El Banco de Alimentos de Girona, el primero que recogerá comida para animales domésticos

La empresa Gosbi y la asociación Projecte Lola ponen en marcha una campaña de recogida de alimentos destinada a cambiar el funcionamiento de los Bancos de Alimentos para incluir la alimentación de animales de compañía en sus recaudos.

La gran mayoría de las familias considera su animal de compañía como un miembro más, y no entienden que queden excluidos de las ayudas que reciben del Banco de Alimentos. Por este motivo, Gosbi y Projecte Lola han iniciado esta campaña, que será una prueba piloto que se llevará a cabo de manera exclusiva en Girona, pero el objetivo es conseguir que la acción llegue a todo el estado español.

La Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) está formada por 54 bancos de alimentos que abastecen a más de 7.000 entidades benéficas y a más de un millón de beneficiarios, pero ninguno de ellos recogía alimentos para animales domésticos hasta ahora. Por este motivo, ya están en contacto con FESBAL, quien ha manifestado su voluntad y compromiso de llevarlo a cabo y trabajar juntos para que el próximo año los protocolos permitan aceptar alimentos para animales.

Hay que recordar que en las comarcas de Girona hay más de 15.000 personas que están en riesgo de exclusión, 5.213 de las cuales están en Girona ciudad. Ahora bien, si hablamos a nivel estatal la cifra se eleva a más de 335.000 núcleos familiares, de los cuales un 40% tienen animales domésticos, lo que significaría que, como mínimo, 135.000 animales domésticos podrían beneficiarse de este recaudo.

La recaudación, que se ha dado a conocer con el hashtag #famíliaigualquetu, se iniciará el 1 de diciembre y se prolongará hasta el 12 de enero de 2021. Durante este tiempo, los 94 puntos de venta de productos Gosbi la provincia recaudarán alimentos y los llevarán al Banco de alimentos de Girona quien les dará, junto con la aportación hecha por Gosbi, a las entidades acreditadas para que éstas lo hagan llegar a las más de 700 familias que tienen mascotas.

La irresponsabilidad de los cazadores supone un foco de contagio del coronavirus

La excusa de salir a cazar en tiempos de confinamiento para el supuesto control de la superpoblación de animales está poniendo en riesgo la salud de muchas personas. Lamentablemente, ya existen casos en los que un grupo de cazadores se han contagiado entre sí, o incluso han contagiado a otras personas que nada tenían que ver con la cacería.

Como ya explicamos en nuestra anterior publicación, a pesar del confinamiento, algunos gobiernos autonómicos están dando vía libre a la caza con la excusa de que esta actividad en necesaria para el control de la población de animales salvajes. Una mentira que tiene como objetivo único disparar a animales por diversión y generar ingresos económicos.

Por si no fuera ya suficientemente grave esta situación, en las últimas semanas se han conocido diferentes casos en los que los cazadores se han contagiado entre sí durante una cacería, o incluso batidas en las que los cazadores han contagiado a otras personas que nada tenían que ver con la actividad cinegética, incluidos miembros de sus propias familias.

Sarria es un municipio de Lugo que actualmente se encuentra en una situación muy complicada a causa del elevado número de contagios de coronavirus que se han producido a lo largo de las últimas dos semanas. Según ha informado la “Voz de Galicia”, uno de los focos de contagio de esta localidad tuvo su origen en una comida de un grupo de cazadores que se celebró en un hotel durante una jornada de caza.

El propio medio de comunicación gallego detalla que asistieron al encuentro nueve cazadores, la mitad de los que asistían habitualmente, y comieron en dos mesas separadas. Sin embargo, los cuatro miembros de una de las mesas resultaron contagiados, llevando incluso el virus a los miembros de su propia familia, quienes también dieron positivo en la prueba del Covid. Afortunadamente los trabajadores del restaurante dieron negativo.

Otro caso de contagio tuvo lugar en la comunidad autónoma de Cantabria, actualmente una de las más golpeadas por el coronavirus. Durante el pasado mes de octubre, el municipio de Villacarriedo sufrió un brote provocado por un grupo de cazadores que se reunieron en un bar tras una jornada de cacería. Tras conocerse el brote, la Consejería de Sanidad tuvo que instalar un punto de pruebas PCR en un polideportivo de la localidad para poder hacer pruebas masivas y frenar el contagio entre sus habitantes.

Según informó Paloma Navas, directora general de Salud Pública del gobierno regional,  en el medio de comunicación de la Cadena Ser, el brote fue provocado por un grupo de cazadores que estuvo en un bar sin mascarilla y que obligó a Sanidad a tomar medidas para evitar que los contagios siguieran propagándose por toda la población.

Cazadores sin mascarilla y sin distancia de seguridad

A pesar de que los cazadores tienen vía libre para salir a cazar en muchas regiones de España, el colectivo tiene que cumplir con una serie medidas de seguridad anti-coronavirus decretadas por las autoridades sanitarias. Llevar mascarilla y mantener la distancia de seguridad reglamentaria son algunas de las medidas más básicas, medidas que no se han cumplido durante muchas cacerías.

La asociación animalista Libera denunció durante el pasado mes de septiembre que un grupo de cazadores incumplió las medidas decretadas por las autoridades sanitarias para prevenir el coronavirus en el transcurso de una cacería que tuvo lugar en Outeiro de Rei, en Lugo. La asociación comunicó que la cuadrilla, llamada “Os Turravalados” publicó una serie de imágenes durante una batida, mostrando como tiraban de un suido sin llevar mascarilla ni guardar la más elemental distancia interpersonal.

En referencia a la caza y al coronavirus, desde la plataforma No A la Caza (NAC) advierten que la mayoría de las licencias de caza se centran en núcleos urbanos grandes, no en entornos rurales, por lo que permitir el movimiento de cazadores supone que los que viven en los núcleos urbanos, donde hay más contagios, se desplacen a zonas rurales, poniendo en peligro así a los habitantes de estas zonas. Recordemos que, en general, la población rural está más envejecida y, por tanto, son una población con mayor riesgo ante el ataque de la pandemia.

La plataforma NAC también recuerda que hay que tener presente que los grupos de cazadores que han provocado brotes de coronavirus no solo han puesto en peligro al resto de cazadores, sino que también han puesto en peligro a los trabajadores de los restaurantes, bares y a sus familias.

La gran mentira que usan los cazadores para saltarse el confinamiento

A pesar de las restricciones de movilidad causadas por el coronavirus, algunos gobiernos autonómicos están dando vía libre a la actividad cinegética con el argumento de que la caza es necesaria para el control de la población de animales salvajes. Se trata de una excusa, ya que, entre otros motivos, es la propia caza la que fomenta la superpoblación de especies.

El pasado 19 de noviembre la Xunta de Galicia publicó una circular con la que daba vía libre a los cazadores para que circularan por la comunidad y se juntaran en grupos de no convivientes para poder salir de cacería. Las limitaciones impuestas por el coronavirus no se les aplican a estas personas si se dirigen a cazar lobos o jabalíes. La sobrepoblación de estas especies y la posibilidad de la expansión de la peste porcina africana son el motivo por el que la Xunta ha reactivado la actividad cinegética.

Una situación muy parecida a la de Galicia se produjo en Murcia durante la semana pasada. La Consejería de Salud de la Región de Murcia interpretó como esencial las acciones de control de poblaciones por daños en la agricultura, la ganadería y la seguridad vial, por este motivo, se autorizó la movilidad de los cazadores entre municipios, así como la entrada y salida de la región.

Recordemos que en España cada Comunidad Autónoma tiene su propia ley de caza, por tanto, cada gobierno autonómico tienes unas leyes u otras, más estrictas o permisivas respecto a la caza y a los derechos de los animales. Existen partidos que defienden de forma más activa y llevan como bandera la caza y debido a esto y a sus intereses políticos están permitiendo a los cazadores salir a cazar cuando el resto de la población está confinada.

Pero… ¿realmente la caza es necesaria en España para controlar la superpoblación de animales salvajes hasta el punto de que las autoridades tienen que liberar a este colectivo de las restricciones impuestas por el coronavirus?

Animalados ha hablado con David Rubio, portavoz de la plataforma No A la Caza (NAC), quien ha dado una respuesta clara y contundente ante este interrogante: “La excusa de salir a cazar en tiempos de confinamiento para el control de la población de animales salvajes es tan solo eso, una excusa, ya que la caza es uno de los principales problemas de la sobrepoblación y de las supuestas “plagas” que atacan los cultivos y entran en las poblaciones urbanas. De hecho, en España cada año se matan más animales, tanto de caza mayor como de caza menor, y su población no para de crecer”.

La caza, una actividad que fomenta la superpoblación

Mientras las autoridades proponen solucionar el problema de la superpoblación mediante la caza, numerosos expertos apuestan por aplicar el “modelo alemán”, un sistema de control que se basa en disminuir la presión que los cazadores ejercen sobre las hembras matriarcas, que son quienes se encargan de evitar el descontrol de la manada. La caza de esta figura matriarca supone por tanto la multiplicación de los ejemplares de la especie.

El aumento de jabalíes y otras especies puede deberse a diferentes causas. Además de factores naturales como el cambio del clima o los inviernos con temperaturas más suaves y lluviosos, David Rubio describe otras causas que provocan la reproducción descontrolada de las especies:

-El aumento de las granjas cinegéticas, que crían millones de animales para repoblar los cotos de la caza y así hacer más negocio con la muerte de estos animales. Ningún cazador va a pagar un permiso de caza en un coto si este no tiene animales, con lo que los gestores de los cotos sueltan animales cinegéticos de granjas. Ningún cazador irá a una montería y pagará entre 200 y 9.000 euros que vale si no hay una gran cantidad de animales a los que disparar.

-Los gestores de los cotos alimentan continuamente a los animales salvajes, descontrolando el transcurso natural del ecosistema haciendo que los animales salvajes se reproduzcan continuamente, para así poder tener más trofeos y más animales con los que hacer negocio. Por tanto, fomentan la disponibilidad continua de alimento para disponer de más ejemplares que cazar.

-La falta de depredadores es otro causa. El acoso y exterminio de lo que los cazadores llaman “plagas”, que no son más que los depredadores naturales de sus preciados trofeos (lobos, zorros, linces, osos, águilas) hacen que el número de conejos, jabalíes, corzos, etc. Aumente sin control natural por falta de depredadores.

Por este motivo, desde la plataforma No A la Caza se cree que la caza y su negocio de cría y muerte de animales es un atentado contra la biodiversidad, contra la agricultura y contra la salud pública. La superpoblación es solo una excusa que utilizan los cazadores para poder salir a disparar a los animales por diversión y generar ingresos cuando gran la población está confinada.

Unos 306.000 animales de compañía fueron recogidos por refugios y protectoras en 2019

Según los datos compartidos por la Fundación Affinity, alrededor de 306.000 perros y gatos fueron recogidos por refugios y protectoras en España en 2019. Unas cifras alarmantes sobre el abandono que a su vez no incluyen a todos aquellos animales de compañía desaparecidos o muertos en la carretera.

El abandono sigue siendo el principal problema en el bienestar de los animales de compañía en España. Según el estudio “Él Nunca Lo Haría” 2020 de la Fundación Affinity, más de 183.000 perros y 123.000 gatos fueron recogidos por refugios y protectoras durante el año 2019. Para la realización de este informe, la fundación ha revisado la metodología de su estudio con el objetivo de recoger mejor la realidad del abandono en el momento actual.

Según refleja el estudio, la principal causa de abandono en 2019 volvió a ser un año más el nacimiento de camadas no deseadas (21%), seguido de problemas de comportamiento del animal (13,2%), el fin de la temporada de caza (11,6%) y la pérdida del interés por el animal (10,8%). Los problemas económicos quedan relegados al sexto lugar (6,4%) y, pese a la creencia popular de que en verano es cuando se abandonan un mayor número de animales de compañía, la realidad es que las vacaciones son un motivo muy residual (0,8%).

Debido a la falta de un registro oficial, Fundación Affinity ha ampliado y mejorado su propio censo de protectoras, el único que existe hasta la fecha. Una información que le ha permitido definir el número de protectoras que trabajan hoy en España, cómo son y ajustar así el modo de estimación. Actualmente operan 1.554 protectoras españolas. Además, para esta edición del estudio “Él Nunca lo Haría” han participado cerca de 400 entidades de todo el territorio.

El uso del microchip: una asignatura pendiente en España

Otra de las cuestiones que aborda el estudio ‘Él Nunca lo Haría’ es el uso de microchip, y la realidad es que los datos no son nada positivos: solo el 28% de los perros y el 4% de los gatos que llegaron a las protectoras estaban correctamente identificados con microchip.

Hay que tener en cuenta que muchos animales llegan a las protectoras porque se han perdido, no porque hayan sido abandonados. En estos casos, el uso del microchip es clave para facilitar la identificación de sus familias y posterior devolución. En 2019, solamente volvieron con sus familias el 23,3% de los perros que fueron recogidos, mientras que en el caso de los gatos la cifra cae hasta el 3%.

“En España es obligatoria la identificación de los animales de compañía, salvo excepciones con el uso del microchip. En el caso de los perros, casi el 90% está identificado. Sin embargo, la mitad de los gatos no está identificado. La clave para reducir la llegada de animales sin identificar a las protectoras parece, pues, conseguir la aplicación efectiva de la ley, especialmente en el caso de gatos”, alerta Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity.

El abandono de animales es un problema que afecta a todo tipo de perros y gatos. No obstante, este estudio recoge que la mayoría de los perros que fueron atendidos en las protectoras españolas en 2019 eran mayoritariamente adultos (60,8%), mestizos (60,6%) y de tamaño mediano – grande (78%). Además, la mayoría de ellos estaban en buen estado de salud (66,5%).

En el caso de los gatos, los datos varían. En 2019 se recogieron gatos cachorros (48,1%) y gatos adultos (44,6%) en porcentajes muy similares. La gran mayoría eran mestizos (94,8%) y, en cuanto a su estado de salud, el 51,4% estaban sanos.

De la misma manera que no existe un único perfil de animal abandonado, tampoco hay un perfil único de persona que abandona a un perro o un gato. No obstante, sí que es importante destacar que en 2019 solamente el 10% llevaron personalmente a su animal de compañía a la protectora. La gran mayoría fueron encontrados (63,3%) o traídos por un tercero (26,9%).

Las protectoras gestionan más de 3.400 colonias felinas

Cabe destacar que no todos los gatos abandonados llegan a protectoras sino que forman colonias, que en muchas ocasiones están gestionadas a su vez por las protectoras. Según datos del estudio de Fundación Affinity, más de la mitad de las protectoras españolas (56,6%) se encargaron en 2019 de garantizar su bienestar.

El mismo informe indica que entre todas ellas cuidan de más de 3.433 colonias de gatos, formadas por un total de más de 28.681 gatos. En concreto, cada entidad gestiona una media de 22 colonias, formadas cada una por un promedio de 14 felinos.

El número de adopciones se encuentra en un estado de estancamiento

Según el estudio ‘Él Nunca Lo Haría’, el 44% de los perros y gatos que llegaron a una protectora en 2019 fueron adoptados por una nueva familia. Un porcentaje muy similar al de años anteriores, lo cual podría indicar que las adopciones se están estancando en nuestro país.

Por otro lado, los datos indican que, un año más, los animales adultos lo tienen más complicado para ser adoptados. En el caso de los perros, los cachorros pasan una media de 3,3 meses en la protectora, mientras que los adultos pasan una media de 10,8 meses esperando una segunda oportunidad. En el caso de los gatos, los más pequeños pasan una media de 2,6 meses en la protectora mientras que los adultos 10,9 meses.

En cuanto a los motivos para adoptar un animal de compañía y no comprarlo, la mayor parte de las personas que dan este paso lo hacen por estar sensibilizados con el abandono (42,7%), por ser colaboradores de la entidad (21,2%) o por recomendaciones de amigos y conocidos (14,6%).

Causas de la ansiedad por separación en los perros

Aproximadamente el 10% de los perros desarrollan ansiedad por separación en algún momento de sus vidas, y hay muchas razones para que la sufran. Mientras que algunos casos de ansiedad son leves, otras no lo son tanto. Estas son las principales causas que pueden desencadenar la ansiedad en los perros después de sufrir una separación no deseada:

1) Los perros son animales sociales

Los perros son animales de manada, ya que descienden de los lobos. Los lobos son animales muy sociales que no son capaces de cazar y sobrevivir sin su manada. Para un perro es completamente normal pasar todo su tiempo junto a una persona o con el resto de los miembros de la familia, que para él, es como si fuera su propia manada.

2) Los cambios de rutina

La alteración de la rutina habitual también puede haber desarrollado la ansiedad por separación, porque su rutina ha cambiado de repente. Por ejemplo, un perro puede desarrollar la ansiedad, cuando los niños regresan a la escuela después de estar en casa todo el verano.

3) Una inadecuada impregnación / socialización

Las primeras ocho semanas de vida de los cachorros son muy importantes para su desarrollo social. Los cachorros que son separados de sus madres demasiado temprano tienen más probabilidades de desarrollar problemas de ansiedad por separación, ya que no les ha dado tiempo a implementar los lazos sociales adecuadamente. Los cachorros deben ser dejados con sus hermanos y la madre hasta al menos siete semanas, aunque entre ocho y nueve semanas es el tiempo ideal.

4) Refugios y Antiguos propietarios

Los perros de refugio no están solos. Se pueden oler, ver y escuchar unos a otros. Cuanto más tiempo ha estado un perro en un refugio, es más probable que surjan estos problemas. Por desgracia, algunos perros son devueltos al refugio y esto es una experiencia traumática. Cuando un perro ha vuelto a un refugio varias veces, puede comportarse de manera nerviosa por miedo a volver otra vez a este espacio indeseado.

5) Las razas

La ansiedad es más frecuente en algunas razas de perros que otras. Si tu perro es de pura raza, puedes hablar con el criador respecto a sus necesidades antes de adquirirlo. En cuanto a los perros mestizos, estos tienden a tener más problemas de ansiedad, este hacho está probablemente causado porque muchos de estos peludos provienen de un refugio, que por las características de la composición genética del perro.

Fuente: AMIC / Wikifauna.com