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«La tauromaquia está a punto de morir, pero sigue conectada a un respirador»

En la presentación en Barcelona de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) #Noesmicultura la abogada Cristina Ibáñez, con quien Animalados ha tenido la oportunidad de hablar, evocó una escena del futuro. Nos habló de un niño que preguntaba a sus mayores dónde estaban ellos cuando se consiguió acabar con el maltrato de los toros como espectáculo. Esta cuestión tan potente es solo una parte de un desafío que pide pasar a la acción gracias a la oportunidad que brinda la promotora de la ILP que reclama al gobierno desapuntalar la tauromaquia.

¿Es verdad que las administraciones están obligadas por ley a financiar espectáculos taurinos con dinero de todos?

En algunos lugares, especialmente en España, existen leyes y regulaciones que respaldan la financiación pública de eventos taurinos. Estas leyes varían según la región y el país. Por ejemplo, en España, las corridas de toros han sido tradicionalmente respaldadas por algunas administraciones públicas a través de subvenciones, apoyo logístico o la gestión de plazas de toros.

Sin embargo, en los últimos años ha habido un debate creciente sobre la ética y la legitimidad de usar fondos públicos para financiar actividades taurinas. Algunas administraciones han reducido o eliminado este tipo de financiación debido a la presión de grupos y ciudadanos que se oponen a las corridas de toros por razones éticas o de bienestar animal.

En resumen, y por culpa de que la tauromaquia está considerada patrimonio cultural de España, se le otorga protección y esta protección puede implicar diversas medidas, como la asignación de fondos para su preservación y promoción, la inclusión en programas educativos, etc.

«El sufrimiento animal no puede estar justificado en nombre de la cultura o el arte»

¿Qué puede ligar el maltrato animal a una producción cultural o artística?

El maltrato animal puede estar vinculado a la producción cultural o artística en el caso de eventos como las corridas de toros. Estas actividades sin duda implican el sufrimiento y el maltrato de animales con el fin de entretener al público o cumplir con tradiciones culturales. Pero dicho sufrimiento animal no puede estar justificado en nombre de la cultura o el arte; existen muchas otras formas de expresión cultural y artística que no implican daño o explotación animal.

¿Es compatible la protección de la tauromaquia con la resolución de la UNESCO de 2019 en la que se insta a los Estados miembros a proteger a los niños de todas las formas de violencia física y mental, incluidos los espectáculos taurinos?

La resolución de la UNESCO de 2019 insta a los Estados miembros a proteger a los niños y niñas de todas las formas de violencia física y mental, incluidos los espectáculos taurinos.

Sin duda, la tauromaquia, en la que los toros son sometidos a sufrimiento físico y mental en nombre del entretenimiento es una forma de violencia hacia los animales. Así que, la protección de la tauromaquia y el cumplimiento de la resolución de la UNESCO son claramente incompatibles desde una perspectiva ética y legal.

Eso es especialmente insostenible en el caso de las escuelas de tauromaquia y las actividades promocionales en contexto escolar ¿No?

Sí, la presencia de escuelas de tauromaquia y actividades promocionales en contexto escolar plantea incongruencias éticas y morales. Estas actividades exponen a los niños a la violencia física y mental asociada con la tauromaquia, lo que contradice los principios de protección de los derechos de los niños y la promoción de un ambiente educativo seguro y respetuoso.

«La tauromaquia está a punto de morir, pero sigue conectada a un respirador»

La caída de la afición es notoria, el impacto económico positivo aún más. ¿Qué puede justificar entonces la protección de la tauromaquia en el siglo XXI?

La tauromaquia está a punto de morir, pero sigue conectada a un respirador, y ese respirador se llama patrimonio cultural. Cuando se dice que la tauromaquia está protegida como Patrimonio Cultural, significa que se reconoce su valor cultural, histórico y artístico dentro de una determinada sociedad. Y todo esto es lo que la mantiene viva a pesar de todo.

Si la protección de la vida y de la salud es uno de los bienes jurídicos más apreciados en todas las legislaciones del mundo ¿Cómo se justifica no solo el permiso, si no el apoyo a los espectáculos taurinos?

La justificación principal, una vez más, es la consideración de la tauromaquia como parte del patrimonio cultural y tradición.

¿Cuál es la discrepancia entre la consideración de la tauromaquia como patrimonio cultural común y la legislación de protección animal?

La discrepancia principal radica en cómo se equilibran los valores culturales y tradicionales con el respeto hacia los derechos y el bienestar de los animales.

Por un lado, la tauromaquia se considera parte del patrimonio cultural en algunas, lo que lleva a su protección y apoyo por parte de ciertas instituciones y sectores de la sociedad. Esto se basa en la idea de preservar las tradiciones y la identidad cultural.

Por otro lado, la legislación de protección animal busca garantizar el bienestar y los derechos de los animales, incluido el derecho a no ser sometidos a sufrimiento innecesario. La tauromaquia implica el sufrimiento y la muerte de los toros en un contexto de entretenimiento humano, lo que entra en conflicto con estos principios de protección animal. Y sí, esta discrepancia es un absoluto disparate.

«La ILP surge para devolver las competencias a las autonomías y municipios»

¿Todo lo dicho hasta ahora serían los argumentos legales que respaldan la iniciativa de derogar la Ley 18/2013 de patrimonio cultural de la tauromaquia?

Sí, por todo ello surge nuestra ILP; para devolver las competencias a las autonomías y municipios. Esta iniciativa tiene como objetivo principal restaurar el derecho de las comunidades autónomas y de los municipios a regular sobre esta materia, reconociendo su autonomía y su capacidad para decidir en función de sus valores y principios. Los ayuntamientos y autonomías son mayores de edad para decidir qué es cultura y tradición y qué no, ¿no os parece?

¿Los partidos políticos están siendo coherentes con el ordenamiento jurídico? ¿Con las resoluciones de los distintos ejecutivos? ¿Con el mandato popular?

La coherencia de los partidos políticos con el ordenamiento jurídico, las resoluciones de los distintos ejecutivos y el mandato popular puede variar según el contexto y las circunstancias específicas. Algunos partidos pueden defender la tauromaquia como parte de su plataforma política debido a consideraciones culturales, económicas o de otra índole, mientras que otros pueden abogar por su prohibición o regulación debido a preocupaciones sobre el bienestar animal o el respeto a los derechos de los animales.

Es importante tener en cuenta que la tauromaquia es un tema controvertido y polarizante, y no muchos se atreven a enfrentarse a este desafío, por desgracia. Algunos partidos pueden tener una postura más cobarde y tradicionalista, mientras que otros pueden adoptar una postura más valiente y centrada en el bienestar animal.

¿Qué es una ILP?

Una ILP es una Iniciativa Legislativa Popular. Es decir, una ley que nace del pueblo.

«La aprobación de la ILP supondría que en los diferentes territorios habría libertad para decidir qué se considera cultura y qué no»

Los requisitos para recoger este sentir popular no son poca cosa: la cantidad, la responsabilidad, la validez, la supervisión y los plazos son exigentes…. ¿Qué impacto tendría en términos legales y sociales la derogación de esta ley que declara patrimonio cultural el maltrato de toros en espectáculos públicos?

En los últimos años, tanto en Baleares como en Cataluña, se han tomado medidas para prohibir o regular las corridas de toros en dichos territorios. Estas decisiones fueron recibidas con diversas reacciones, desde elogios hasta críticas y desafíos legales.

Las sentencias del Tribunal Constitucional han impedido la aplicación de estas prohibiciones, argumentando que la tauromaquia es considerada patrimonio cultural y, por lo tanto, está protegida por la Constitución. La aprobación de la ILP supondría que se podrían aplicar y que en el resto de España habría libertad para decidir qué se considera cultura y qué no.

¿Qué diferencian las acciones de esta Comisión Promotora de otras iniciativas previas que han buscado abolir la tauromaquia?

Actualmente, en España no es posible prohibir la tauromaquia, dado que está protegida por la Ley 18/2013, que la considera patrimonio cultural de España.

Iniciativas que hayan intentado hacer tal cosa han fracasado porque, por desgracia, no puede comenzarse la casa por el tejado. Esta ILP es el primer paso necesario para el principio del fin de la tauromaquia.

¿Cómo pueden los interesados en apoyar esta causa, constituirse como fedatarios u otras formas de colaboración? ¿Cuál es la fecha límite?

Las personas que quieran ayudar pueden hacerse fedatarios o fedatarias y ayudarnos a recoger firmas en los diferentes puestos que estamos montando en ciudades y pueblos de toda España.

Si son una ONG, se pueden registrar para adherir a la campaña. Si son una empresa, se pueden registrar para convertirse en punto fijo de recogida de firmas. Tenemos de plazo hasta noviembre para entregar las firmas, así que las tenemos que haber conseguido en octubre como muy tarde.

«En muchos territorios el debate social está más que ganado, conseguiremos la abolición de la tauromaquia»

¿Cuáles son los posibles escenarios futuros si la ILP logra su objetivo de derogar la Ley 18/2013?

La aprobación de la ILP supondría que se podrían aplicar las leyes que se aprobaron en Cataluña y Baleares y que en el resto de España habría libertad para decidir qué se considera cultura y qué no.

La lucha, a partir de entonces, seguirá de forma individual en cada territorio. Sin duda, en algunos será más complicado, pero en muchos otros, en los que el debate social está más que ganado, conseguiremos la abolición de la tauromaquia.

Ya han pasado dos meses desde que se ha presentado la ILP en distintas poblaciones y se van recogiendo firmas ¿Cuáles son vuestras sensaciones?

Las sensaciones son increíbles. Estamos en una nube al ver la unión del movimiento animalista. Hay tantas personas implicadas e ilusionadas por toda España que no nos cabe duda de que lo vamos a conseguir entre todas.

¿La tauromaquia es pecado? Así es el polémico anuncio de prensa de la asociación animalista PETA

Polémico anuncio de la asociación PETA contra los festejos taurinos: “La tauromaquia es un pecado. Pídele a tu sacerdote que la condene”.

La organización de defensa animal PETA ha publicado un anuncio a página completa en cuya imagen Jesucristo se interpone entre un toro moribundo y un torero para proteger al animal. El texto que acompaña a dicha imagen es muy directo y conciso: “La tauromaquia es pecado, pídele a tu sacerdote que la condene”.

Con motivo de esta polémica campaña, la plataforma La Tortura No Es Cultura, que reúne a 47 organizaciones por el fin del maltrato animal en espectáculos públicos, ha emitido un comunicado explicando el porqué de está afirmación en el anuncio.

 

Imagen del polémico anuncio de la asociación PETA

Según la asociación animalista, la respuesta a la pregunta que lanza la organización PETA es muy clara: Sí. La tauromaquia es pecado según el Catecismo católico y el Derecho Canónico. Concretamente, la tauromaquia fue prohibida en 1567 por el Papa Pio V, por medio de la Bula “DE SALUTIS GREGIS DOMINICI”.

Dicha bula, que nunca fue derogada, se basa en la obligación de los fieles católicos de apartarse de los peligros inminentes del cuerpo y del alma, y prohíbe explícitamente participar o asistir “a luchas con toros y otras fieras”, ya que “esos espectáculos… no tienen nada que ver con la piedad y caridad cristiana… (son) cruentos y vergonzosos, propios no de hombres sino del demonio”.

La prohibición “estará vigente perpetuamente, bajo la pena de excomunión y de anatema… Si alguno muere allí, no se le dé sepultura eclesiástica”. Además, se prohíbe “bajo pena de excomunión que los clérigos, tanto regulares como seculares, que tengan un beneficio eclesiástico o hayan recibido órdenes sagradas tomen parte de estos espectáculos”.

Además, se afirma que “quedan prohibidas las corridas de toros, aunque sean, como erróneamente se piensa en honor a los santos o de alguna solemnidad y festividad de la iglesias, que deben celebrarse y venerarse con alabanzas divinas, alegría espiritual y obras piadosas, y no con diversiones de esa clase”.

«Es contrario a la diginidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales»

Por otro lado, la plataforma La Tortura No Es Cultura afirma que el punto 2.418 del Catecismo actual es explícito y tampoco admite dudas. “Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas”.

Si esto no fuera suficiente, otro argumento que no admite dudas es que se pone en peligro inútilmente una vida humana. Es lícito arriesgarla, por ejemplo, para salvar un niño a punto de ahogarse, pero no lo es enfrentando la muerte en una corrida. Por lo tanto, el torero está cometiendo un pecado mortal.

A pesar de esto, la curia de los ocho países en la que la tauromaquia aún es legal es un caso atípico, ya que sigue apoyándola sin pudor alguno y sin argumentar el incumplimiento del Catecismo, del Derecho Canónico y de la mencionada Bula, como en el caso de la presencia de festejos taurinos celebrados en nombre de santos o vírgenes, capillas consagradas en la mayoría de las Plazas de Toros, párrocos que bendicen a toreros y el reciente Primer Encuentro Internacional de Capellanes y Sacerdotes Taurinos.

«Espero que los católicos se pregunten si es coherente considerarse cristianos y ser taurinos»

En relación con la publicación de PETA, Alessandro Zara, colaborador de La Tortura No Es Cultura comenta: “Espero que esta publicación contribuya a que los católicos se pregunten si es coherente considerarse cristianos y ser taurinos, por el desprecio a la vida humana y el maltrato animal que conlleva, y exigirles a sus sacerdotes que cumplan y hagan cumplir la Bula de Pio V y el catecismo actual”.

“Es incomprensible que los católicos taurinos puedan expresarse libremente mientras que los que se oponen a la tortura no se atrevan a decirlo, como sí lo hacen los fieles en otros países, los que consideran la tauromaquia una barbarie diabólica y cruel”, añade Zara.

“La lidia es un sistema perfectamente estudiado para destrozar física y emocionalmente a un herbívoro de carácter pacífico”

Segunda parte de la entrevista de Animalados a Enrique Zaldívar, veterinario madrileño y antitaurino. Zaldívar es cabeza visible de AVATMA, la asociación que agrupa a muchos profesionales de la medicina de los animales contra el maltrato animal. Lleva más de 15 años publicando informes, realizando comparecencias en sedes parlamentarias, foros profesionales y donde sea necesario para denunciar la barbarie con argumentos científicos.

 ¿Qué supuso el traspaso de la tauromaquia al Ministerio de Cultura? 

Este es un tema muy importante que pasó, incluso para el movimiento abolicionista, de puntillas. La que era ministra de cultura en los años 2009-2011, reconocida taurina, Ángeles González Sinde, con Rubalcaba de vicepresidente del gobierno, coló a los taurinos en ese ministerio. Los colaron porque su lobby no paraba de reivindicarlo y los votos son o eran votos. Zapatero ocupaba el cargo de presidente.

Los antitaurinos no le dieron importancia a este acontecimiento, que hizo posible la ILP taurina del año 2013; la consecuencia: que la tauromaquia fuera y siga siendo patrimonio cultural. Nombro a Rubalcaba porque era el responsable del Ministerio del Interior, del que dependía la tauromaquia, hasta que le pasó la pelota al ministerio de González Sinde, en el año 2011, que no tuvo reparo en cogerla y encestarla. Los taurinos nos ganaron ese partido.

¿Qué deberíamos saber sobre la lidia y no sabemos? 

En general la gente no sabe casi nada de lo que supone su lidia para estos animales. Hay taurinos que tampoco lo saben. Una de las cosas que más me molesta es que, después de más de quince años de publicar informes y de dar decenas de charlas sobre el tema, el desconocimiento que hay al respecto es preocupante. Les basta, como explicación, con decir que tienen un Sistema Nervioso Central. Cuando describes los daños anatómicos que sufren en los tres tercios de la lidia, el de varas, el de banderillas y el de muerte, los que te escuchan no dan crédito a lo que están oyendo.

Por resumir: rotura y lesión de músculos, tendones, ligamentos, vasos sanguíneos, nervios, algunas estructuras óseas, en ocasiones neumotórax, importantes pérdidas de sangre, alteraciones en el normal funcionamiento de diversos órganos, encharcamiento por sangre de la cavidad torácica, sección, por escisión, de la medula espinal y del tronco encefálico o bulbo raquídeo.

«En los festejos populares, sin que haya sangre, hay un sufrimiento físico y emocional evidente»

¿Qué más no sabemos?

Que la lidia es un complejo sistema, perfectamente estudiado, para destrozar, física y emocionalmente, a un herbívoro de carácter pacífico, en un espacio corto de tiempo, unos 10-15 minutos. Maltratar y torturar a un animal, con premeditación y alevosía, por parte de un grupo de humanos, que lo visten de proeza y heroicidad, y que lo justifican en que ponen en riesgo su vida.

En los festejos populares hay un sufrimiento físico y emocional evidente, pero como no suele haber sangre, la permisividad es mayor. Es lo bueno que tiene el desconocimiento. ¿Es mentira lo que digo? No, es absolutamente cierto. La estulticia de esa minoría no siempre les impide reconocer lo evidente.

Y luego están aquellos que, reconociendo y conociendo el padecimiento, que son muchos, ponen por encima sus convicciones, sus tradiciones, sus aficiones, sus derechos y el obligado respeto que le debemos a todo eso. En mi opinión no lo han pensado lo suficiente. Hablan de respetar a los maltratadores de animales amparándose en la legalidad o con el: “es que se ha hecho toda la vida”. ¿Cómo os suena?

¿Qué es lo mas satisfactorio de su ingente trabajo con AVATMA?

 Lo gratificante que resulta que algún taurino que nos ha escuchado, haya dejado de serlo.

¿En cuántas décadas diremos que ya no más?

Como ya he patinado en esa predicción, no voy a poner fechas. Pasará cuando los políticos, aquellos que son tibios en este asunto, que son muchos, demasiados, dejen de serlo. Incluso hay antitaurinos que dicen que cuando la sociedad quiera, que hay que dejar que siga su curso. Creo que es una manera errónea de abordar el problema. Creo que la sociedad no tiene nada que decir sobre maltratar animales, con el agravante de hacer de eso un espectáculo público y más cuando siempre existirá una minoría que siga perseverando en su empeño de prorrogarlo.

¿Qué le convirtió en activista antitaurino? 

Fue en el año 2007. La culpa la tuvo un veterinario taurino que afirmó que estos animales tienen un sistema nervioso y hormonal (endocrino) que les hace prácticamente inmunes al dolor y al sufrimiento. ¿Su nombre? Juan Carlos Illera del Portal. Ya hemos demostrado, sobradamente, que mentía; él y sus palmeros, que los tiene. Una ocurrencia como esa necesitaba una respuesta y se la dimos desde AVATMA. Que estos bóvidos sean capaces de defenderse cuando les agreden, no justifica ni su crianza, ni su tortura.

¿Hay algún encuentro con taurinos que le haya enriquecido o hecho reflexionar? 

He tenido muchos encuentros con ellos y ninguno me ha enriquecido con sus argumentos, y más cuando sabes que cualquiera de ellos es insostenible. ¿Hacerte reflexionar? Reflexionar sí, cuando intentas explicarte la razón de que, sabiendo que están fuera de época, sigan perseverando en la defensa de algo que no tiene justificación y te preguntas el porqué.

Lo que sí debo confesar es que he aprendido mucho de algunos de ellos y de sus textos. Para combatir algo tienes que conocer al enemigo y este es el punto débil de muchos de los que están en esta guerra. Hay, como en todos los temas, demasiada gente opinando de lo que no conoce.

«En las redes sociales, la información fluye en una especie de bucle y es unidireccional»

¿Qué rol juegan las redes sociales en la configuración de opiniones pro o contra la tauromaquia? 

Lo cierto es que las redes sociales son insoportables. Y dicho esto, yo las utilizo para difundir información que creo que es relevante para ponerle cara y datos al maltrato animal. Otra cosa es que, lo que vuelcas en las redes, tenga receptores. Por desgracia la gente, en general, no lee, aunque entiendo que algo queda.

Si pudiese cribar la información que me interesa la cosa cambiaría, pero eso es imposible. Evidentemente creo que hay más movimiento, más ruido y más difusión en la parte antitaurina o eso parece, pero creo que es un fenómeno endogámico en el que la información, la de unos y la de otros, fluye en una especie de bucle y es unidireccional.

El taurino, alguno, lee a los suyos y el antitaurino, alguno, a los que comparten su pensamiento. Esporádicamente te puede encontrar detractores de lo que tú comentas, pero no es muy frecuente, por lo menos en mi caso. Quizás sea porque saben que se meten en un espacio en el que nada o poco tienen que “rascar”.

¿Y los medios de comunicación tradicionales? 

Suelen ser, en muchos casos, tibios como los políticos. Hay periódicos que mantienen sus espacios taurinos, dentro de sus secciones de cultura (ya les vale) y otros que se han alineado claramente en contra de la tauromaquia. Las radios y televisiones cada día prestan menos atención a este tema, pero cuando lo hacen, tampoco se decantan por un cuestionamiento claro y crítico.

Un ejemplo de lo que digo puede ser Movistar que eliminó la retransmisión de festejos taurinos en plaza (de pago); no lo hizo por cuestiones morales, sino por cuestiones económicas. En su rescate han salido las televisiones en aquellas autonomías en las que gobiernan los que gobiernan y un “canal extraño” que ha contado con la ayuda económica de Díaz Ayuso para sobrevivir.

Me hace gracia escuchar que la tauromaquia no es de izquierdas ni de derechas. Pues sí, lo es, de derechas de toda la vida. Cuando el PSOE se entere de que no rasca ni un voto del mundo del maltrato animal, igual la cosa cambia. Espero que algún responsable de este partido político lea nuestro trabajo sobre las ganaderías de lidia o esta entrevista.

«Vivimos en un país en el que se hacen muchas celebraciones maltratando animales»

¿Qué otras cuestiones les preocupan más allá del maltrato a los toros? 

Me preocupa cualquier tipo de actividad que provoque sufrimiento en cualquier animal. Vivimos en una país en el que se hace celebración de un montón de cosas maltratando animales, que está arraigado en muchos de nuestros pueblos y justificado en la tradición.

La ley de protección animal estatal, que se aprobó en 2023, no solo no ha legislado sobre esto, sino que, ha facilitado la legalización de algunos eventos, en los que se utilizan animales, que se habían eliminado o que estaban en pleno debate público o en vías de desaparecer. Lo he dicho y lo repito: esa ley podía haber prohibido determinados usos que se dan a determinados animales en determinados eventos, y no lo hizo. Me han dicho mil veces que tengo que ser pragmático, que no hay blanco o negro, que si diálogo… Hay veces, demasiadas veces, que el movimiento abolicionista tiene la misma tibieza que los políticos. Así nos va.

Algunos, bajo el paraguas del ámbito competencial, permiten que unos animales sufran de diversas maneras según el territorio en el que se encuentran o del idioma que se hable. Y me podrán decir que existen comunidades en las que algunas manifestaciones de maltrato animal, toleradas en otras autonomías, han sido prohibidas… ¿Nos vale? El maltrato animal debe desaparecer en todo el estado, independientemente de lo que sea tradicional aquí o allí.

Me preocupa la capacitación y la profesionalidad de todos aquellos que tienen algo que decir en este tema. La verdad es muchos o algunos no tienen nada que decir, pero lo dicen, lo que no deja de ser un problema. Y me dirán: no, oiga, que yo soy libre de opinar. Pues no, no según qué cosas, especialmente en un asunto del que depende la mala vida o la muerte agónica de miles de animales y que, según lo que digas, tendrá consecuencias para ellos en forma de leyes, reglamentos o directivas nacionales, autonómicas o europeas.

«Eliminaria la calificación de Patrimonio Cultural que tiene la tauromaquia mediante una proposición de ley en esta legislatura»

¿Cuáles serían las tres primeras medidas que tomaría si tuviera poder ejecutivo con relación a la tauromaquia?

La primera eliminar la calificación de Patrimonio Cultural que tiene la tauromaquia desde 2013. Y no lo haría a través de una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) que es como parece que se va a hacer. Lo haría mediante una proposición de ley en esta legislatura. Esto posibilitará sacarla del Ministerio de Cultura y devolverla al de Interior. Y por supuesto no dejaría en manos de las comunidades autónomas el poder de decidir si quieren o no quieren festejos taurinos en su territorio, que es otra de las cosas que al parecer se pretende o pretendía. Terminaría con la abolición de la tauromaquia, en todas sus manifestaciones, a nivel estatal. El simple hecho de eliminar la calificación de Patrimonio Cultural anularía la sentencia del Tribunal Constitucional que impidió, en “teoría”, la prohibición de las lidias en Cataluña. Fin de la “fiesta”. Me han dicho mil veces que tengo que ser pragmático, que no hay blanco o negro, que si diálogo… Hay veces, demasiadas veces, que el movimiento abolicionista tiene la misma tibieza que los políticos. Así nos va.

El Congreso admite a trámite la ILP para derogar la ley de patrimonio cultural de la tauromaquia

Las organizaciones promotoras tendrán nueve meses para recoger las 500.000 firmas necesarias para iniciar su debate en el Congreso.

Nuevo paso para la derogación de la ley de patrimonio cultural de la tauromaquia. La Mesa del Congreso ha admitido a trámite la iniciativa legislativa popular (ILP) “No Es Mi Cultura”, que tiene como objetivo eliminar la protección legal que tiene actualmente la tauromaquia en España. Así se lo ha notificado la Junta Electoral Central a la Comisión Promotora de esta propuesta.

Desde la Comisión Promotora aseguran que tras diez años después de que la tauromaquia fuera declarada Patrimonio Cultural, el número de corridas de toros y otros festejos no ha hecho más que disminuir. Según el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura, la cantidad de celebraciones taurinas en las plazas se redijo a la mitad en 10 años, pasando de 2.684 en 2009 a 1.425 en 2019.

Sin embargo, los promotores de la iniciativa denuncian que la actual normativa estatal socava las competencias autonómicas y municipales ya que, en la práctica, priva a los ayuntamiento y a las autonomías de la iniciativa en la regulación de las manifestaciones del patrimonio cultural propio.

«Es el primer paso para abrir un debate social y político que permita avanzar en materia de protección animal»

“Estamos muy ilusionados. Es el primer paso para abrir un debate social y político trascendental para un modelo de país que permita avanzar en materia de protección animal, devolviendo la libertad de legislar a los ayuntamiento y gobiernos autonómicos. Ahora el desafío es conseguir las 500.000 firmas requeridas para que la ley pueda llegar al Congreso y ser debatida”, asegura David Calvo, portavoz de la Comisión Promotora de la ILP “No Es Mi Cultura”. “Los siguientes pasos consistirán en lograr la adhesión de más organizaciones, iniciar la recogida de firmas y llevar nuestras medidas ante los responsables públicos”, añade.

A partir de las próximas semanas, las entidades promotoras contarán con un plazo de nueve meses, prorrogable por otros tres, para recoger 500.000 firmas. Estas firmas se recogerán únicamente en papel, en los pliegos oficiales de la Comisión Promotora. En el caso de que se logren las firmas necesarias, comenzaría la tramitación parlamentaria de la ILP.

«La tauromaquia genera cada vez más rechazo entre la ciudadanía española»

Desde la Comisión Promotora se muestran confiados en que se conseguirán las firmas requeridas, puesto que aseguran que la tauromaquia genera cada vez más rechazo entre la ciudadanía española.

La encuesta de población (16.000 entrevistados) que ofreció el Ministerio de Cultura, periodo 2018-2019, sobre hábitos y prácticas culturales de los españoles, indicaba el escaso interés de los ciudadanos por los festejos taurinos. Tan solo el 8% de ellos acudió a algún festejo taurino y solo el 5,8% asistió a un festejo en plaza; de estos últimos, el 19,6% lo hizo gratis y el 5% con descuento.

En este sentido, las últimas encuestas reflejan que más del 50% de los españoles están a favor de prohibir o limitar las corridas de toros (encuesta de SocioMétrica para EL ESPAÑOL, 2019), o que casi 8 de cada 10 españoles se manifiestan contra el uso de animales en la tauromaquia (Estudio de la Fundación BBVA ‘Visión y Actitudes hacia los Animales en la Sociedad Española’ en 2022).

“Bienestar animal y espectáculos taurinos son incompatibles”

Enrique Zaldivar, veterinario madrileño y antitaurino, es cabeza visible de AVATMA, la asociación que agrupa a muchos profesionales de la medicina de los animales contra el maltrato animal. Tras el registro de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pretende derogar la ley que protege la tauromaquia a nivel estatal al considerarla patrimonio cultural, leer a un experto nos parece especialmente oportuno. Esta es la primera parte de la entrevista que ha concedido a Animalados.

¿Qué es AVATMA y cuando nació? 

Es una asociación, dentro del amplio campo de la profesión veterinaria, cuyo objetivo es trabajar por la abolición de la tauromaquia y de cualquier otro tipo de maltrato animal, sea legal, como el primero, o ilegal. Nace en 2008 como AVAT (Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia) y en 2012 ampliamos nuestros campos de acción y pasó a denominarse AVATMA.

¿Ser veterinario y antitaurino es una anomalía?

No debería serlo, pero si existimos, por algo será. De hecho, algunos “compañeros” nos han tildado de secta. La veterinaria siempre ha estado vinculada a este tipo de maltrato animal, que es defendido e incluso promocionado por los organismos oficiales que regulan nuestra profesión, amparándose en su legalidad. Sin ir más lejos, muchos de los presidentes del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, y de colegios provinciales de veterinarios, han sido y son defensores de esta actividad. Todavía, algunos, otorgan premios a los toros que se dejaron maltratar “adecuadamente” en algunas ferias taurinas. Lo mismo hacen los veterinarios de la plaza de toros de Las Ventas. Hay excepciones como Valencia y Madrid, cuyos colegios eliminaron el premio que daban al mejor toro de sus ferias locales.

¿Este un tema que no había sido debatido públicamente dentro de su colectivo?

No, hasta que nace nuestra asociación. A nadie se le debe escapar que, sin la presencia de veterinarios, no es posible la celebración de festejos taurinos y mientras sea legal, no faltarán en las plazas de toros o en los festejos populares. Que quede claro que ser veterinario de festejos taurinos es voluntario y se apuntan los que quieren: unos por ser taurinos y otros porque se paga relativamente bien. Afortunadamente son los menos los que de ética profesional andan escasos. Aquí no hay superioridad moral, sino sentido común ¿Y qué hace los veterinarios designados en estos festejos? Dicen que, entre otras funciones, velar por el bienestar de los animales. Bienestar animal y espectáculos taurinos son incompatibles.

¿Es cierto que acabada la tauromaquia se extingue el toro de lidia?

Es uno de los “sesudos” argumentos del mundo del toro de lidia. Digamos que la raza de bovino de lidia solo tiene un fin para su crianza, y si éste desaparece, el número de ejemplares (algo menos de 200.000 en la actualidad, entre machos y hembras de diversas edades) disminuirá de forma evidente. Se mantendría un cierto número de estos animales, en unas pocas ganaderías, para que pudieran ser visitadas por quienes tengan ese interés. De hecho, este tipo de actividad es un importante recurso económico para algunos ganaderos que lo pusieron en marcha hace ya algunos años. ¿Pasa algo si desaparece una raza bovina? No, no pasa nada. Qué se pierde riqueza genética. Menudo problema. Los hay que apuestan por la carne de estos animales para su consumo; en esto andan algunos afamados chefs, ganaderos de lidia, pero, sin entrar en profundidad en el asunto, no es igual la carne de un animal que ha sido utilizado en un festejo taurino, que la de aquel bóvido de lidia que ha ido al directamente al matadero desde su explotación. Algún animalista habrá que me dirá que es lo mismo. Pues no, insisto, no es lo mismo.

«Todos los festejos son un claro ejercicio de maltrato sobre los animales que se utilizan»

¿Qué festejos le parecen más aberrantes? 

Todos, sean los que sean, son un claro ejercicio de maltrato sobre los animales que se utilizan. Todos tienen que ser abolidos. Si hay que establecer un orden en cuanto a los festejos, pondría en primer lugar las becerradas con muerte, por la corta edad de los animales y la indefensión que éstos manifiestan. En cuanto a los populares, los embolados, los ensogados y los bous a la mar.

¿Qué supone para un animal ser «alquilado» para festejos?

Supone su reutilización y el verse expuesto, numerosas veces a lo largo de su vida, a lo que los organizadores de los festejos les parezca conveniente. La gente puede pensar que se acaban acostumbrando, pero los veterinarios sabemos que es todo lo contrario. un argumento tan absurdo como que los animales no sufren no se sostiene desde el conocimiento científico. Cada vez que se les maltrata, su padecimiento es mayor. No existe adaptación o “acostumbramiento” ante este tipo de agresiones físicas y psíquicas. Algún “compañero/a” lo fía a que se quemen los ojos o no se los quemen. La vergüenza de nuestra profesión.

¿Está la tauromaquia en extinción?

Está, está, pero el proceso es mucho más lento del que yo podía prever hace 15 años, cuando fundamos AVATMA. Hay menos ganaderías, hay menos festejos, hay menos espectadores y los taurinos hace tiempo que se reconocen minoría social, lo que les hace reivindicar su derecho a existir y a ser protegidos de los ataques de eso que llaman las hordas animalistas, anti especistas, o simplemente de los que, no siendo animalistas, trabajamos por el cese de este tipo de actividad y del maltrato animal. Los datos que he apuntado son, sin duda, buenos para los que estamos comprometidos con la causa abolicionista. El problema es que existe una mayoría social que es indiferente a la existencia de este tipo de maltrato animal, que está normalizado, y que no le merece el mínimo interés a la hora de posicionarse a favor o en contra. Las encuestas dicen lo contrario, pero desde mi punto de vista, las cosas están así.

¿Qué lo sostiene económicamente?

En realidad, lo sostiene, en la mayoría de los casos, el mismo poder económico que tienen los propios ganaderos que crían este tipo de animales; esto les permite mantener una actividad que no les reporta beneficios económicos directos, salvo raras excepciones. Cuando te pones a analizar, como estoy haciendo desde hace meses, quién o quiénes están detrás de este tipo de explotaciones, te das cuenta de que son otros los negocios a través de los que generan sus ingresos. No vamos a negar que las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común) facilitan, en cierto modo, que puedan seguir manteniendo su “capricho”, que en la mayoría de los casos pasa de mano en mano a través de herencias. El otro sustento es también de carácter público: diputaciones, municipios y comunidades autónomas, que sufragan los gastos requeridos para que se puedan programar festejos taurinos o que les riegan de ayudas cuando, dicen, las necesitan. Lo último que he visto es que hay ganaderos que han recibido ayudas del Ministerio de Agricultura por el aumento de los costes de producción por la guerra de Ucrania. También las recibieron, por parte de las CCAA, durante la pandemia por no poderse celebrar festejos. Suma y sigue. Ojo, que no digo que las ayudas al sector agroganadero no sean necesarias, porque abaratan los precios de los alimentos que consumimos, pero si cuestiono que ese dinero vaya a parar a la parte de su actividad que consiste en criar bovino de lidia.

«La tauromaquia es una actividad endogámica en la que priman los vínculos de sangre entre familias»

¿Genera riqueza?

Entre ellos, genera riqueza entre ellos. El dinero sale de sus bolsillos y vuelve al lugar del que salió. Ganaderos que son profesionales taurinos o lo fueron, que son empresarios taurinos, incluso dueños de plazas de toros, que se compran y venden fincas y animales… Es una actividad endogámica en la que priman los vínculos de sangre entre familias, muchas de ellas formadas por los grandes terratenientes y oligarcas de España. Los puestos de trabajo que generan, desde la actividad taurina, son escasos y los pueden mantener en base a sus otros negocios. ¿Quién puede mantener un negocio que reconocen como deficitario? Ellos. Hay taurinos que han dicho que el blanqueamiento de dinero se mueve a sus anchas en esta actividad.

¿Y en las ferias?

Digamos que Madrid, por ser, con su feria de San Isidro, un referente para el mundo taurino y que es la única que mantiene ciertas entradas de público en números “decentes”, podría ser la más tauricida, a lo que han ayudado los diferentes presidentes/as que ha tenido esta CCAA en los últimos años. Lo que nadie entiende es que la empresa que explota la plaza de toros de Las Ventas, a la hora de presentar sus cuentas, siempre da pérdidas. Que nos lo expliquen.

¿Se han calculado los gastos de los servicios sanitarios, funerarios y las indemnizaciones derivados de los «accidentes» en los festejos taurinos? 

Que yo sepa, no. Los organizadores de festejos taurinos populares deben de tener, de forma obligada, pólizas de seguro contratadas, que cubrirán lo que cubran, y que pagan los organizadores de los eventos, es decir, los ayuntamientos o los empresarios que los organizan que, a su vez, han sido contratados por los gobiernos municipales o diputaciones provinciales e incluso por alguna comunidad autónoma. De hecho, este tema ha generado una amplía polémica, porque las compañías de seguros hace tiempo que cuestionan determinadas coberturas de riesgo que probablemente les hacen perder dinero. Los profesionales taurinos, los que participan en festejos en plaza, entiendo que tienen cubiertos los riesgos por sus mutuas o por la sanidad pública. Los habrá que tengan sus seguros privados. Sea como sea nos cuestan un dineral que pagamos con nuestros impuestos. Pagar los gastos que comentas, de una serie de gente que se pone de una u otra manera delante de uno de estos animales y que padece las consecuencias, es inexplicable. Mejor dicho, debería ser intolerable y es estúpido. Un ejemplo: los heridos en los encierros de San Fermín.