«La nueva perrera tampoco iba a ser mejor que la actual»

La asesora en bienestar animal Emma Infante denuncia que el proyecto del nuevo CAAC presentaba muchos problemas 

Los cientos de perros y gatos que hay en el Centro de Acogida de Animales de Compañía (CAAC) de Barcelona tendrán que esperar. Y tendrán que hacerlo en un espacio que, desde hace años, ha quedado obsoleto. La Justicia hizo caso a la petición de Depana y ordenó que no empiecen las obras para construir la nueva perrera, que está prevista en pleno Parc Natural de Collserola, en el municipio de Montcada i Reixac.

El Consejo de Protección de la Naturaleza, el máximo órgano consultivo en materia de naturaleza en Catalunya, ya advirtió en 2019 que era una mala idea levantar una nueva perrera en el Parque Natural de Collserola pero ni el Ayuntamiento de Barcelona ni el de Montcada y Reixac (impulsores de la propuesta), ni tampoco el Govern la Generalitat (que es quien autorizó el polémico proyecto) tuvieron en cuenta el aviso. Cuatro años después, ha sido una juez quien ha ordenado que las máquinas excavadoras, que tenían que empezar a sacar todos los árboles y preparar el terreno en un mes, se queden quietas y no toquen absolutamente nada.

«Ni el lugar, ni el diseño, ni la gestión del nuevo equipamiento garantizaban que fuera mejor que la actual», denuncia Emma Infante, una colaboradora de Animalados que ha seguido muy de cerca todo el proceso. Además de haber sido voluntaria en el CAAC, ha visitado más de 50 perreras y tiene un postgrado en antrozoologia y un Máster en Periodismo. Para ella, el error empieza a partir de la idea de que la perrera es un espacio molesto y ruidoso que hay que sacar de la ciudad: “Siempre han tratado de sacarlos como si estorbasen, pero si se hace bien, no tiene porque ser un equipamiento engorroso”, asegura.

Antes de proponer el Parque Natural de Collserola, sobre la mesa del Ayuntamiento de Barcelona ha habido otras propuestas, como el cauce del río Llobregat o incluso la montaña de Montjuïc, pero todos han quedado en un cajón. La última propuesta, la del Parque Natural, se ha presentado desde un principio como la mejor opción, sobre todo porque está alejada de cualquier núcleo urbano, entre otras cosas, porque está en plena naturaleza. «No sólo está previsto en un Parque Natural, sino que, además, está en un punto de paso de fauna a otro parque natural, el de la Serra de Marina», dice. Hay que tener en cuenta que, además de construir el edificio, es necesario un aparcamiento para trabajadores, voluntarios y adoptantes y un camino por el que sacar a pasear a los perros.

El Ayuntamiento de Barcelona está estudiando si presenta un recurso contra la decisión de la juez porque, de momento, no está estudiando ninguna otra ubicación. Mientras, perros y gatos seguirán en el CAAC que hay en la carretera de la Arrabassada.

Unas instalaciones “insuficientes”

El actual CAAC se construyó hace 54 años con la idea de que fuera un espacio en el que estaban los animales temporalmente, antes de ser sacrificados. Sin embargo, desde el 2003, a partir de la prohibición de sacrificar animales, los perros y gatos abandonados pasan largas temporadas en unas instalaciones que no cumplen las condiciones necesarias. “Los boxes son insuficientes para largas estancias y no es cómodo. Además, se encuentra en una zona muy umbría y en invierno no toca el sol. Con frecuencia se congela el agua que tienen los animales para beber”, lamenta. Los gatos tampoco están mucho mejor. “Deberían estar más separados porque les estresa mucho oír a los perros nerviosos ladrando todo el rato”, explica. Infante destaca que existen algunos ejemplos de buenas instalaciones, donde los animales se encuentran a sus anchas y no están estresados. Unas condiciones que, además de mejorar el bienestar de los animales, facilita su adopción.

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