La Policía Local de Chipiona denuncia a una persona por maltrato animal por falta de cuidados veterinarios básicos

Efectivos de la Policía Local de Chipiona han denunciado judicialmente a una persona como presunta autora de un delito de maltrato animal por falta de cuidados veterinarios básicos a varios animales domésticos.

La actuación de la Policía Local de este municipio de Cádiz comenzó a raíz de la llamada de varios vecinos preocupados por “el estado de salud y la desnutrición” de una serie de animales de compañía. Las personas que dieron la voz de alarma también alertaron de “los incesantes ladridos de queja de estos animales y del mal olor que se desprendía de la azotea de un edificio céntrico”.

La Policía Local de Chipiona ha asegurado que “el relato de los vecinos se quedó corto”. Los agentes acudieron al lugar de los hechos y confirmaron la presencia de perros y gatos “sin microchip y en un estado general de descuido y abandono”, además, “tres de estos animales tuvieron que ser retirados para su cuidado veterinario”.

Imágenes compartidas por la Policía Local de Chipiona

La agentes de la Policía procedieron a levantar el acta de denuncia administrativa al propietario por “no realizar las vacunaciones y los tratamientos obligatorios” de los animales y por “no administrar a los perros y los gatos el cuidado y la asistencia veterinaria necesaria”, además de “dar cuenta a la autoridad judicial por posible maltrato animal”.

La Policía Local de Chipiona ha advertido a través de sus canales oficiales a los vecinos este municipio gaditano que “esta actuación policial aún no ha finalizado”, por lo que se pretende llegar hasta el final de este asunto.

Barcelona mantiene la tendencia a la baja en los abandonos de gatos y perros a pesar de la pandemia

El Ayuntamiento de Barcelona ha hecho un balance positivo del año 2020 en cuanto a la adopción de perros y gatos del Centro de Acogida de Animales de Barcelona (CAACB). En un año muy atípico marcado por la pandemia y el confinamiento, en Barcelona se han abandonado menos animales que otros años y se han adoptado un total de 507 perros y 413 gatos.

Las campañas de concienciación y fomento de tenencia responsable que ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona, ​​con el apoyo de diversas entidades colaboradoras y la colaboración de la Fundación Affinity han dado sus frutos. ‘En Navidad, mejor adopta!’, ‘Para la Mercè Mejor Adopta!’ O ‘Los invisibles’, centrada en encontrar hogares para 10 magníficos perros de larga estancia en el CAACB, que por tamaño, raza o edad llevan tiempo esperando una familia adoptiva, han contribuido a hacer crecer el número de animales que han encontrado una casa.

La tercera teniente de alcalde, Laia Bonet, ha subrayado que «los datos demuestran que el esfuerzo que hace el Ayuntamiento de Barcelona y las entidades que trabajan por el bienestar animal llega a la ciudadanía, que cada vez tiene más claro que tener un animal en casa es un motivo de alegría, pero también una responsabilidad y un compromiso».

En cuanto a los perros adoptados se ha registrado un incremento con 507 perros adoptados durante el 2020, que son 16 perros más que durante el año 2019. En cambio, el número de gatos adoptados se ha reducido ligeramente en el último año, con un total de 413, que son 49 menos que en el año 2020.

En el último año se mantiene la tendencia a la baja en las entradas al CAACB, es decir, en los abandonos o entradas fruto de decomisos o animales perdidos. En los últimos cuatro años, se han reducido un 44% el número de perros entrados y un 22% el número de gatos.

‘Gatos Invisibles’, una campaña para fomentar la adopción de gatos

Unos 60 gatos esperan en el CAACB una familia que les dé una segunda oportunidad. Algunos hace mucho tiempo que están, por la edad o porque tienen alguna enfermedad crónica, nadie pregunta por ellos. Son los llamados ‘Gatos invisibles’. Y ahora está en marcha una campaña para promover la adopción, dándoles a conocer. Un ejemplo es la Kat, que lleva cinco años en el centro.

Por otra parte, la campaña realizada durante la Navidad para promover la adopción de gatos entre personas mayores usuarias del servicio VinclesBCN ha permitido encontrar nuevo hogar a tres gatos. El CAACB conjuntamente con la concejala de Infancia, Juventud, Mayores y Personas con Discapacidad, mediante la Estrategia municipal contra la soledad, evalúan llevar a cabo nuevas acciones para fomentar la adopción de gatos y perros para reducir la soledad en las personas de más edad, y a la vez reducir el tiempo de estancia de los animales en el centro.

Decretado por la vía de urgencia el precinto cautelar de las instalaciones de la tienda ‘Ladridos’

El distrito de Nou Barris ha decretado por la vía de urgencia el precinto cautelar de las instalaciones de la tienda ‘Ladridos’, donde se han detectado graves incumplimientos, paso previo al cese de la actividad.

El Ayuntamiento de Barcelona ha comunicado en una nota de prensa que ha ordenado el cese inmediato cautelar y ha procedido a precintar la tienda de cachorros ‘Ladridos’ de la calle Via Julia 77, después de que una primera inspección la semana pasada detectara importantes incumplimientos. Fruto de ello se ha promovido por la vía de urgencia el expediente para el cese de la actividad. Esta medida cautelar se suma al expediente sancionador que está en curso en aplicación de la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de Animales.

A los incumplimientos detectados por la Guardia Urbana y el Departamento de Gestión y Protección de los Animales, se suman una serie de nuevas denuncias de personas que, alertadas por la noticia, aseguran haber comprado animales enfermos en esta tienda. Nerea Fresneda es una de las víctimas de ‘Ladridos’ que quiso compartir su historia con Animalados.

Tienda precintada-Ayuntamiento de Barcelona

La primera inspección en la tienda ‘Ladridos’, la semana pasada, permitió detectar animales enfermos a la venta y 18 cadáveres en el arcón congelador que no figuraban como muertos en el libro de Registro del establecimiento. La Guardia Urbana también abrió diligencias ante el hecho de que la veterinaria contratada por la tienda , de nacionalidad venezolana, no tiene el título profesional convalidado en España y no está colegiada. Por lo tanto, no podía ejercer la práctica veterinaria ni implantar los microchips identificativos a los animales, como se venía produciendo.

En estos momentos, el Distrito del Eixample está finalizando el expediente de cese de la actividad de la tienda ‘Bitxets’, por los mismos motivos, a partir de los hechos evidenciados por los servicios de Protección de los Animales y la GUB en la inspección realizada el pasado mes de diciembre, que dio lugar a la intervención de 34 cachorros.

Desde 2013 hasta ahora el Ayuntamiento ha cerrado 9 tiendas con incumplimientos de la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de animales y se han intervenido más de 900 cachorros.

Perros muertos y cachorros enfermos: este es el infierno que vivían los animales en la tienda ‘Ladridos’

Animalados habla con una de las víctimas de ‘Ladridos’ a quien le vendieron un cachorro enfermo y lamentablemente murió a las pocas semanas. También desvelamos a partir de la confesión de una enfermera veterinaria, que esta actividad irresponsable e inmoral se produce en muchas tiendas de compraventa de animales de España.

Dieciocho cachorros muertos en bolsas de plástico dentro de un congelador, perros enfermos a la venta, irregularidades en el registro de entradas y salidas de los animales, veterinarios sin licencia, etc. Este es el infierno que se encontró la Guardia Urbana y el Departamento de Gestión y Protección de los Animales según el Ayuntamiento en la tienda ‘Ladridos’ de la calle Vía Julia 77 de Barcelona a raíz de las numerosas denuncias recibidas por parte de particulares que habían comprado cachorros con varias patologías.

Animalados ha hablado con Nerea Fresneda, una de las muchas compradoras afectadas por la mala praxis de ‘Ladridos’ del distrito de Nou Barris. Nerea compró a India el 21 de mayo de 2020, una preciosa Border Collie marrón de supuestamente dos meses de edad. A la semana de tenerla en casa comenzaron los problemas, la perra inició un cuadro de conjuntivitis que trataron con Tobrex sin mucho éxito. Pero las cosas se complicaron el 2 de junio cuando «India comenzó a tener fiebre y tos, e incluso algún vómito», explica la persona afectada. Fue entonces cuando decidieron llevarla a la tienda donde la compraron.

En la tienda ‘Ladridos’ les atendió un veterinario e iniciaron un tratamiento empírico con antibiótico y un jarabe para la tos. «Empezamos este tratamiento sin que le hicieran ninguna prueba para determinar el diagnóstico y al cabo de dos días, como no mejoraba, la volvimos a llevar a la tienda y le cambiaron de nuevo el antibiótico», describe Nerea.

Era el 9 de junio y el cachorro seguía sin mejorar, por lo que decidieron volver por tercera vez a la tienda. Allí le cambiaron el antibiótico por uno intramuscular sin hacerle ninguna prueba y tres días más tarde sufrió una hemorragia digestiva. «Llamé a la tienda y una dependienta me dijo que las heces con sangre eran causadas por una bajada de azúcar y que tenía que darle agua con azúcar, pero no lo hice porque soy enfermera y sé que una hipoglucemia no se manifiesta por sangrado rectal», recuerda la testigo.

India durante sus primeros días en su nuevo hogar

Llegados a este punto, los afectados perdieron totalmente la confianza en los profesionales de la tienda ‘Ladridos’ y llevaron a India a un hospital veterinario de Gavà, ya que la perra no se levantaba de la cama ni para comer. Allí, el cachorro dio positivo en Coronavirus y se quedó ingresada debido a su estado grave de salud. «Al cabo de diez días de tratamiento endovenoso, una transfusión de sangre de nuestro otro perro, sueroterapia, oxigenoterapia, radiografías y una PCR que confirmó que tenía moquillo, sufrió una crisis epiléptica muy grande», rememora Nerea. Fue entonces cuando entre todos decidieron que lo mejor para India era sedarla y lo hicieron el 21 de junio, un mes después de su compra.

Como consecuencia del dolor, Nerea y su pareja no llamaron a la tienda hasta diez días después de la muerte de la perra. «La dependienta nos dijo que estaba segura de que el problema no venía ni del criador ni de la tienda, que la infección se había producido durante el transporte, algo bastante improbable», apunta la testigo. Desde ‘Ladridos’ se ofrecieron a devolverles el dinero de la compra de India, pero dejaron claro que no se harían cargo de los gastos del otro hospital.

Los responsables de la perra decidieron llevar el caso a juicio. Sin embargo, tras revisar informes y documentos frenaron el proceso. «Nuestra abogada nos dijo que no teníamos opciones de ganar el caso, ya que el contrato que habíamos firmado de compra ya contempla que la tienda no se hace responsable si el cachorro muere en otro centro», concluye Nerea.

Una realidad que afecta a muchas otras tiendas

El episodio vivido en la tienda ‘Ladridos’ ha encendido todas las alarmas sobre el funcionamiento irresponsable y las prácticas negligentes de estos establecimientos, todo ello dejando de lado el conflicto moral que supone el simple hecho de vender o comprar un animal. Animalados ha hablado con una enfermera veterinaria que ha puesto al descubierto algunas de las terribles praxis que se producen en estas tiendas.

«He estado a una empresa que trabaja con el mismo criador que la tienda ‘Ladridos’. Lo que pasa en estas tiendas es que los clientes compran cachorros enfermos porque desde la tienda los venden enfermos de manera consciente», confiesa esta testigo que ha preferido conservar su identidad. Los animales que llegan a las tiendas de compraventa proceden de criadores particulares de ciudades españolas, pero muchos otros proceden de países del este, sobre todo de Chequia, donde compran los perros de raza muy baratos y luego los venden en España a un precio muy alto.

Los perros que vienen importados de Chequia, que son muchos los que llegan a tiendas como la de ‘Ladridos’, ya están enfermos. «Pueden llegar con diferentes enfermedades como moquillo, bronquitis, alopecias, ácaros, giardiasis, problemas de temas de parásitos, etc. El empresario sabe perfectamente cómo venden estos animales y los pone a la venta igual. Este es el delito. Para este tipo de personas los perros son billetes», explica la veterinaria. Estos animales de raza, como los Chihuahua o los Shiba Inu, en España pueden llegar a valer 1.500 o 2.000 euros. Los clientes no saben que están enfermos en el momento de la compra, pero se dan cuenta cuando ya ha pasado un tiempo.

Si los animales llegan enfermos a la tienda, se ponen dentro de unas jaulas llamadas ‘jaulas de cuarentena’ y se les medica. «Hay muchos veterinarios de vocación que intentan hacerlo lo mejor posible para salvarlos, pero si estos cachorros están enfermos por moquillo u otras enfermedades graves, necesitan ir a un hospital y no lo hacen», afirma el especialista en salud animal. Entonces, lo que hacen en las tiendas es medicarles como pueden. «Utilizan antibióticos muy básicos y los ponen a la venta cuando más o menos están lúcidos, es decir, cuando ya tienen buena cara», añade la testigo.

La exempleada de una tienda de compraventa asegura que ha visto animales que han llegado a las tiendas incluso mordidos. «Viajan cinco o seis perros dentro de un mismo transportín, independientemente de la raza. Son viajes largos, de doce horas, casi sin comer ni beber, con poco oxígeno, con el carácter personal de cada uno, llenos de mierda, etc. He llegado a ver incluso algún perro muerto en el transportín y medio comido por el resto de los perros», describe.

Los animales que llegan enfermos a la tienda normalmente acaban muriendo y entonces es cuando «los ponen dentro del congelador con su propia cartilla», comenta la enfermera veterinaria. Estos animales muertos no tienen microchip ni están dados de alta en ningún registro, por lo que no aparecen en el libro de entradas de la tienda y por tanto nunca han existido. «Todos los cadáveres que hay en el congelador son cachorros que ya han llegado muertos o que han muerto dentro de la misma tienda, incluso han podido morir en las vitrinas de la tienda», indica.

Por último, la testigo advierte que «estas empresas tienen mucho dinero y poder. La compraventa de animales es legal en España aunque mucha gente no lo crea. El delito que cometen es que el empresario, cuando ve que los animales llegan enfermos, los pone a la venta igual, este es el delito y lo que quiero que se conozca «. La veterinaria afirma que denunció esta situación hace años y no sirvió de nada. «Mientras se permita la compraventa, estos negocios seguirán haciendo lo mismo. Y si les cierran el negocio, abrirán uno nuevo con otro nombre al cabo de un tiempo», concluye.

Manifestantes piden el cierre inmediato de la tienda

En los últimos días, personas afectadas, vecinos y amantes de los animales han organizado diferentes concentraciones y protestas en la tienda ‘Ladridos’ de la calle Vía Julia 77 de Barcelona pidiendo el cierre inmediato de la tienda en la que se encontraron los 18 cachorros de perro muertos en un congelador. Los manifestantes acudieron al establecimiento con pancartas donde se leían frases como “ellos no tienen voz, nosotros somos su voz” o “asesinos, dónde están los cachorros”.

Pancartas en la tienda ‘Ladridos de la calle Vía Julia 77 de Barcelona

Como consecuencia de los incumplimientos de la tienda ‘Ladridos’, Laia Bonet, tercera teniente de alcalde, subrayó que: «Estos hechos nos llevan a iniciar el correspondiente proceso sancionador y derivar el expediente al servicio de licencias de Nou Barris para que valore la necesidad de cesar la actividad. Queremos dar un mensaje muy claro que en Barcelona perseguimos todos los incumplimientos de la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de Animales”.

La Fundación Miranda lamenta la pérdida irreparable de la pony RIBA a manos de un cazador en el Parque del Garraf

El pasado sábado 20 de febrero, un cazador que participaba en una batida autorizada de jabalíes mató por error una ejemplar de poni pottoka de la Fundación Miranda en el Parque del Garraf. El hombre, que confundió la pony con un jabalí, causó la muerte del animal en medio de un grupo de personas que disfrutaba de la naturaleza y de la experiencia de encontrarse con caballos en libertad.

La Fundación Miranda ha emitido un comunicado donde describe que «los testigos de los hechos pasaron de la alegría de encontrarse con los caballos en este espacio natural protegido, a la angustia de ver un cazador disparar un tiro a una de las ponis, verla sangrar, desplomarse y morir ante sus ojos».

Según indica la Fundación, «el cazador atribuye el hecho a un error por su parte, pero el caso es que el disparo se produjo a diez metros de la carretera, con personas cerca, y en un lugar con buena visibilidad, de manera que cuesta entender que se pueda confundir un équido con un jabalí».

La Fundación Miranda considera que «poder disfrutar con seguridad de la naturaleza es un derecho y un bien imprescindible, hoy más que nunca, con la situación de confinamiento que vivimos hace meses. No deberíamos sufrir ningún riesgo de bala mientras paseamos con la familia, y tampoco que se puedan generar episodios de tanta violencia por el objetivo de mantener en equilibrio la población de jabalíes. Se trata de poder pasear sin peligro, de poder efectuar proyectos de respeto por la vida, con plenitud y sin amenazas, sin que los caballos o las personas sean elementos vulnerables».

Desde Miranda proponen soluciones para evitar estos trágicos episodios como «acotar las zonas de caza, o buscar nuevas maneras de regular la sobrepoblación de algunas especies que desgraciadamente sólo tienen al hombre como depredador, o estar tranquilas que la Administración se asegura de no dar armas a personas no cualificadas «.

Una pérdida totalmente irreparable y evitable

La Riba, nombre de la pony asesinada, formaba parte de un tesoro, un pequeño grupo de ponis de raza Pottoka, un grupo de los pocos que quedan de las Pottoka más primitivas, que aparte de valor genético, aporta el Parque del Garraf y al municipio de Olivella una tarea ejemplar e impagable de prevención de incendios, aunque pastando y gestionando el sotobosque.

Estos animales hacen el trabajo de una brigada de hombres con desbrozadoras mecánicas, pero sin ruido, sin contaminación, sin coste para la administración o los propietarios privados, aportando vida allá donde pisan, mientras se nutren. Son por tanto un poderoso agente de biodiversidad, ecológico y sostenible, y su aportación en el Parque del Garraf es impagable.

La falta de recursos económicos ha limitado este proyecto en cuanto a las oportunidades de crecimiento, aunque se ha logrado efectuar algunos estudios e investigación sobre el impacto de las Pottoka a la vegetación en el Garraf con la UAB, donde se ha visto que allí donde pastan ha reducido el cárcar en un 75%. El cárcar es la especie vegetal que ha colonizado toda la etapa mediterránea en el Garraf, y aumenta considerablemente el riesgo de incendio.

Sólo los equipos devoran y tienen a raya esta gramínea (ni ovejas, ni cabras…) y además, se adaptan muy bien al pasto pobre en proteína del Garraf. Las Pottoka incluso arrancan algunas raíces y dejan desmenuzadas en superficie las hojas que no se han comido. Un auténtico mecanismo de desherbado y «mulching» natural (cubierta vegetal anti erosión y pro vida microbiana del suelo) que es digno de un postgraduado en agricultura ecológica.

El Parque del Garraf invitó la Fundación Miranda a llevar este grupito de ponis Pottoka al pasto de Can Grau hace unos cuatro años. Los animales provienen de un costoso rescate que efectuó la Fundación en el Zoo clausurado de Almuñecar, en Granada. Seis hembras y un macho, una familia preciosa que se ha adaptado muy bien a la vida en libertad, constituyendo un recurso educativo y de conciencia ambiental para escuelas, visitantes, familias… que han ido pasando por el Parque y por la Fundación.

Hoy, la Fundación Miranda, todos los Pottoka, burros, caballos, voluntarias, madrinas, socias, Equipo de Dirección, Patronato, seguidoras del Proyecto y otras ONG están de luto por la pérdida de la pequeña Riba, la más pequeña de su familia . Una pérdida tan impagable como la aportación que ellas hacen cada día en el espacio que las acoge y las personas.