zona afectada, con agua caliente y a presión, sin frotar porque los pelos de las orugas tienden a clavarse más y podría agravar la infestación. Bañar al perro con agua caliente permitirá destruir la toxina.

Fermí Varón, propietario de la tienda Animalmente de Sant Cebrià de Vallalta, una localidad de la comarca del Maresme donde hay muchos pinos, alerta de que «hay que estar atentos si el perro se rasca la boca como si se quisiera sacar algo y comienza a salivar porque esto nos indica que ha tocado la procesionaria» mientras subraya la necesidad de ir «urgentemente al veterinario ya que pueden perder un trozo de lengua e incluso morir fruto de la inflamación del estómago y el esófago que le impide respirar «. «Una solución de urgencia», anota Varón, «es tener en el botiquín un medicamento que se llama Urbason, un antihistamínico que suele utilizarse para tratar reacciones  alérgicas fuertes». El veterinario David Pumarola señala que el caso más grave se produce cuando el perro «inhala o ingiere el polvillo tóxico que desprende la oruga, si es poca la cantidad que ingiere se produce una úlcera en la lengua que se puede reparar, pero si la inhalación afecta las vías respiratorias puede ser mortal «. Aún así, el responsable de la Clínica Veterinaria Animalia de Barcelona deja claro que «la inhalación debe ser muy exagerada para que le cause la muerte, pasa poco, si vemos que respira con dificultad, que produce un silbido cuando respira, hay que llevarlo al veterinario para que le administre cortisona y si no responde se tiene que hacer una traqueotomía «. Prevenir una futura inflamación para curarse en salud es el principal consejo que da el especialista, que insta a situar el perro «en una zona donde corra el aire y mantener la calma para que el perro se relaje y respire mejor».

Artículo de Xavi Tedó

Reiki: la curación física, mental y espiritual

Reiki es un sistema de sanación energético que utiliza la Energía Vital Universal. Actúa armonizando todos los aspectos del Ser: el nivel físico, el nivel mental y el nivel espiritual. Al aplicar Reiki se aceleran los procesos internos de autocuración y armonizando las disfunciones que podamos tener.

Rei significa universal y se refiere a la parte espiritual, lo ilimitado, a la esencia energética cósmica, que interpenetra todas las cosas y circunda todos los lugares.
Ki es la energía, la fuerza vital individual que rodea los cuerpos, manteniéndolos vivos y fluyendo en todos los organismos. Ki está presente en todas las cosas vivientes y no vivientes. Cuando por motivos, internos o externos, se impide que el Ki fluya correctamente aparecen bloqueos y trastornos que hacen que la enfermedad y las disfunciones aparezcan; así cualquier enfermedad es un bloqueo del flujo correcto del Ki.

Según la opinión de Charles Darwin, el cerebro que rige el enojo, el miedo, el deseo (el sistema límbico) relativamente simple en los peces y reptiles es, en cambio, muy parecido al nuestro en los pájaros y los mamíferos, lo que nos permite suponer que numerosas especies pueden sentir emociones parecidas a las que nosotros experimentamos.

El perro, depende de su dueño tanto para lo bueno como para lo malo.  Según la opinión veterinaria, los animales domésticos se han convertido en  el apoyo de nuestras carencias afectivas y nuestros caprichos. El resultado se mide en sufrimiento psíquico, neurosis y enfermedades psicosomáticas que no aparecen en sus congéneres salvajes en el medio natural.

Los perros son especialmente sensibles al comportamiento de sus dueños, son capaces de conectar con nosotros a un nivel impensable, demostrando una gran empatía y adaptándose a sus estados de ánimo, unas veces alegre, otras triste, colérico o apático.

También crean un gran vínculo con los otros animales que conviven con ellos, llegando a sentir una desolada aflicción cuando pierden a un compañero animal muy querido. Yo misma pude comprobar como mi perro Terry, tras perder a su compañera Lisa, estuvo más de 3 meses negándose a comer.

Reiki es muy útil para ayudar a nuestros compañeros en todos estos casos, hemos de hacernos conscientes que ellos transmutan nuestras emociones.

Al enviar Reiki a un animal, en el caso de un animal domestico, hay que considerar el estado anímico, emocional de su propietario, las personas que conviven con él e incluso otros animales. Esto nos puede ayudar a entender porqué un animal tiene determinados síntomas o determinados comportamientos.

Responden al Reiki, al igual que a otras terapias holísticas, más rápidamente que los seres humanos, ya que en ellos no existe filtro racional.

Reiki puede ayudar inmensamente a nuestros compañeros, aunque si en casa no cambia nada, o si su cuidador, no toma consciencia de sus propios bloqueos, es muy posible que ciertos problemas o comportamientos, vuelvan a aparecer. Por lo que la mayoría de las veces habrá que tratar a las dos partes.

No obstante, Reiki siempre ayudará a rebajar los niveles de estrés, aumentará el sistema inmunitario para ayudar a sanar de ciertas enfermedades e incluso evitará que ciertos problemas vayan a más.

Sin dejar de ir al veterinario

En los casos agudos, la terapia es muy breve, y en ocasiones puede ser suficiente una sola sesión de Reiki.

Reiki nunca sustituirá un tratamiento veterinario, aunque ayudará a una más rápida restitución. Se hará una evaluación minuciosa de la vida familiar: sean muertes, cambios de domicilio, bodas, divorcios, enfermedades de sus dueños….

Por último centrarse en la sintomatología que manifiesta el animal. Animales tratados en un estado sintomático agudo, recuperan la salud con sorprendente rapidez. Como ya he dicho antes, puede ser que con una sola sesión sea suficiente, aunque no es lo más común.

En el caso de animales que en estado crónico es muy posible que necesiten varias sesiones y también que admitan sesiones más largas.

Se puede utilizar Reiki también en situaciones de shock, cuando hay lesiones, cirugías, accidentes, partos, etc. Nunca aplicar sobre quemaduras, debido al calor que irradian nuestras manos.

Si hay varios animales en la casa y aceptan el Reiki, se les puede dar a todos. En algunos casos es incluso conveniente. Si alguno no lo quiere o no lo necesita, te lo hará saber.

…El tratamiento con Reiki no presenta jamás ningún riesgo, es absolutamente compatible con cualquier medicación o tratamiento alopático u holístico, constituye un eficacísimo aliado del veterinario ya que apoya y potencia a la acción terapéutica de este, tranquiliza al animal y a sus cuidadores.

Si les gusta recibir Reiki  se acercarán y te pedirán que se lo des. Personalmente me he encontrado de todo en mi casa, mi gato Hugo al principio no lo quería, ya que los gatos son grandes Reikistas, con el tiempo cuando enfermó me lo pedía, otros, como Terry y Noah lo aceptan cuando ellos lo necesitan y en cambio, Nube, lo pide constantemente, y si tiene algún problema puede estar horas recibiéndolo.

Cuando se les ofrece Reiki, pueden aceptarlo o levantarse e irse. Hay que respetarlo. Podemos esperar unos minutos porque a veces les sorprende tanto que se van, pero al cabo de un rato vuelven.

También puede ser que acepten el Reiki y que sean ellos los que te digan por dónde tienes que empezar y qué zonas tienes que tratar. Déjate llevar, ellos saben lo que necesitan.

Cuando un animal necesita Reiki pero por las circunstancias no nos podemos acercar, por ejemplo en protectoras, en animales salvajes o simplemente porque tienen miedo, se les puede dar a distancia con los mismos resultados.

  • ¿En que casos podemos ayudar?
  • Lesiones
  • Trastornos de comportamiento
  • Stress
  • Bienestar emocional
  • Apoyo en procesos Oncológicos
  • Cirugía y Rehabilitación
  • Adopciones
  • Socialización
  • Cuidados paliativos

    Eutanasia

Sea como sea, con esta técnica podemos ayudar en muchos casos y es una herramienta que siempre llevamos encima. Ojalá, cada vez más, se introduzca en tratamientos veterinarios igual que se está ofreciendo en hospitales.

Lourdes Serranowww.salaliberat.com

La coexistencia de dos registros de animales en Catalunya dificulta la búsqueda cuando se pierden o se abandonan

Todos los perros deben llevar chip. En Catalunya, sin embargo, hay dos tipos. Hasta hace cinco años todos los datos identificativos de perros, gatos y hurones estaban almacenadas en el AIAC (Archivo de Identificación de Animales de Compañía), propiedad del Consejo del Colegio de Veterinarios de Catalunya, pero desde hace cinco años la Generalitat ha puesto a disposición de sus dueños el único registro obligatorio por ley, gratuito y público, y que puede ser utilizado por los ayuntamientos como censo municipal. Esta nueva base de datos, el ANICOM (Animales de Compañía) permite el acceso a todos los veterinarios, protectoras, ayuntamientos y agentes de la autoridad y su uso no requiere ningún coste. Ya no es necesario recurrir a un veterinario para que lea el microchip y avise a los propietarios para que se pueden localizar desde las mismas asociaciones y administraciones. Pese a las ventajas de este registro, muchos veterinarios siguen registrando los animales al AIAC, donde el precio de la implantación tiene un coste muy superior al del ANICOM, que tiene un precio simbólico.

Las asociaciones animalistas lamentan que el mantenimiento de esta base de datos del Consejo impide que más perros lleven el chip por su elevado coste. Alba Jornet, secretaria de FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales), explica que «el microchip no tiene valor, lo que cuesta es darlo de alta, y si el veterinario le cuesta 25 euros, dobla el precio final para obtener beneficio». Jornet atribuye la coexistencia de dos registros que equipara a «una mutua ya la seguridad social» a los intereses económicos del Consejo: «El 80% de sus ingresos vienen de la identificación de los animales y no les interesa pasarse a la otra, por esto los veterinarios nos hacen boicot, no quieren que la base de datos públicas funcione y poniendo trabas «. Los grandes perjudicados son los animales perdidos porque según apunta la activista «la ANICOM la tenemos en red y cualquier persona puede tener acceso, mientras que en el AIAC, aparte de los veterinarios y cuerpos policiales y forestales, sólo lo pueden hacer los ayuntamientos que pagan cuota anual «. Sin este «boicot» Jornet considera que «la base de datos pública estaría plenamente consolidada porque ahora hay un 35% de perros identificados y ya un 4% de gatos gracias a la labor de las protectoras, en cualquier caso cuando bajas el precio, las implantaciones de los chips aumentan «. Actualmente hay casi 300.000 animales inscritos en el ANICOM, pero al AIAC cada año se registran unos 80.000 y se calcula que hay más de 900.000.

Ignacio Rodríguez, jefe del departamento de Protección de Animales de la Generalitat, señala que «las dos bases de datos tienen reconocimiento oficial y hay animales que están en el ANICOM, otros en el AIAC y cada vez más en las dos «. Esta dualidad que no se produce en ningún otro territorio del Estado, pero sí en otros países de Europa como Irlanda, conlleva sus problemas como reconoce el máximo responsable de la Generalitat en el ámbito de los animales de compañía: «Ahora cuando se pierde un perro hay que buscar en las dos bases de datos y debemos evitar que el policía, la protectora o el veterinario tenga que consultar ambos registros «. Rodríguez explica porque muchos veterinarios les siguen dando de alta en el AIAC cuando el registro obligatorio es el ANICOM: «Es obligatorio que los veterinarios comuniquen los datos de las identificaciones en el ANICOM los veinte días posteriores a la implantación del chip, pero eso no quiere decir que no puedan dar de alta los chips en el AIAC «. En cuanto al elevado precio de este registro, revela que «la normativa actual no permite imponer importes mínimos ni máximos y esto hace que cada centro veterinario cobre importes diferentes para la identificación de un animal».

Rodríguez no duda a la hora de afirmar que «la solución óptima sería que los datos se compartieran». Una solución que ya se puso en práctica los dos primeros años de funcionamiento de la ANICOM cuando la Generalitat firmó un convenio con el Consejo para que le cediera los datos del 2012 y del 2013. Este acuerdo obligaba el Consejo a compartir la base de datos con la administración, pero solo de los registros nuevos, no de los años anteriores. Un acuerdo que no se ha ratificado: «El convenio se terminó y no se ha renovado para que las dos partes no se han puesto de acuerdo». El jefe del departamento de Protección de Animales asegura que no sabe los motivos del desencuentro, pero apunta a «motivos estratégicos». La representante de FAADA se muestra muy crítica con la actitud del Consejo porque «nosotros evitamos abandonos, luchamos por el bienestar de los animales y ellos sólo piensan en su interés económico, en  no perder dinero». El Consejo, que factura alrededor de 1,8 millones de euros por el registro de animales con chip, ha declinado hacer declaraciones a este medio para dar su versión. Para que la administración tuviera acceso a los 900.000 animales bastaría con el permiso de los propietarios.

La Fundación Affinity alerta que perros y gatos #NoSonUnJuguete

#NoSonUnJuguete. Con este contundente hashtag, la Fundación Affinity impulsa una campanya para concienciar sobre la tenencia responsable y luchar contra el abandono de los animales. Y es que la mitad de los niños reconoce haber pedido un perro o un gato a los Reyes Magos y casi un 40% de los animales de compañía llegan a los hogares españoles en forma de regalo por estas fechas. Muchas familias piensan que un cachorro es el mejor regalo que pueden ofrecer a sus hijos, pero lo que hoy parece el obsequio ideal puede convertirse en un problema tanto para el animal como para la persona que lo recibe. Este es el punto de partida de la campaña de Navidad de la Fundación Affinity, que   remarca que un ser vivo no debería ser regalado como si fuera un objeto cualquiera y que advierte sobre las nefastas consecuencias que puede tener regalar animales con el objetivo de evitar futuros abandonos.

Para trasladar este mensaje, Fundación Affinity ha creado un video que ilustra con un tono amable y cercano las luces y sombras de lo que significa convivir con un perro. Según señala Isabel Buil, directora de Fundación Affinity, “queríamos contar una historia que conectara con la gente, que tuviera emoción y que al mismo tiempo llevara a la reflexión a aquellas personas que quizás estén pensando en un cachorro como regalo de Navidad. Convivir con un perro o un gato es una decisión tan importante que nadie más la puede tomar por uno mismo”. El impulso juega un papel importante en la elección del animal. De hecho, un 34% de los propietarios españoles confiesa que se dejó llevar por razonamientos emocionales y/o visuales a la hora de decidirse por su perro o gato. En el caso de los niños, aunque el 98% de los niños asegura tener claro que los animales no son juguetes, un 50% de ellos reconoce haber pedido a Papá Noel o a los Reyes Magos un perro o un gato en algún momento de su vida.

Según Buil, “que nuestros hijos pidan un perro o gato como regalo de Navidad es perfectamente normal pero no quiere decir que tengamos que comprar o adoptar uno automáticamente, sino que tenemos que meditar bien la decisión antes de dar el paso. Probablemente, desvincular esta decisión de una época de regalos y sorpresas como es la Navidad, sea una buena forma de dejar el impulso a un lado”. Según el II Análisis Científico de la Fundación Affinity, que analiza el vínculo entre personas y animales de compañía, para uno de cada dos niños el animal representa, después de sus padres, la principal fuente de apoyo emocional en situaciones de miedo o tristeza. Además, un 60% de los niños asocian a los perros y gatos como compañeros de actividades, es por esto que el 80% de los niños prefiere jugar con ellos antes que con videojuegos.

Fundación Affinity recomienda hacer una reflexión antes de decidirse a compartir la vida con un perro o gato, que sea una decisión meditada. Para asegurarnos que la relación con los animales será estable y duradera y que éstos no terminarán  abandonados ni en centros de acogida se recomienda, en primer lugar, compromiso. La convivencia con un animal de compañía es a largo plazo y nuestro compromiso con él tiene que ser durante toda la vida del animal, esto es entre 12 años y 15 años de media. Después es vital valorar qué supondrá para nosotros incorporar un animal en nuestras vidas y no dejarnos llevar por un mero impulso inicial sino que la decisión debe ser meditada y consensuada entre todos los miembros de la familia. La información previa es también fundamental. Antes de empezar a vivir con un animal tenemos que conocer y asumir las obligaciones y responsabilidades que ello supone. Del mismo modo, debemos saber qué cuidados necesitará y cuáles serán sus rutinas.

Voluntarios Itinerantes: en ruta por la dignidad de los animales

Que pese más la motivación en la defensa de los derechos de los animales que se encuentran en refugios que la vinculación a la protectora donde uno colabora. Bajo la premisa que no es tan relevante donde la gente ayude, sino que lo haga, nace Voluntarios Itinerantes, que se constituyó este mes de septiembre después de un año de trabajo conjunto en la protectora de Òdena (Anoia), una de las que cuenta con más colaboradores en Catalunya. Un tiempo en el que se dieron cuenta que uno de los principales problemas de los refugios es que mucha gente que se apunta para colaborar lo acaba dejando porque no pueden asumir el compromiso que se les exige perdiéndose por el camino un capital humano inmenso. Jaime Mateu, presidente de la asociación, explica que “la obligación de tener que ir cada semana a un refugio hace que mucha gente lo deje por falta de tiempo sin olvidarnos que hay personas que sólo disponen de unas semanas para colaborar al año o que están de paso por una ciudad y tienen ganas de ayudar”. Unos voluntarios que pueden desempeñar diferentes roles no siempre relacionados con el cuidado de los perros, puesto que algunos de ellos son publicistas que diseñan campañas o abogados que les asesoran en cuestiones legales. El objetivo de la asociación es como relata Mateu “ayudar a mejorar la vida de los animales que viven en protectoras, así como su socialización, y llevar a cabo las reformas necesarias de las instalaciones”.  

Pese a que a medio plazo quieren crecer y ayudar a un mayor número de protectoras en Catalunya, ahora mismo la entidad destina toda su energía en la de Òdena, que inesperadamente cierra sus puertas a finales de año. Olescan, la asociación que lo dirige, justifica la decisión de clausurarla por la restructuración que quiere llevar a cabo en la red de refugios que gestiona. La colaboración de Voluntarios Itinerantes con este recinto se inicia a finales de septiembre del año pasado construyendo habitáculos con palés  y consiguiendo camas y mantas para que los perros estuvieran resguardados del frío. En una segunda fase, los voluntarios construyeron más vallados en el recinto para aprovechar mejor el espacio, y en la tercera crearon un almacén y acondicionaron un espacio como consultorio veterinario para mejorar la organización logística de la protectora. Ahora tienen ante sí el reto más importante: que los perros que aún están allí encuentren una familia que los quiera o como mal menor una casa de acogida temporal. A mediados de septiembre había 120 perros y gracias a la campaña que promovieron el número se redujo a finales de octubre a 97. Una cifra que aprovecharon para lanzar vía Twitter el hashtag #los97deÒdena, que ahora mismo son 70. “Las primeras semanas fueron una auténtica locura, el teléfono no dejaba de sonar y el refugio parecía Las Ramblas con decenas de personas que venían para adoptar un perro, pero en los últimos diez días no hemos tenido ninguna visita, parece como si la gente se hubiera olvidado que aún quedan perros que necesitan una familia” lamenta Mateu. 

Si encontrar más familias que estén dispuestas a adoptarlos está resultando una tarea complicada, la tipología de los canes que viven en el refugio tampoco ayuda. “Muchos de estos perros sufren el Síndrome de Noé por el hecho de haber convivido con gente que acumula numerosos animales en sus casas sin recibir ningún tipo de atención o cuidado, son animales que no muerden ni atacan, pero que no interaccionan con los humanos porque nunca los han sacado a pasear ni les han hecho caso y al vivir en sitios tan reducidos tienen fobia de los espacios abiertos y miedo a las personas y se esconden”. Ni Mateu ni el resto de voluntarios de la asociación piensan rendirse y lucharán hasta el último día (31 de diciembre) para que no quede ningún perro en Òdena. Cuando lo consigan irán a otro refugio para mejorar las condiciones de las instalaciones y el bienestar de los animales mientras buscan nuevos voluntarios para que sea autosuficiente. Porque como remarca Mateo “la mayoría de las protectoras no tienen los recursos suficientes y siempre necesitan gente”. Una ruta itinerante que tiene como objetivo final “interconectar estos refugios para que colaboren entre ellos”.  

Fotografia de Claudia Álvarez.