TTTouch: Sólo para profesionales

 

Envolver a tu perro con vendas no resolverá sus miedos. De hecho, puede ser muy perjudicial. «El uso de telas que compriman paquetes musculares, nerviosos o sanguíneos puede generar hipoxia, anoxia, inflamación o incluso gangrena» eso es hecho conocido por los profesionales sanitarios interespecie. Lo que bienintencionadamente se ofrece como una forma de contención puede ser el origen de un problema mayor. Nos encontramos ante el consabido » es peor el remedio que la enfermedad».

Por las redes ha proliferado una información totalmente falsa basada en una experiencia que durante décadas, y llevada por expertos, ha demostrado su utilidad. Pero lo que circula y se difunde es una peligrosa versión adulterada. De la misma manera que a nadie en su sano juicio no aplicaría un yeso corrector a una persona con una fractura o no administraría una medicación intramuscular sin el conocimiento médico apropiado, nadie debería hacer de su perro una momia.

Las celebraciones navideñas en algunos municipios se subrayan con pirotecnia que generan mucho miedo en algunos perros. No contamos con cifras fiables sobre los canes afectados por este malestar que se manifiesta de muchas maneras pero siempre resulta preocupante. Huidas, temblores, permanencia en escondrijos, inapetencia, micción involuntaria, empobrecimiento de la socialización y ganas de juego, el miedo frente a los estruendos sorpresivos acaba afectando no sólo al perro si no que condiciona a la família que lo acoge. No son pocas las empresas farmacéuticas que ofrecen sedantes de distinta naturaleza que para hacer más llevaderas estas fechas. Tampoco escasean los remedios caseros que se ofrecen como panacea aún sin supervisión de expertos.

Eso ha ocurrido con el Tellington Touch una técnica de origen anglosajón que va mucho más de la colocación de unas vendas o de una aproximación invasiva a animales temerosos. El Tellington Touch tiene un como, un porqué, un donde, un cuando y un qué y todos esos factores sólo los puede identificar un experto. No hay tutorial on line que pueda substituir la formación, la capacidad, la actitud y el talento de una persona apta para el TTTouch. Como se pudo comprobar, en Barcelona en 2012, de la mano de Sarah Fisher la heredera directa del talento desarrollado por la creadora, Linda Tellington, «incluso los talleres con las maestras sólo sirven para conocer su uso, no para desarrollarlo».

«He visto cambios de comportamiento increibles gracias al método, pero va más allá de una técnica, es una actitud» esto comenta Shiona Herder una alumna aventajada del método.

Sarah Fisher es una referente indiscutible y también una celebridad en el Reino Unido. Ha trabajado con individuos de especies muy diferentes, pero nunca lo ha hecho rápidamente, ni rebasando los límites impuestos por el animal aterido. Tortugas, caballos, gatos, ratones y por supuesto perros han aprendido a confiar gracias a una herramienta muy sutil y muy poco imitable en su profundidad.

Desde referentes originales del TTTouch nos llega la petición de que difundamos la necesidad de ser prudentes a la hora de aproximarnos y de incorporar el método, que desconfiemos de las charlas y talleres exprés y que no compliquemos el temor inicial de nuestro compañero con un absurdo, a veces incluso nefasto, traje de momia.

Casi medio millón de perros españoles llevan collares que les hacen daño

 

Has hecho una investigación sobre el perfil de los propietarios que usan collares dañinos con sus perros. ¿qué has descubierto?

He tenido la oportunidad de ofrecer unas cifras aproximadas de un tipo de maltrato silencioso que se causa cotidianamente a muchos perros. En España, no menos de 450.000 perros llevan collares dañinos. De éstos, 291.724 llevarían collar de ahogo; 139.655 llevarían collar de pinchos; 12.413 llevarían collar de citronela (una sustancia aversiva para el fino olfato canino) y 6.206 llevarían el collar de descarga eléctrica. Los partidarios de estos métodos obsoletos no están dispuestos a invertir lo necesario en un perro y por ello buscan una vía rápida, fácil y económica para corregir el problema sin esfuerzo. Es decir, utilizando collares de castigo en vez de invertir tiempo y dinero en educar a su perro.

También se ha observado que los hombres tienen mayor tendencia que las mujeres a utilizar estos collares y que los propietarios con estudios superiores (licenciados y postgraduados) tienen menor tendencia a utilizar estas herramientas de castigo. Por tanto, se confirma que la educación de los participantes influye en la tenencia responsable del perro.

Los perros jóvenes tienen el doble de probabilidad de llevar collares dañinos. Como era de esperar, ya que los perros jóvenes de hasta 3-4 años tienen mayor tendencia a tirar de la correa.

Otros resultados indican que razas como el Pitbull y similares (American Staffordshire, Staffordshire Bull Terrier, American Bully, Bull Terrier y sus cruces), el Malinois y Pastor Alemán son mucho más propensassufrir collares de castigo que el resto de perros. En concreto, la raza que más predisposición tiene a sufrir los collares de adiestramiento es el Malinois con una probabilidad de casi ocho veces superior. Se podría decir que es un perro condenado a sufrir estas herramientas por ser un perro de trabajo, muy buscado en competición entre militares, policías y de aficionados al adiestramiento tradicional basado en métodos anticuados.

 

¿Podemos decir que la causa mayoritaria del uso es que la gente ignora que son dañinos?

Si que la mayoría ignora que son dañinos, pero no son pocos los que están advertidos y deciden seguir utilizándolos. A partir de los resultados de la encuesta, podemos decir que un 20% desconoce las lesiones que producen estos collares, es decir, uno de cada cinco propietarios no sabe lo que le hace a su perro. Tres de cada cuatro propietarios los cree eficaces y van a seguir con su uso. El 46% afirma saber que no son beneficiosos para su perro y los siguen utilizando. Y el 39% cree que éstos no son cómodos para su perro pero también se los siguen poniendo.

 

¿Por qué no deben usarse?

Partiendo de la premisa de que castigar no es educar, los collares de adiestramiento o castigo no son educativos y dañan al perro. También afectan los valores y principios que rigen una relación basada en la confianza y el respeto.

El área de alrededor del cuello es una de las zonas más delicadas y desprotegidas del perro. Los collares ejercen una fuerte presión en ella. Cada tirón de correa tiene un impacto directo sobre los nervios del cuello y garganta, tráquea y vértebras; y un impacto indirecto en los músculos provocando que se tensen.

Los collares de ahogo producen asfixia por estrangulación. Los collares de pinchos ademásinfringen dolor y pueden provocar lesiones en la piel. Los collares de descargas eléctricas afectan directamente al sistema nervioso central, asustan, hieren y desconciertan al perro.

A nivel físico pueden producir contracturas 

cervicales, tensión y agarrotamiento muscular; problemas oculares por presión intraocular o por daños en el nervio ocular; colapso e hipersensibilidad de la tráquea;  hipotiroidismo; siringomielia; efectos negativos en el sistema linfático, sanguíneo o neuronal; además de hematomas, heridas, irritación, dermatitis y/o quemaduras por contacto.

Las lesiones a nivel psicológico no son menos graves. Pueden hacer asociaciones negativas incorrectamente con el entorno; aparte de aumentar el estrés en el perro, pueden promover la inseguridad, miedo y reactividad en éste.

El psicólogo Anders Hallgren constató que casi el 63% de los perros tenía problemas de espalda (lumbar, cervical y/o torácica). De éstos, el 55% mostraba problemas de comportamiento. El 91% de los perros lesionados habían estado expuestos a tirones de correa.

El dolor siempre tiene un impacto en la conducta.

 

¿Es cierto que muchos usuarios atribuyen el consejo de su uso a adiestradores y veterinarios?

Sí. Según los resultados obtenidos en la encuesta, casi el 50% de los propietarios que los utilizan han sido recomendados por un adiestrador, una cifra muy alarmante ¡Pero no menos que el 16% que afirma venir recomendado por su veterinario, ambos supuestamente expertos en la salud y bienestar del animal, respectivamente!

 

Pero la ley está limitando su uso ¿no?

Más del 4% de estos propietarios vienen recomendados por un policía, figura que debería apoyar la ley y sancionar su uso en municipios en los que la normativa los prohíbe, como es el caso de Madrid o Barcelona. En Barcelona, a pesar de que la Ordenanza sobre la Protección, Tenencia y Venta de animales los prohíbe desde Octubre del 2014, aún se ven perros con collares dañinos casi a diario. En Madrid están prohibidos también desde el pasado año y en otras grandes y pequeñas poblaciones, pero deberían estar prohibidos en todos aquellos lugares que tengan un texto contra el maltrato animal.

 

A raíz de los resultados ¿qué te parece importante hacer?

Hace falta prohibir no sólo el uso, sino la venta y fabricación, de los collares de adiestramiento. De manera que no haya una vía de acceso rápida, fácil o poco costosa que sustituya la educación correcta del perro.

Se requieren urgentemente campañas educativas para crear conciencia

sobre las lesiones que producen los collares, no sólo a nivel público, sino también focalizadas en el sector canino (veterinarios, adiestradores, tiendas de animales, peluquerías caninas, criadores, clubs de raza, clubs de agility, etc.) para que éstos no las recomienden y puedan dar alternativas a los propietarios. Además de hacer hincapié en las necesidades educativas de un perro.

Dar formación también a empresas de seguridad que utilizan perros de trabajo, donde éstos sufren estas herramientas a diario. El hecho de que sea un perro de seguridad no debería implicar que éste no tenga derecho a su bienestar.

 

Eres educadora canina, bióloga y antrozoóloga. ¿qué retos de bienestar animal te planteas inmediatos además de seguir trabajando contra los collares?

Bueno, romper con el mito de la dominancia es un reto diario, los collares vienen a raíz de ello, entre otros hábitos y creencias falsas que privan de bienestar a muchos perros, y llevan a castigar por ladrar, por tener miedo o ansiedad. Así que uno de mis grandes retos es ése, ayudarles a entender que hay otra forma de comunicarse con su perro que no implica ningún tipo de intimidación.

Darle al perro un buen paseo es una parte básica y muy importante para su bienestar. La gente piensa que tiene que cansar a su perro y llevárselo a correr, ir en bici o tirarle la pelota hasta la saciedad.

Así que el otro gran reto es hacerle comprender a la gente, precisamente, que este tipo de actividades no son buenas para la salud física ni mental de su perro, sino que harán que tengan un perro estresado. El estrés hace que el azúcar vaya a los músculos y no al cerebro porque prepara el cuerpo para la respuesta de lucha o huída. El resultado será un perro más nervioso con dificultad para relajarse, con posibles dolores musculares, con poca capacidad de concentración, aprendizaje, memoria y resolución de conflictos. ¡Así que hay trabajo!

 

Entrevista de Emma Infante a Belén Garcia Matheu educadora de Sentit Caní

Web de Sentit Caní 

¿Eres cívico con tu perro?

Si, ya lo sabemos: eres muy cívico. Los incívicos son los otros. Aún así, te proponemos que compruebes si superas los requisitos mínimos de civismo y mires en qué nivel de civismo te encuentras.

 

Soy (in) cívico

  1.   – Recojo siempre las cacas de mi perro. Pero cuando defeca en el césped o en los alcorques de los árboles no las recojo porque es abono para la vegetación. En los pipicans no las recojo porque ya viene el ayuntamiento a hacerlo.
  2. – Dejo que mi perro haga pipi en cualquier lugar. ¡Tiene derecho a poder orinar!
  3. – Dejo que mi perro vaya libre por la calle y los parques, aunque no siempre lo estoy vigilando y no lo puedo controlar. ¡Sólo faltaría que tuviera que ir siempre atado!
  4. – Uso collares de castigo porque aunque no lo tengo claro parece que el perro no tira tanto de la correa.

Sí, tienes razón, eres muy cívico pero sólo de cara a la galería. En realidad eres un incívico de narices y te tienes que poner las pilas. En la ciudad somos muchas personas y animales y si no tenemos cuidado nosotros mismos, ¿quién lo hará?

 

Soy cívico, de verdad

  1. Siempre recojo todas las cacas de mi perro.
  2. No dejo que haga pipi en las fachadas de las casas ni los coches, motos ni bicicletas queestán aparcados por la calle. Sólo orina en los árboles.
  3. – Llevo siempre encima una botella de agua con vinagre (5 partes de agua por  una de vinagre) y rocío los lugares donde ha orinado para que no huela mal y acaben orinando en el mismo lugar todos los perros del barrio.
  4. – Mi perro está esterilizado. Así, aparte de evitar embarazos, enfermedades de transmisión sexual y patologías en el sistema reproductor, como el cáncer, me ahorro las conductas huidizas y de marcaje.
  5. – Lo llevo atado y sólo lo dejo ir en los lugares donde sé que puedo controlarlo.
  6. No uso ni collares con pinchos ni de ahogo, ni tampoco correas extensibles.

Muy bien, felicidades. Si, eres cívico y gracias a ti, las calles y los parques no se ensucian. Pero todavía puedes hacer un esfuerzo e ir un poco más allá.

Soy un crack

  1. – Además de todos los requisitos anteriores, en algunas ocasiones he llegado a recoger las defecaciones de otros perros, sobre todo cuando están en medio de la calle. Así hago ejercicio y mejor la caca en una bolsa que en la suela del zapato o los cojinetes de otros perros.
  2. – No tiro nunca las bolsas con las defecaciones en las papeleras, porque allí a menudo hay gente que busca entre los desechos. Las lanzo a los contenedores y bien atadas así no huelen ni atraen a las moscas.
  3. Llamo la atención educadamente a las personas que no son cívicos con sus perros. Así de buen rollo les puedo señalar que se han olvidado una caca.

¡Felicidades! Tienes que saber que tú no eres cívico, eres un crack. Y gracias a gente como tú, cada día es más fácil tener perro. ¡Gracias en nombre de Animalados!

Los trucos de las protectoras contra el calor

El año pasado, desde Animalados os ofrecimos los consejos básicos para evitar los golpes de calor perrunos. En aquella ocasión Marta Legido del COVB (Colegio oficial del Colegio de Barcelona) ponía el acento en la prevención. Evitar las horas punta de la radiación solar, la deambulación sobre suelo caliente, no recluir a los animales en habitáculos metálicos como el coche, ofrecer agua, no restringir su voluntad para elegir su lugar de reposo y extremar las medidas recomendadas cuando el perro o gato es anciano, cachorro, está enfermo o tiene la cara chata.

Gabriel Bustillo veterinario experto en medicina de protectoras de la Fundación Protectora de Animales de Asturias aplaude todos estos consejos y añade “si vemos que efectivamente las encías, están moradas, el animal tiene una temperatura elevada y jadea en exceso hay que valerse de un ventilador que movilice el aire que le envuelve. En caso de que la medida no surta efecto hay que proceder a trasladarlo a un centro veterinario cercano en un vehículo con las ventanillas abiertas y bien sujeto. Una vez allá el veterinario procederá a solucionar el problema evitando complicaciones intestinales, hepáticas o neurológicas”. Estas declaraciones el cántabro afincado en Asturias las hace luciendo una bonita chaqueta de manga larga asegurando que “en el norte de España los golpes de calor se circunscriben a la imprudencia de dejar los animales dentro de vehículos estacionados y sin tener en cuenta que tienen un efecto horno”. 

Carmen Manzano es la Presidenta de la Protectora de Málaga y tiene a su cargo  más de mil animales: 660 perros, 300 gatos, 140 casas de acogidas y un montón de tortugas de florida entre otras especies obligan a tomar medidas extraordinarias contra el calor. “Ponemos toldos en los patios, en las zonas de recreo, esparcimos agua en el suelo además de las muy apetecibles piscinas en cada patio”. “Unos se bañan otros se conforman con remojarse las patas, lo importante es que su estancia sea la mejor posible haga frío o haga calor”, añade.

Para acabar esta ronda de hablamos con Esther una de las responsables de Adopciones del Refugio Escuela Sofía otra prestigiosa protectora andaluza, esta vez en las inmediaciones de Sevilla. “Para atenuar las consecuencias del calor a nuestros perros les ofrecemos la posibilidad de bañarse libremente en tanquetas de agua cuando tenemos suficiente personal que puede supervisar los juegos y la algarabía que el contacto con el agua puede provocar. Para momentos de reposo donde el objetivo es descender la temperatura general tenemos un sistema de irrigación y aspersión controlada que mediante un control electrónico se activa durante periodos de tiempo apropiados”.

Así pues el calor en su justa medida es agradecido y si no mitigado con medidas tan simples como eficaces. Proveer de agua limpia y fresca suficiente – hay quien deja que se derrita un cubito de hielo cada ciertas horas en su interior- evitar la insolación, no impedir la libre circulación de los animales para que escojan el lugar más apropiado. Cortarles el pelo aumenta su vulnerabilidad así que más que raparlos, en un momento dado hay que dejar que se mojen o refrescarlos nosotros mismos, ofrecerles una manta refrigerante de las que guardan el fresco después de un tiempo en la nevera y compartir con ellos el ventilador si es de su agrado.

Emma Infante

Los parques caninos, una oportunidad para la socialización

Estos espacios, cada vez más frecuentes, favorecen la interacción en un entorno lúdico donde pueden mejorar al mismo tiempo su agilidad. Sólo debes seguir algunos consejos.

Los perros de la localidad alicantina de Mutxamel disfrutan desde esta semana de un parque canino en el que pueden jugar y correr libremente en cinco hectáreas de un terreno que han sido habilitado después de tres meses de obras.  El espacio cuenta con una amplia pista de juego libre y una zona dedicada al entrenamiento de Agility que está dotada de diferentes elementos de ocio como un túnel, una valla para practicar saltos, un balancín, una rueda, rampas y un juego de eslalon. También dispone de dos duchas donde los dueños pueden lavar o refrescar a sus animales de compañía, especialmente en verano, y de una pequeña superficie para asear las patas de los animales. Este recinto, presupuestado en casi 40.000 euros, también goza de árboles y bancos para que los propietarios de los perros puedan sentarse sin abrasarse al sol en verano y de farolas solares para la noche. El parque de Mutxamel se una a la cada vez más numerosa red de parques caninos que se están abriendo en los últimos años en toda España.

Conviene recordar, sin embargo, que no todos los perros son adecuados para disfrutar de estos espacios lúdicos. Los cachorros menores de tres meses, por ejemplo, no deberían entrar por la gran cantidad de bacterias que se acumulan. Un nido de bacterias que no afectan a los perros adultos si tienen en regla su calendario de vacunas, pero que pueden ser muy perjudiciales para los cachorros si se contagia de alguna enfermedad. Un perro que no se socializó durante la etapa que toca, de los dos a los cuatro meses, tampoco debería acudir porque puede reaccionar mordiendo simplemente por miedo o ansiedad. Los agresivos también tienen vetada la entrada, ni siquiera con bozal, porque pueden alterar la harmonía, y las perras en celo para no provocar un revuelo entre los machos. No es un recinto apropiado para que los niños jueguen porque no reúne las condiciones higiénico-sanitarias necesarias y su juego brusco e imprevisible puede acarrear una reacción inesperada del perro. “Si tu perro ha sido correctamente socializado, no tiene problemas en interactuar y conocer nuevos perros, y además tiene una buena base educativa, es decir, que responde bien a tus órdenes de obediencia es el perro perfecto para este tipo de parques” afirma Sandra Ferrer, creadora del Programa de Educación Canino “Cómo educar a un cachorro”.

Solo tienes que seguir algunos consejos como mantener siempre bajo vigilancia tu perro para controlar su comportamiento pero también el de los demás. Para que sea una experiencia segura y divertida tanto para propietarios como para perros éstas son algunas pautas que debes tener en cuenta según Ferrer. La primera es no ir al parque sin hacer antes un mínimo de ejercicio físico con tu perro. “No es aconsejable que tu perro vaya muy ansioso al parque, porque si llega con mucha energía se puede poner muy pesado con otros perros a la hora de jugar y desatar una pelea. Un paseo de unos 15 minutos antes de entrar al parque es ideal para equilibrar su estado de ánimo”.  Otra recomendación es no llevar nunca ningún juguete al parque. “Deja que tu perro se relacione e interactúe con otros perros. Si es un perro muy posesivo con sus cosas, puede que no le haga gracia que otro perro vaya a por su pelota y se desate una lucha por el poder”. Aprovecha los recursos de la zona de entreno para mejorar la agilidad así como reforzar trucos de obediencia básica. Otro consejo fundamental es no llevar comida porque  los perros van a focalizar su atención en ti en vez de disfrutar del juego. Si quieres premiar una conducta suya hazlo con caricias o reconocimiento y no con galletas.  Los parques para perros son una gran oportunidad para ellos porque más allá de divertirse fomentan su socialización, pero como en un parque infantil, de los adultos depende que no se rompa el equilibrio.