«Contemplar arte en el que aparecen animales nos puede llevar al bienestar»

Entrevista a Isabel Serrano Córdoba el alma de “las cosas de la niña” artista que plasma de manera muy particular a los animales que amamos.

– ¿Qué es Las Cosas de la Niña?

Las Cosas de la Niña es un proyecto personal en el que comencé algo más de dos años e incluye mi trabajo como artista y artesana.

– Si el arte puede ser terapéutico y el contacto con los animales también. ¿El arte que refleja animales sana?

Desde mi punto de vista, efectivamente, y está más que demostrado, el arte es terapéutico, de ahí el Arteterapia, una forma de psicoterapia que utiliza las artes plásticas como medio de recuperar o mejorar la salud mental, el bienestar emocional y social. De igual manera el contacto con los animales y la naturaleza nos hace sentir bien mental y emocionalmente, por lo tanto,  contemplar arte en el que aparecen animales, en cualquiera de sus formas de representación, nos puede llevar a ese estado de bienestar. Pero también dependiendo de lo que se esté representando claro, una imagen en la que aparecen animales maltratados solo te puede llevar a malos sentimientos, a no ser que estés mal de la cabeza.

– ¿Por qué motivo la gente quiere retratos de animales?

Yo pienso que es una manera de conservar su recuerdo, de inmortalizar de alguna manera a su animal. Porque le gusta verlo formando parte de la decoración de la casa, es como cuando ponemos fotografías de miembros de la familia, le da un toque más hogareño. Cuando tienes un animal de compañía pasa a formar parte de la familia.

– ¿Haciendo retratos de «los otros animales» has descubierto qué nos une? ¿Y qué nos diferencia? 

Lo que nos une a todos los que amamos a los animales no es mas que el respeto y el cariño. Diferencias encuentro pocas por no decir ninguna.

– ¿Cuántos de tus encargos son regalos y cuántos peticiones directas? 

Pues realmente están a la par, porque incluso quien se pone en contacto conmigo para hacer un regalo, al ver los resultados termina encargándome alguno para si mismo, o pasa al contrario, que quieren uno de su mascota pero ven que es un regalo original y perfecto para hacer a alguien.

– ¿Cómo es el cliente tipo si eso existe? 

Pues mi cliente tipo está en mujeres de entre 18 y 50 años aproximadamente. Tengo muy pocos encargos de chicos o de personas mayores.

– El retrato hecho por un artista va más allá de una buena foto. ¿Cómo lo justificarías?

Realmente no creo que vaya más allá “la mano del artista” está ahí,  le da su toque único y personal, y como fotógrafa tengo que decir que la fotografía también entra dentro de las disciplinas artísticas y que no podría desvalorar una buena fotografía sino igualarla a cualquier otro tipo de representación artística.

– ¿Cuándo empezaste a retratar animales? ¿Cuál fue el motivo?

Recuerdo un retrato que hice de pequeña de un león, un dibujo hecho a lápiz. Después hice unas láminas de los que por un tiempo fuero mis gatos. Estas láminas las llevaba conmigo a los mercados de arte y artesanía y tenían mucha salida entre los amantes gatunos y fue ahí, gracias a una clienta, una chica que si no recuerdo mal era de Canarias, la que me dio la idea de retratar animales  porque me preguntó si le podía hacer lo mismo pero con sus gatos y pensé ¡por qué no! Y ahí empezó todo.

– ¿Y cuándo empezaste a hacer arte? 

Pues más bien diría que nunca lo he dejado. Todos, desde pequeños dibujamos, pintamos, esculpimos, somos creativos y lo plasmamos y nos expresamos a través de las artes, ya sean artes plásticas o de otras disciplinas, como la música, el teatro, la poesía, etc. Es la educación y la sociedad la que nos hace alejarnos de poder expresar lo que tenemos dentro.

El ser humano necesita expresarse, sacar y dar forma a sus pensamientos y sentimientos y eso lo hacemos desde pequeños. Por lo tanto no tengo una fecha de inicio sino que no lo he abandonado, nunca. Curse mis estudios siempre en relación con el Arte. Bachillerato Artístico, Fotografía Artística, Bellas Artes, porque es donde me sentía bien, sin pensar mucho en un futuro profesional. Cuántas veces me habrán dicho ¿Bellas Artes? ¿Y eso que futuro tiene? Bueno, es importante dedicarse a lo que uno le motiva y le gusta, sino la cosa no funciona, y lo digo por propia experiencia porque también he estado al otro lado y si, puedes hacer otros trabajos, por dinero y nada más.

– ¿Qué materiales pictóricos te gustan y por qué?

Utilizo la fotografía porque es lo que más se asemeja a la realidad y la acuarela porque es completamente imprevisible, y porque me encanta la pureza de su color y la transparencia que ofrece. Una de cal y otra de arena.

– ¿Qué tipo de encargos disfrutas más? 

He de confesar que mi corazoncito es gatuno. Pero los disfruto todos por igual.

– ¿Cuál ha sido el encargo más raro que te han hecho?

Por ahora no he tenido ningún encargo raro. Ha sido todo dentro de la normalidad, perros, gatos, pajaritos y ya está.

– ¿Y el más emotivo? 

Siempre son muy emotivos los encargos de las mascotas que ya no están, cuando te cuentan su historia o a quién pertenecieron, por ejemplo animales que acompañaron a personas con discapacidad y que ya no lo hacen.

– Colaboras con asociaciones protectoras. ¿De qué manera y con cuáles?

Sí, he colaborado con asociaciones protectoras. En sorteos para recaudar fondos para salvar algún animal. El/la ganador/a del sorteo se lleva un retrato realizado por mi de su mascota. He colaborado con Pandora y con otras dos que no recuerdo su nombre, una de ellas de Cádiz.

“Los intereses son los que frenan a una Andalucía comprometida con los animales“

Entrevista a Lola García, presidenta de la Abogacía Andaluza por la Defensa Animal, una organización que tiene como objetivo la formación de compañeros en materia de derecho Animales, la intervención en todos los procedimientos judiciales relacionados con materia animal, la colaboración con Ayuntamientos, redacción de normativa, reglamentos, la realización de campañas de concienciación… en definitiva, conseguir el mayor bienestar posible para los animales.

ADDA es una entidad joven pero muy nutrida. ¿La Abogacía Andaluza va por delante de la sociedad o es reflejo de una sociedad defensora de los animales que no siempre queda reflejada en los medios?

Creo que AADA es un reflejo de la sociedad andaluza. A muchos no les gusta o les interesa que la Andalucía ecologista y animalista salga a la luz y  la  pretenden invisibilizar. Pero a la clase política andaluza le queda un largo camino en la protección y defensa de los animales, pero sin duda, la sociedad andaluza sí ha evolucionado en la empatía hacia los animales, y la protección del medio ambiente. Muestra de ello es la gran cantidad de asociaciones, protectoras, federaciones de protectoras que hacen una labor formidable y en muchas ocasiones, suplen funciones que le corresponden a la administración, sin ninguna retribución económica….

¿A quién le interesa repetir el tópico de la Andalucía insensible con los animales?

Sin duda hay muchos intereses económicos detrás, los lobbies de la caza y la tauromaquia tienen un gran poder  y detrás de estos sectores hay mucha subvención, mucho dinero público. Por todos es sabido que la tauromaquia solo subsiste ya por las subvenciones. No existe un relevo generacional, ni siquiera en Andalucía, por mucho que se empeñen en fomentar escuelas taurinas. Ojalá, algún día se dedique una parte de ese dinero al fomento del respeto hacia los animales y la flora y a la gestión responsable de nuestra naturaleza, seguro que nos iría mucho mejor a todos.

Caza, tauromaquia, tracción a sangre, abandono, omisión de cuidados… ¿En qué orden colocarías las amenazas que sufren los animales en Andalucía?

Lamentablemente todas estas  amenazas que enumeras,  las podría en el primer puesto. Tenemos mucho trabajo que hacer para revertir en la medida de nuestras posibilidades, todas estas amenazas.

Las entidades van perdidas a la hora de denunciar. ¿Estáis aquí para ayudarlas?

Nosotros nos ofrecemos ayudar a las asociaciones que contactan con nosotras, intentamos ofrecerle orientación jurídica en todo lo que nos planteen, pero  hay que entender que toda nuestra colaboración es desinteresada, completamente voluntaria y no disponemos de todo el tiempo que nos gustaría, desde aquí hago un llamamiento a todos aquellos compañeros y compañeras que se unieran a nuestra asociación, para poder abarcar más y mejor. No tenemos ninguna ayuda ni subvención y  nos gustaría poder hacer más de lo que hacemos.  Planteamos hace un año en todos los colegios de abogados de Andalucía y ante el Consejo Andaluz de Colegio de Abogados, una iniciativa que INTERcids presentó en Barcelona, para la creación de un turno de oficio penal específico para la defensa y protección de los animales, pero lamentablemente no hemos obtenido el apoyo suficiente para su implantación.

¿Cuándo nació AADA?

AADA nació en el mes de octubre de 2017, un año después de la creación de la Comisión de derecho animal del Colegio de a abogados de Sevilla.

¿Con qué objetivos?

Entre nuestros objetivos está la formación de compañeros en materia de derecho Animales, intervención en todos los procedimientos judiciales relacionados con materia animal, colaboración con  Ayuntamientos, redacción de normativa, reglamentos, la realización de campañas de concienciación… en definitiva, conseguir el mayor bienestar posible para los animales.

Estáis camino de los 200 socios. ¿Verdad? 

Estamos entorno a los 150 abogados y abogadas con representación en todas las provincias de Andalucía y formamos una red de compañeros  con muchísima profesionalidad y muy preparados, esperamos que se animen muchos más a participar en esta bonita causa.

Habéis reaccionado ágilmente liderando un manifiesto contra el adoctrinamiento de la infancia hacia la caza en las escuelas. ¿Por qué mecanismos ha prosperado algo así?

Debo decir que nos hemos sentido desbordados por el gran apoyo que ha tenido el Manifiesto contra la promoción de la caza en los colegios andaluces. Hasta ahora ya lo han apoyado más de 230 organizaciones de todo el país, incluidos algunos partidos políticos, asociaciones nacionales muy importantes y muchísima gente que nos ha hecho llegar su indignado con este tema. Es aberrante exponer a los menores a actos de  violencia y el maltrato hacia los animales como la caza.

La Junta de Andalucía debe proteger a los menores y evitar su exposición a la caza, porque ya existen muchos informes de psicólogos y psiquiatras que alertan  de las graves secuelas que les causa a los menores, no podemos presentar como normal, disfrutar del sufrimiento de los animales . Exigimos la retirada inmediata  de esta  medida y de cualquier otra que suponga  la promoción de  la violencia y el maltrato hacia los animales.

¿Qué se puede hacer para proteger a los menores de ese tipo de violencia que ya denunció la ONU respecto al maltrato de los toros?

Es evidente que las administraciones públicas tienen el deber de levar por los menores y la recomendación de la ONU es totalmente aplicable a la caza, ya que la recomendación recogía los perjuicios que se causa a los menores por su exposición a la violencia hacia los animales.  La normativa andaluza prohíbe la presencia de menores de catorce años, pero lamentablemente ya han sido varios los menores, de muy corta edad que han fallecido en monterías. Es totalmente intolerable.

¿Pueden los padres exigir la sustitución de las clases de caza alegando objeción de conciencia?

Nuestro objetivo es la retirada de la medida, pero de no ser así,  estamos  teniendo contacto ya con los principales representantes del sector educativo, para encontrar los mecanismos adecuados y las soluciones posibles, entre ellas, lógicamente la objeción de conciencia es un derecho individual que puede ejercerse en este tema, como en las excursiones a los zoológicos, granjas, etc.

¿Y los directores de escuela y la comunidad educativa?

Nos han llegado muchísimas adhesiones de profesores, de AMPAS, de representantes de sindicatos, etc. La comunidad educativa está en contra de esta medida.

La reforma de ley Andaluza de protección Animal es una reivindicación recurrente y sobre la que desde un grupo político se hizo una propuesta muy potente. ¿La nueva ley para cuándo?

Ojalá los partidos hubieran tenido altura de miras, y se hubiera podido tramitar aquella iniciativa, que resultó una experiencia para muchos de nosotros, muy emotiva, porque acercó la política a la gente,  a la realidad social…
Lamentablemente, desde AADA no tenemos demasiadas esperanzas en que se reforme la actual ley de bienestar animal, una  ley obsoleta de más de 16 años de antigüedad.

¿La obligación de acoger todos los animales que sean entregados en Zoosanitarios o protectoras es parte del problema del que se valen los ayuntamientos para persistir con el sacrificio?

No hay voluntad política de solucionar el tema del abandono porque todo el mundo conoce las fórmulas que se deben aplicar, y sin embargo, nada se hace. ¿Cuántos ayuntamientos hacen campañas efectivas y con presupuesto económico real para campañas de concienciación, campañas en favor de la adopción y en contra de la compra de animales, imponer impuestos a las tiendas? Muy pocos…

¿No tendría más sentido imponer la identificación y la esterilización obligatorias?

Existen muchas medidas que se pueden adoptar, y es lamentable que España siga estando en la cola de los países donde se tiene en cuenta el bienestar de los animales, a pesar de que el  art. 13 de la TFUE,  exige a los Estados miembros que respeten las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sintientes.

¿Por qué crees que según algunos Andalucía no puede seguir los pasos de otras regiones con sacrificio cero?

No creo que Andalucía no pueda con el sacrificio cero, todo es cuestión de voluntad política, y en este caso, como decimos, no la hay.

Abogacía Andaluza por la Defensa Animal acaba de coorganizar junto con Intercids uno de los Congresos sobre derecho Animal más completos que se recuerdan. ¿Podrías darnos tres titulares?

El II congreso estuvo compuesto por seis mesas que tocaban muchísimos temas, por profesionales muy punteros en derecho animal, pero  si tuviera que destacar tres titulares, destacaría:

-El gran desconocimiento que existe todavía entre el vínculo entre la violencia hacia los animales y la violencia intrapersonal.
– La necesidad de que la administración asegure el bienestar de los animales que participan en romerías
– La formación de los agentes, una asignatura pendiente, imprescindible tanto para el buen fin de las denuncias como para una mayor concienciación de la población.

¿Cómo avanzará AADA en los cinco próximos años?

Espero que dentro de cinco años la clase política andaluza haya evolucionado lo suficiente para dotar a la abogacía de herramientas jurídicas con las que trabajar con seriedad, porque la sociedad andaluza ya ha experimentado una gran evolución y concienciación en este campo. El delito de maltrato animal dejará de ser un delito de segunda, y existirá ya una tolerancia cero contra el maltrato y la violencia hacia los animales. La formación de la judicatura y la de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en este campo, es también un objetivo a cumplir en los próximos cinco años.

¿Qué condición hay que cumplir para ser miembro?

Para ser miembro de AADA el único requisito es ser abogado o abogada en Andalucía y enviarnos un email, manifestando su voluntad de querer ser miembro. Dado que no tenemos ninguna ayuda ni subvención económica, recientemente hemos creado una cuenta Teaming para que todo aquel que así lo considere, pueda colaborar con 1€ al mes.

¿Y para estar informado de vuestras actividades?

Puede seguirnos en redes sociales, periódicamente vamos realizando actividades y eventos.

“Una buena coordinación entre áreas municipales puede hacer más por la biodiversidad que el exterminio de las cotorras argentinas”

Tere Rodríguez responsable de la Asociación Protectora de Animales Exóticos APAEC de Cataluña y experta en aves rebate la oportunidad de las medidas anunciadas desde el consistorio madrileño para acabar con las cotorras argentinas.

¿Qué opinas del anuncio del Ayuntamiento de Madrid de matar 12.000 cotorras?

Creo que están echando por tierra años de trabajo en cuanto a protección y respeto hacia a los animales, además de tender una cortina de humo para no admitir cuál es realmente la causa de la pérdida de biodiversidad. Entiendo que la fauna invasora no debería estar aquí y comparto que hay que interponer métodos de control, para contener la expansión de este tipo de animales, lo que no comparto son los métodos letales que, tal y como han demostrado año tras año con las palomas, no son efectivos.

¿Realmente son peligrosas como ha llegado a decir algún medio de comunicación?

En primer lugar las cotorras argentinas no son peligrosas en absoluto, estamos hablando de animales gregarios, capaces de vivir en bandadas mixtas y que su último afán es tener confrontaciones físicas, en cuanto al tema sanitario, que parece ser el argumento que más se utiliza para espantar a la población, sólo puedo insistir en que no hay ni un solo estudio válido que demuestre la presencia de psitacosis en estos animales, el único estudio que informó de semejante cosa fue un fraude científico vergonzoso, y aunque por una remota y extraña casualidad una cotorra silvestre fuera portadora de psitacosis, para que nos contagiase de dicha enfermedad tendrían que darse factores como: convivir con ese animal estrechamente, respirar sus heces y mucosidades y estar inmunodeprimidos, algo que no se va a dar jamás. Me gustaría que nuestros científicos provocasen tanta alarma con las psitacosis en las tiendas y criaderos de animales, que es ahí donde prolifera esta enfermedad que acaba en casas de compradores incautos, no sé por qué aún no se han pronunciado al respecto

¿Cómo llegaron aquí?

Por importaciones masivas para la compra-venta, admitidas y bien vistas por nuestros servicios aduaneros y administraciones, de hecho, aunque ya no vengan de sus países de origen directamente, seguimos dejando que en España entren un sinfín de animales procedentes de países europeos, seguimos igual, solo que ahora no vienen por mar, vienen en camiones.

¿Qué destacarías de ellas?

Su inteligencia y capacidad de convivir sin hostilidad con otras especies, incluida la humana, sus vínculos familiares, su forma de ingeniar sus nidos para vivir en comunidad, la verdad es que son animales fascinantes, en algunos países de Estados Unidos han decidido realizar investigaciones no invasivas sobre las poblaciones de cotorras de sus parques, aprender sobre ellas para actuar.

¿Hay evidencias científicas sobre su posible contribución a la reducción de la fauna local?

No, de hecho siempre que se habla de la reducción de población de gorriones y dicen que es a causa de las cotorras argentinas, se les olvida que en Zaragoza, la misma ciudad que dice haber erradicado la población de cotorras argentinas, el declive del gorrión sigue adelante. Las cotorras argentinas ni depredan, ni ocupan nidos, ni siquiera tienen problema alguno en compartir dieta con otras especies, no sé cuántas fotos tiene la gente de cotorras comiendo pacíficamente entre otro tipo de aves.

¿Qué medidas habría que tomar para proteger las especies de aves autóctonas?

En la protección de la fauna autóctona deberían empezar a intervenir diversos departamentos que parece que no acaban de entenderse y que son el de urbanismo, medio ambiente, salud pública y bienestar animal, faltan ciudades que edifiquen conscientemente, mantengan censos fiables, mantengan parques y jardines bien configurados… En realidad la protección de las aves autóctonas es competencia de todos los departamentos, no sólo de biólogos, ornitólogos y amantes de la avifauna… Es una pena ver como por ejemplo Barcelona ha sido capaz de construir un monstruo de cristal, el Hotel Vela, en mitad del paso migratorio de tantas aves, el drama está servido, también da mucha pena ver cómo nos enzarzamos a plantar vegetación exótica, cómo usamos pesticidas sin sentido, cómo ya no podemos quitar plataneros y palmeras, cómo no luchamos contra el furtivismo y el silvestrismo… En realidad las cotorras no deberían servir de chivo expiatorio de todo el daño que hacemos los humanos por dejadez o por falta de interés (o por demasiado interés en otras cosas).

¿Hay alternativas éticas para controlar la población de cotorras como las hay de aves?

Las hay y exigen constancia y método, son prolongadas en el tiempo, pero en algún momento hay que empezar, llevamos 6 años sin empezarlas bajo la premisa de que llevan mucho tiempo y mucho tiempo es el que ha pasado sin hacer nada porque unos ningunean los controles éticos y otros no están dispuestos a las matanzas, es hora de sentarse y hablar de que mejor ir juntos y tranquilos y triunfar al final del camino, que no lo que se está dando ahora, porque la verdad, las personas que no estamos a favor de los exterminios, jamás vamos a admitir el exterminio como método aplicable en nuestras ciudades, por mucho que nos insulten y por mucho que nos intenten descalificar.

¿Si se eliminan a los individuos de un área se crea efecto vacío como en el caso de otras especies?

¡Sí, por supuesto! Sobre todo cuando hablamos de animales inteligentes y que se desplazan rápido, de hecho estamos hablando de animales que tienen dormideros en un lugar y zonas de alimentación en otro muy lejano, claro que se crearían y se crearán nichos para ocupar por otros individuos provenientes de otras zonas más ocupadas.

¿Qué le puede pasar a una cotorra argentina herida si un ciudadano la entrega a los servicios municipales?

Sacrificio inminente.

¿Qué significa ser una especie invasora?

Ser especie invasora significa que no te ampara el código penal, que no podemos denunciar si te maltratan porque en vez de conseguir protección te mandamos al patíbulo directamente, ser especie invasora quiere decir que por haberte adaptado al medio donde te han abandonado para deshacerse de ti, o simplemente para cazarte o pescarte, tienen que poner solución para que no perjudiques al entorno donde te has adaptado. Está claro que tenemos que entender que la fauna invasora necesita ser controlada y que no debe estar campando a sus anchas por nuestro medio natural, pero también es cierto que no todo vale, sobretodo no debe valer la alarma social, la demagogia o declaraciones que rocen la xenofobia, como se ha visto recientemente.

¿Existe controversia entre Ecologistas y Animalistas sobre el tema?

Existe y tampoco sé muy bien el porqué, siempre he dejado muy claro que yo también estoy a favor del control de especies invasoras y he insistido mucho en ello, dirijo un centro de animales exóticos y no quiero verlo saturado de animales abandonados. También estoy de acuerdo en que el fin del comercio es la clave para acabar con este asunto tan terrible, donde chocamos es en la insistencia de matarlo todo y no aplicar métodos no cruentos, cuando en los métodos no cruentos es donde colaboraríamos todos juntos, a una, con eficiencia y apoyándonos. Los ecologistas critican a los cazadores, pero luego caen en la paradoja de la caza y no buscan otro camino que aunque sea más largo, sea eficaz en cuanto a colaboración. Aún recuerdo la propuesta de tirotear cotorras en el centro de Sevilla y me dan entre escalofríos y vergüenza ajena, disparos en una de las mayores capitales de este país… No es normal.

¿En qué consiste y qué opinas de la propuesta del Ayuntamiento de Sevilla respecto a las cotorras?

Sevilla está en manos de gente en la que confío muchísimo y se merecen todo mi cariño, Sebastián, María José de Asociación para el Vínculo Humano-Animal y Enrique Figueroa, un gran catedrático y ornitólogo de la universidad de Sevilla, el sistema que proponen es la esterilización y suelta para evitar la reproducción de estos animales y el efecto nicho. Estoy muy de acuerdo con este sistema y lo encuentro fascinante, de hecho es el que tengo en mente siempre. Les deseo todo el éxito que se le puede desear a gente tan maravillosa y luchadora.

de personas que tienen cotorras en su hogar las rescataron de pequeñas o maltrechas y no se adaptan a la libertad. ¿Qué hay que hacer?

Lo primero siempre interponer medidas antiescape, no podemos perder animales exóticos en el medio natural, como cuidadores de estos animales hay que ser muy conscientes del compromiso que hemos adquirido con ellos y con nuestro entorno, estén maltrechas o no.
Por otro lado, ya no hay posibilidad de cederlas o dejarlas en refugios, está prohibido, así que le recomiendo a la gente que nunca se separe de su cotorrita y sea un ejemplo de cómo ser fiel a nuestras amigas, yo también vivo con 2, las rescaté en 2009, las quiero con toda mi alma, pero sobretodo me siento responsable de su seguridad y de la seguridad de los animales autóctonos que vienen a mi jardín con sus pollitos.

Hay distintos tipos de cotorras. ¿Todas están consideradas invasoras?

Sí, hay distintos tipos de loros como las cotorras, de hecho tenemos varios viviendo en libertad en algunas ciudades y aún no están considerados como invasores, por tanto nadie se preocupa de mitigar el problema y se les deja proliferar alegremente. Parece que necesitemos una lista para saber cuándo actuar y aun encima parece que sea obligatorio actuar matando.

¿Qué otras especies consideras que deberían ser controladas de modo ético y sin embargo la administración descuida?

Todas las nuevas tortugas acuáticas que se están abandonando en los estanques, las cotorras de cabeza negra, las aratingas mitratas, las aratingas acuticaudatas, las psitáculas eupatrias… Algunos tipos de escarabajos, peces, reptiles diversos… En resumen, todos los animales que se están comercializando, abandonando y perdiendo… De verdad, tenemos un problema muy grave de raíz y no hay ni un plan B para contener las consecuencias, no hay centros de recogida, no se acompaña a las protectoras en la facilitación de papeleos en los casos de los animales CITES, de hecho los animales CITES ni siquiera son competencia de medio ambiente, son competencia de Hacienda, con lo cual, hablar de ciertos temas que deberían ser estrictamente medioambientales, es complicado.
En realidad eso es lo más indignante de todo, que tenemos el plan Z, pero no el plan B, no es normal actuar como si no se abandonasen animales exóticos cuando tenemos un problema de invasoras y aun encima echarle la culpa de todo a los animales escondiendo la exclusiva responsabilidad humana y administrativa de este país, no lo es.

“La implicación de los ciudadanos es fundamental en la lucha contra el maltrato animal”

Cristina Bécares es abogada, con un Máster en Derecho Animal con despachos en Barcelona y Tarrasa, sede de la comisión local de Derechos de los Animales del Colegio de Abogados que ayudó a fundar. Ha participado con éxito en numerosos casos por toda España, el último se ha saldado con pena de prisión para el asesino de Benito en Bilbao.

¿Qué valoración hace de la sentencia del caso Benito, el perro asesinado después de haber sido adoptado en Bilbao?

Positiva a grandes rasgos. Aun así, la frialdad y tranquilidad en la exposición de los hechos por parte del – actualmente – condenado, y el hecho que él mismo reconociera haber golpeado al perro en reiteradas ocasiones antes del estrangulamiento, motivó que desde APA SOS Bilbao – acusación particular – solicitásemos condena por delito continuado de maltrato animal y una pena de prisión de 22 meses.

La Juez ha considerado que se trata de un solo delito de maltrato animal con resultado de muerte, y la condena impuesta ha sido de 11 meses de prisión y 28 meses de inhabilitación especial para la tenencia de animales, así como para ejercer profesiones, oficios o comercio relacionados con animales.

Respecto a la responsabilidad civil, desde APA SOS Bilbao solicitábamos una indemnización por los daños morales ocasionados de 4.000 euros, la Sentencia ha acordado fijarla en 200 euros más intereses. Desde el despacho ANIMALEX – primer despacho especializado en Derecho Animal en el territorio nacional – consideramos que aún queda mucho trabajo por hacer en materia de daños morales en el ámbito del derecho animal.

¿Qué conclusiones extraería del caso para prevenir que se repita?

En mi opinión, es importante la formación y educación en materia de tenencia animal. Educar desde pequeños a empatizar y tener respeto por el resto de animales, y concienciar a la ciudadanía de la necesidad de seguir denunciando casos de maltrato y abandono de animales.

Cada vez somos más los abogados animalistas. ¿Qué determina que un delito de maltrato animal se castigue con cárcel, con una multa o se celebra como un evento «cultural»?

En nuestro Código Penal, el maltrato animal se castiga como delito o delito leve, dependiendo de la gravedad de los hechos. Las penas por delitos leves de maltrato no suponen pena de prisión, sino que están castigadas con multas que van desde el mes hasta los seis meses. En cambio, aquellos hechos que puedan ser considerados como delito de maltrato, sí prevén una pena de prisión mínima de tres meses y un día. Por otra parte, el Código Penal castiga el maltrato injustificado, es decir, deja fuera de protección cualquier tipo de “maltrato justificado”, donde se incluyen los festejos públicos, fiestas u otros eventos “culturales”, como serían las corridas de toros o los correbous, entre otros.

¿Qué nota pondrías en general a la judicatura española en materia de derechos de los animales?

No me aventuro a dar una nota genérica a toda la judicatura, creo que poco a poco hay resoluciones que visibilizar la sensibilización hacia los animales y la necesidad de protección, mientras que de otras aún podemos extraer frases y argumentos que, en mi opinión, muestran que aún queda mucha faena por hacer y recorrido por recorrer.

¿Y al legislativo?

En los últimos años hemos vivido y estamos viviendo diferentes modificaciones legislativas, tanto en el ámbito penal como en el ámbito administrativo.

Con la última modificación del Código Penal se dotó de protección a todos los animales, a excepción de los que viven en estado salvaje y se incluyó el delito de explotación sexual, entre otras modificaciones. Considero que dichos cambios contribuyen a pequeños avances en materia de protección animal, pero que con el tiempo estamos viendo que aún necesitan un mayor compromiso del poder legislativo, por ejemplo, el caso en el que una persona maltrataba a un jabalí en una acequia, en Lleida, no podía prosperar en la vía penal porque se trataba de un animal salvaje. O, fijar qué consideramos, a efectos penales, por explotación sexual hacia animales para poder condenar.

A nivel administrativo, estamos viendo como poco a poco los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas van actualizando las ordenanzas municipales para adaptarlas a las nuevas necesidades sociales. A nivel local, por ejemplo, muchos Ayuntamientos empiezan a establecer obligaciones a los propietarios de animales de compañía para garantizar unos estándares mínimos de bienestar animal, se incluye la regulación de las colonias de gatos, del tratamiento que debe darse a los gatos ferales, etc.

Por lo tanto, a nivel legislativo poco a poco vamos progresando, y gracias al compromiso de asociaciones, particulares y algunos políticos, vamos haciendo camino.

¿Y al ejecutivo?

Es una pregunta complicada ahora mismo. Hay partidos que han sorprendido a muchas personas por sus políticas en pro de los animales en los últimos tiempos, y partidos que desconozco la problemática real que nos plantearán a corto o medio plazo.

A nivel local, por ejemplo, desde la Comisión de Derecho Animal del Ilustre Colegio de Abogados de Terrassa, hemos enviado un listado con propuestas a todas las formaciones políticas que se presentarán a las elecciones en Terrassa.

La idea es que todos los partidos las puedan incluir en sus programas, que adquieran compromisos tendentes a mejorar el bienestar animal. Ahora toca esperar a ver qué partidos las incluyen y, en caso de incluirlas, quienes contribuirán a llevarlas a cabo, no relegándolas sólo a propuestas en fase de campaña electoral.

¿Haría bien una ley de mínimos a nivel nacional?

Una Ley de mínimos a nivel estatal en materia de protección animal sí, una Ley a nivel estatal en materia de protección animal, no. Actualmente, existen tantas normativas de protección animal como comunidades y ciudades autónomas. Esta variedad normativa comporta inseguridad jurídica al ciudadano, toda vez que situaciones que pueden estar prohibidas en una Comunidad Autónoma, pueden estar permitidas en otras. Del mismo modo, hay Comunidades Autónomas que prevén medidas accesorias en caso de imponer sanciones, mientras que otras no prevén ninguna medida, de forma que, por ejemplo, una persona puede maltratar a un animal y no tener una medida accesoria de prohibición de tenencia o adquisición de animales.

Establecer una Ley estatal de mínimos, garantizaría que todas las comunidades autónomas tienen unos estándares básicos garantizados, de manera que todo animal gozaría de la misma protección independientemente de la comunidad donde residiera o estuviera.

¿Qué debería incluir?

Empezaría el listado y tardaría horas en terminar, pero como nos planteamos una ley de mínimos, empezaría por garantizar estándares mínimos de bienestar animal para todos aquellos animales que son o puedes ser considerados animales domésticos y de compañía. Considero necesaria la definición del gato feral a nivel estatal, la regulación de las colonias de gatos, la protección a todos los perros, independientemente del uso que en ocasiones se les pueda dar. La inclusión, dentro de la esfera de protección, de animales exóticos o que podían ser considerados salvajes, cuando éstos están bajo la protección del ser humano o en contacto con éste.

Establecer medidas accesorias de prohibición de tenencia, de adquisición u otras inhabilitaciones.

¿Los ciudadanos y las protectoras denunciamos el maltrato animal?

Por suerte, cada vez son más visibles los casos de maltrato animal, ello es gracias a la colaboración de ciudadanos y protectoras. Ahora bien, aún son muchos los casos que no se denuncian por miedo a represalias, por falta de recursos o por normalización de la situación.

¿Cuándo denunciamos lo hacemos bien?

Habría que mirar caso por caso, pero por norma general sí, ya que lo importante es denunciar para que se lleve a cabo la investigación oportuna, ya sea en la vía penal o administrativa.

¿Qué elementos no deben faltar en una denuncia para iniciar un camino de éxito?

Es importante facilitar toda la información de la que dispongamos, lugar de los hechos, fecha y hora aproximada, datos que sepamos de la o las personas implicadas, del tipo y número de animales, y pruebas, por mínimas que sean.

¿La justicia es gratuita en caso de denunciar un caso de maltrato animal?

En vía administrativa, el ciudadano o la asociación, puede optar únicamente por presentar la denuncia ante la administración competente, sin ningún coste.

En vía penal, un particular puede denunciar casos de maltrato animal ante las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado o en el juzgado de guardia sin ningún coste. Recordemos que si se está produciendo un caso de maltrato animal podemos llamar a la policía y solicitar que se personen en ese lugar en concreto.

Si posteriormente nos queremos personar en el procedimiento judicial, podremos hacerlo como acusación particular si somos los directamente perjudicados o como acusación popular en otros supuestos.

Como acusación, en ambos casos, habrá que sufragar los gastos de abogado y procurador. Ellos son los profesionales que se encargarán de llevar la defensa de los intereses de esa persona o asociación y consecuentemente dirigir acusación (solicitar práctica de pruebas, seguir el procedimiento, acusar y seguir la fase de juicio oral y posterior ejecución de sentencia), independientemente de la postura adoptada por el Ministerio Fiscal, con quien pueden o no coincidir en cuanto a petición de pruebas y de condena.

¿Son los abogados la profesión del ámbito jurídico que tiene las pilas más puestas?

Depende de cada profesional y no de cada ámbito. Cada vez somos más los abogados animalistas que nos dejamos la piel en defender y garantizar la protección de los animales. Del mismo modo que también destacan muchos y muchas Fiscales y Jueces que en sus plazas están realizando acciones que contribuyen a avanzar en los progresos que se están haciendo a nivel judicial.

¿Qué caso de los que has llevado te ha producido mayor satisfacción?

Recuerdo un juicio que llevé a cabo desde el despacho ANIMALEX, en el que solicitábamos que se condenara a un cazador como autor de un delito de maltrato animal y de una falta de abandono de animales, los hechos ocurrieron poco antes de la modificación del Código Penal, por lo que el abandono de animales era considerado falta y no delito leve, como ocurre ahora.

La perra había sido adquirida por el condenado para la caza, resultando gravemente herida y abandonada, precisamente al término de la temporada.

Fue un juicio que, en sala, duró algo más de dos horas y media. La Sentencia consideró que quedaban probados los hechos que la asociación había denunciado y le condenó como autor de un delito de maltrato animal, a la pena de siete meses de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionado con los animales por tiempo de un año y nueve meses; y como autor de una falta de abandono animal, con pena de 40 días de multa a razón de seis euros de cuota diaria, a lo cual se le añadieron tanto los gastos ocasionados a la asociación en cuanto a veterinarios y las costas procesales, es decir, los costes de los abogados y procuradores que intervinimos en el procedimiento.

 ¿Cuál te ha frustrado más?

Me frustran aquellos expedientes en los que no has llegado a tiempo para evitar el incremento de sufrimiento del animal, o aquellos en los que ves que con la ley actual no puedes hacer mucho más.

Has sido ponente en las Jornadas Felinas Andaluzas ¿Qué tal la experiencia?

Muy positiva, no sé qué pensarán las personas que estaban allí, pero para mi muy positiva. Fue una intervención muy cortita, me quedé con ganas de mucho más.

Lo importante es que creo que quedó claro que los Ayuntamientos pueden hacer más de lo que muchos hacen, ya que la normativa actual les permite regular sobre aspectos que algunos no ven claro.

Pienso que es importante que se sigan llevando a cabo Jornadas como ésta y que las asociaciones animalistas estén activas en el día a día de la agenda política.

Animales en los videojuegos: mil maneras de matar

Es importante apelar a la responsabilidad de las desarrolladoras de videojuegos para que incluyan planteamientos que tengan en cuenta la ética animal. En muchos casos se glorifica la violencia y la carne como premio y se representa a los animales no humanos bajo la premisa de que están a nuestra entera disposición.

Los videojuegos están en la picota. Mientras en Canarias los introducen en las aulas para aprender a jugar de forma responsable, aunque los videojuegos escogidos no sean los más educativos (Donald Trump los responsabiliza de los recientes tiroteos en Texas y Ohio). La industria se le echa encima: si en lo que va de año Estados Unidos lleva más de 250 tiroteos masivos y en la Unión Europea la cifra tiende a cero, la culpa la tienen las armas y su fácil acceso, no los videojuegos.

El videojuego, entendido como una expresión cultural comparable a la literatura, la música o el cine, ha sido sistemáticamente ignorado por los medios de comunicación generalistas. Un ejemplo sencillo: es fácil encontrar en los periódicos secciones llamadas Cartelera o Televisión, donde se puede consultar qué programas echan en la tele o que películas se estrenan. Todavía no hay ni rastro sobre videojuegos y, sin embargo, crece año tras año la difusión masiva de estos y sus cifras de negocio -138.000 millones de dólares en 2018, el doble que las industria del cine y la música juntas.

Así, si 16,8 millones de españoles juegan habitualmente según el Anuario de 2018 de la Asociación Española de Videojuegos, resulta interesante analizar cómo se representan los animales no humanos en los videojuegos, especialmente en aquellos que tienen mayor difusión. En videojuegos como Terraria -más de 27 millones de copias vendidas-, The Legend of Zelda Breath of the Wild -16 millones-, Super Mario Odyssey -15 millones-, Horizon Zero Dawn -10 millones-, Don’t Starve Together -7,5 millones-, Battlefield 1 -4 millones-, todos ellos top ventas de Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox One y PC, aparecen en total más de 250 animales no humanos. Pero, ¿Cuál es su rol?, ¿Qué interacción podemos tener con ellos?, ¿Qué obtenemos a cambio de esa interacción?

En primer lugar, conviene subrayar que prácticamente la totalidad de estos animales se representan supeditados a la especie humana, en una concepción genesíaca -para nuestro uso y disfrute- que sigue punto por punto la pirámide de la consideración moral especista. Así, los perros y gatos son más importantes para nosotros que los mal llamados animales de granja, la mayoría mamíferos, y a su vez, éstos son más importantes que las aves, los peces, los anfibios, los reptiles, los artrópodos, los moluscos y los cnidarios.

Además, las diferencias sobre nuestra consideración moral entre los animales domesticados y en libertad es considerable e igualmente arbitraria. De este modo, las desarrolladoras de videojuegos blindan contra ciertos abusos a los animales que se encuentran en la parte alta de la pirámide -dado su estatus de utilidad para los humanos- mientras que los demás son, mayoritariamente, meras máquinas expendedoras de carne, piel, plumas, cuernos, escamas, huevos, etc., la violencia contra los cuales no es que necesite ningún tipo de justificación, sino que se premia.

Pirámide especista de Lluís Freixes Carbonell

Pirámide especista de Lluís Freixes Carbonell

En este sentido, las desarrolladoras de videojuegos diseñan abusos de todo tipo. De los más de 250 animales no humanos que aparecen en los videojuegos citados, cerca de 150 se pueden matar. Es más, se les puede cortar y golpear con armas como espadas, hachas, garrotes, hoces y horcas; se les puede atravesar con lanzas, flechas y cerbatanas; se les puede electrocutar, envenenar, quemar, congelar, petrificar y bombardear; se les puede lanzar todo tipo de objetos pesados de materiales muy diversos; se pueden aplastar saltándoles encima y se les puede disparar con todo tipo de pistolas, metralletas y misiles. En síntesis, los videojuegos permiten herir prácticamente de cualquier manera imaginable a los animales no humanos hasta causarles la muerte.

Éstos también son víctimas de sintagmas procedurales especistas: «atrapar/coleccionar/vender» o «atrapar/cocinar/consumir». Es decir, la finalidad de muchos de los animales no humanos que aparecen en los videojuegos no es otra que la de ser cocinados o vendidos. Las recompensas que recibimos al matar a los otros animales es, casi siempre, su carne o partes del animal: cuernos, pieles, plumas, etc. Mientras los primeros «premios» se cocinan o se comen crudos para recuperar puntos de vida, los segundos generalmente se usan para confeccionar armas, armaduras y todo tipo de objetos.

Estos videojuegos de plataformas, acción y aventuras transmiten una serie de valores como la superación, la paciencia y la valentía, todos ellos ingredientes fundamentales para una experiencia de juego satisfactoria. No se cuestiona en ningún caso la jugabilidad de estos -que es, a todas luces, excelente- sino que los valores intrínsecos a la experiencia de juego vienen cargados de una serie de mensajes especistas que conviene analizar por separado para dar respuesta a la pregunta clave: ¿Cómo contribuye esta representación a perpetuar el discurso especista?

La respuesta parece evidente: a través de la normalización de prácticas aberrantes para el interés de los animales no humanos, como la caza, la pesca, la doma y montura o la cocina omnívora.

En primer lugar, las decenas de maneras cazar y pescar, previamente autorizadas por los programadores y algunas incluso creativamente retorcidas, normalizan la sensación de dominación absoluta hacia los demás animales. Se glorifica la violencia y la carne como premio y se los representa bajo la premisa de que están a nuestra entera disposición para comérnoslos y hacerles lo que creamos oportuno, perpetuando así, a través del juego, uno de los fundamentos más arraigados del especismo.

En segundo lugar, vía la normalización y perpetuación de la doma. Si bien la domesticación de los caballos y las otras monturas no conlleva necesariamente su muerte, es una práctica terrible desde el punto de vista del sufrimiento animal y la supeditación especista a nuestros intereses de los animales que hacen de montura.

En tercer lugar, explotando una concepción profundamente egoísta de los animales no humanos como compañeros. Cabe decir, sin embargo, que en muchos videojuegos el mascotismo se distorsiona hasta tal extremo que la supeditación es tan brutal que a los animales no humanos, más que compañeros, se les puede considerar soldados aliados. Y, aunque mueren muy a menudo (porque los exponemos a luchas constantemente), el protagonista se muestra impasible y no transmite ninguna señal de empatía o tristeza.

Así pues, analizando la representación especista de los animales no humanos en los videojuegos (puede cambiarse aquí «especista» por «machista», «racista», «homófoba», etc.), uno se pregunta qué podrían hacer las desarrolladoras de videojuegos para dotarlos de una perspectiva más justa, más inclusiva, menos violenta.

En el plano antiespecista, hay algunos tímidos avances, incluso en videojuegos de difusión masiva. Por ejemplo, en Uncharted 4: A Thief’s End –más de 15 millones de ventas–, cuando apuntamos con la mirilla del arma a un animal no humano el gatillo no responde y este no se puede matar. En Don’t Starve Together -un videojuego indie con más de 7,5 millones de ventas-, al matar a ciertos animales el videojuego nos otorga unos «puntos de malicia» y, al llegar a determinado tope, aparece un personaje que nos roba.

En el primer caso optaron por la censura, pero en el segundo apostaron por un sistema de castigo que se integra en la jugabilidad del videojuego. Y es que darle una vuelta de tuerca a los planteamientos violentos embellece la creatividad y la experiencia de juego. Por ejemplo, en el videojuego de ajedrez Three-player chess una tercera persona tiene el control exclusivo de los peones de los dos jugadores «clásicos». Su función es evitar, moviendo los peones, que uno de estos jugadores (que controlan los alfiles, caballos, torres y monarcas) consiga matar una ficha del otro. La alegoría marcial del ajedrez se convierte en una versión pacifista del juego porque, si pasan veinte turnos y no ha muerto ninguna ficha, se declara «victoria de la paz» -el tercer jugador- y termina la partida.

Otra opción que se plantea a las desarrolladoras es la posibilidad de que dejen escoger al jugador o jugadora si quieren o no quieren ser especistas. Esto da lugar a los ‘vegan-runs’ del aclamado videojuego indie Undertale -completar la historia con el reto añadido de no matar ningún animal-. En cualquier caso, en lo que refiere a incorporar una perspectiva que tenga en cuenta la ética animal en los videojuegos, todavía hay muchas vías lúdicas, creativas y antiespecistas por explorar.

Por lo tanto, sería conveniente invitar y animar a las desarrolladoras de estos productos comerciales, obras de arte, objetos de estudio y pasatiempos a incorporar elementos y valores animalistas en los videojuegos. Es importante apelar a la responsabilidad de estas personas dada la difusión masiva de los videojuegos, especialmente entre los más jóvenes.

Lluís Freixes Carbonell

Publicado en el Caballo de Nietzsche de eldiario.es